Nacidos en Alemania en 2010, no tardaron en conquistar otros mercados fuera de su geografía. El resto de Europa y Estados Unidos fueron dos de sus principales objetivos; los primeros por cercanía, los segundos por la densidad de negocios a los que podían recurrir con su actividad. Hablamos de Fit Analytics, anteriormente conocido como UpCloac.

Fundada por Sebastian Schulze, su base de financiación llegó de la mano de la inversión pública alemana, similar a ENISA en España. Su objetivo era buscar una solución a las alarmantes cifras de los negocios de comercio on-line; en su centro de operaciones, Alemania, se registran devoluciones de prácticamente el 50% de los productos adquiridos vía web. Probablemente Amazon sea capaz de sobrellevar el impacto de estas elevadas tasas, pero no tanto así los pequeños negocios que también quieren optar al negocio web. Gastos en personal, envío, mensajería que pasan a cuenta de esos pequeños comercios. Algunos apuntan a la penalización de las devoluciones bajo un cobro de las mismas y aún así, el problema seguía estando ahí.

El sistema de emprendimiento simbiótico de Stripe

Al igual que hiciese Stripe en su momento, una suerte de emprendimiento silencioso que trasciende las barreras del B2C, UpCloac también encontraba su encaje en el mundo de la moda. Hoy, ya trabajan para las grandes compañías de moda del mundo: Vans, The North Face, Asos, Puma, Hugo Boss y, también, para las españolas Mango e Inditex.

Todo empieza con un CD

En pocas palabras, la actividad de UpCloac se basa en ayudar a los compradores a que la ropa que adquieran por Internet sea de su talla. Parten de la base de que o bien las medidas tomadas por uno mismo son subjetivas, o muchos usuarios rechazan las compras ante la barrera de tener que analizar las largas listas de medidas. Resultado: habrá error seguro.

La propuesta de UpCloac, por la que se han visto seducidos gigantes como Zara, es aportar un software de medidas tomadas con la webcam del ordenador. Con solo un minuto de esfuerzo en el que se tomarán imágenes de la cintura, la cadera, brazos y longitud del cuello, el sistema ya es capaz de entender cuál es la talla exacta de cada cliente. ¿Y la referencia? Ahí estaba el dilema de la compañía, no se podían tomar medidas de este o aquel sin tener un elemento de referencia que fuese universal. Lo resolvieron usando un CD, algo que cualquiera tiene en casa; dicho CD aparecería en cada imagen y, a partir de este, se generarían las medidas.

El sistema de inteligencia artificial, aplicado a las webs de moda que operasen con UpCloac, empezaría entonces a analizar todos los productos disponibles en base a las medidas proporcionadas. Cruzando datos, a más información del conjunto poblacional mejores resultados, se ofrecería la talla exacta para cada uno en un modelo digital. Se ahorran también la fase de pruebas: el maniquí web enseñaría exactamente cómo quedaría la elección sobre la persona real. Además, una evolución del propio sistema permitiría sugerir estilos y prendas que se ajusten al tipo de cuerpo de cada cliente.

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