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Este jueves 22 de febrero, SpaceX ha puesto en órbita el satélite español Paz. Lo ha hecho desde la base aérea de Vandenberg, situada en California, unos días después de lo previsto inicialmente. La compañía de Elon Musk se vio obligada a retrasar su envío al espacio en varias ocasiones. La penúltima, el pasado sábado, cuando decidió aplazar el despegue para contar con un tiempo adicional para examinar algunos detalles técnicos. Ayer mismo SpaceX tuvo que posponer de nuevo el lanzamiento por culpa de fuertes vientos en altura.

Según informaron desde Hisdesat, compañía propietaria del satélite, estaba previsto que las condiciones meteorológicas fuesen hoy, 22 de febrero, mejores. El despegue ha sido retransmitido en directo desde las 15:00 h (hora peninsular española). El lanzamiento del satélite Paz a bordo de un cohete Falcon 9 ha sido seguido en tiempo real desde el Instituto Nacional Técnica Aeroespacial (INTA), localizado en Torrejón de Ardoz (Madrid). Una vez que todo ha salido según lo previsto, y comprobados los sistemas, la misión de "doble uso civil y militar", que fue presentada inicialmente en 2011 por el Ministerio de Defensa, ha emprendido su trabajo en el espacio después de un cúmulo de retrasos y problemas durante los últimos años.

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Tras este lanzamiento, Paz se situará en una órbita cuasi-polar ligeramente inclinada, es decir, cruzará por los polos o cerca de ellos pasando por cada punto del planeta a medida que este gira sobre su propio eje. De este modo, la misión española cubrirá una superficie de más de 300.000 kilómetros cuadrados al día. Si las previsiones de Hisdesat salen según lo planificado, Paz se localizará a una altura de 514 kilómetros de la superficie y será capaz de dar quince vueltas diarias a la Tierra a una velocidad de solo siete kilómetros por segundo.

El satélite Paz surcará los cielos 10 años después

En 2007, el Ministerio de Defensa encargó a Hisdesat la construcción de un sistema dual de observación de la Tierra, radar y óptico, que también presentaría una doble finalidad civil y militar. Fue entonces cuando la compañía asumió la construcción del satélite que cuenta con tecnología radar y una elevada resolución, subcontratando a su vez su diseño y fabricación a EADS CASA Espacio, integrada finalmente en Airbus Defence & Space. Paz, por tanto, ha sido construido y ensamblado de forma íntegra en nuestro país, con un coste aproximado de 160 millones de euros.

El lanzamiento del satélite de uso civil y militar, no obstante, ha sido retrasado en numerosas ocasiones. En un primer momento, Hisdesat firmó un contrato con la empresa rusa Kosmotras, que iba a lanzarlo desde el cosmódromo Yasni gracias a un cohete Dnieper. Sin embargo, la inestabilidad en la región —especialmente por el conflicto entre Rusia y Ucrania— provocó el aplazamiento del envío al espacio de Paz. Tal y como informó El País, Hisdesat denunció a la compañía Kosmotras para que devolviera los 15 millones de euros ya abonados y llegó a un acuerdo con SpaceX, la empresa que finalmente se ha encargado del lanzamiento de Paz a un precio mucho mayor, de aproximadamente 65 millones de euros.

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Cedida por el CSIC.

Para evitar nuevos problemas, Hisdesat ha suscrito un millonario seguro que cubre los 160 millones de euros de la inversión, según informó El País, y busca clientes a los que ofrecer las fotografías que capte desde el espacio. Aunque SpaceX ha logrado poner en órbita numerosas misiones, incluida la última en la que envió un Tesla Roadster al espacio a bordo del cohete más potente del mundo en activo, el Falcon Heavy, la empresa española quiere cerrar todos los flecos por el miedo a que vuelvan a repetirse los incidentes con el satélite Zuma, perdido por Estados Unidos hace solo unas semanas. Por fortuna el despegue de Paz ha sido un éxito.

Superados los numerosos retrasos y la incertidumbre del despegue, el satélite podrá ahora desplegar la tecnología radar que le permitirá obtener un máximo de 100 imágenes diarias de la superficie terrestre, con una resolución de hasta un metro. Paz, con un peso de 1.400 kilogramos y una altura de cinco metros, mejorará de forma significativa la posición de España en Copernicus, el programa europeo para la vigilancia mundial del medio ambiente y la seguridad.

Además, Paz incorpora un instrumento que permitirá ver cómo se ocultan las señales GPS a su paso por la atmósfera, en particular como consecuencia de fenómenos como las precipitaciones intensas. La tecnología, diseñada por científicos del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña y del Instituto de Ciencias del Espacio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) nos permitirá profundizar en parámetros atmosféricos clave en la predicción del tiempo y así evitar posibles desastres naturales. En el desarrollo del satélite Paz también han participado instituciones académicas como la Universidad Politécnica de Cataluña, la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad Politécnica de Madrid o empresas privadas como Crisa, Indra e IberEspacio, entre otras.