La semana pasada, la famosa agencia privada, SpaceX, lanzaba una de sus últimas y más extrañas misiones al espacio. Junto a su Falcon 9, despegando de Cabo Cañaveral, partía "Zuma", un misterioso satélite propiedad del Gobierno de Estados Unidos. Misterioso porque su objetivo, finalidad y composición instrumental están clasificados. Ahora, informadores varios indican que la misión ha sido un total fracaso. Pero el catálogo de satélites no apunta a lo mismo. ¿Qué ha pasado con el satélite secreto?
¿Dónde está Zuma?
El pasado domingo, a las 8:00h EST (las 15:00 GMT, aproximadamente) despegaba sin problemas un enorme cohete de dos etapas Falcon 9. Su salida desde el Complejo 40, en Cabo Cañaveral, Florida, fue nominal y sin contratiempos.
Minutos después de la separación de las etapas, la parte reutilizable del Falcon 9 aterrizaba sin aparentes problemas. SpaceX daba las gracias a la Administración y a todos los implicados en un nuevo y exitoso lanzamiento. Mientras tanto, los medios hacían el agosto hablando del secretismo de la misión.
(5/5) #Zuma will not be visible to observers in the Northern Hemisphere untill a week or two from now, so that is the earliets that we might confirm whether something is on-orbit or not. But for the moment, I believe it is up there.
— Dr Marco Langbroek (@Marco_Langbroek) January 8, 2018
Sin embargo, recientes comentarios sacados a la luz por The Wall Street Journal indican que no todo fue tan bien como cabría esperar. Según la publicación, los legisladores del Senado y la Cámara de Representantes, junto con el personal del Congreso recibían recientemente la noticia de que la misión Zuma había sido "una pérdida total".
Al parecer, la carga útil transportada por el cohete se desplomó, supuestamente, en la atmósfera al no poder separarse correctamente del cohete. Por su parte, SpaceX no ha hecho muchos comentarios (al igual que no lo hizo en el lanzamiento), aunque un portavoz ha indicado al TWSJ que los datos sobre el lanzamiento parecen estar correctos.
https://twitter.com/dimas_______/status/950628238119747584
A pesar de estas afirmaciones, el Mando Estratégico del Pentágono, más conocido como NORAD, que actualiza los datos sobre los satélites que orbitan el planeta, ha renovado su catálogo para mostrar dónde se encontraría el satélite, identificado como 43098. Según el catálogo, el satélite está en órbita y operacional, aunque varias fuentes afirman que la actualización de la información puede durar horas o, incluso, días. No obstante, si hubiera caído, no estaría en el catálogo. Entonces, ¿se ha perdido Zuma? Y en caso de que así hubiese sido, ¿qué supone eso para EE. UU.?
¿En qué consiste el satélite secreto?
Como suele ocurrir en el caso de misiones secretas de gubernamentales, la información en torno a Zuma es escasa y confusa. Por ley, todos los datos están sujetos a fuertes medidas de confidencialidad, lo que promueve que la especulación gane terreno frente a la realidad. Pero, ¿qué sabemos sobre Zuma y su papel en la realidad aeroespacial de Estados Unidos?
Sabemos que sus creadores son Northrop Grumman, el conocido conglomerado de empresas aeroespaciales de defensa a quienes se les confía la construcción y gestión de gran parte del aparataje militar y sistemas avanzados de sensores. También sabemos, por el The Wall Street Journal, que el coste de la misión y del propio satélite asciende a miles de millones de dólares.
Si hacemos caso a los rumores, todo este dinero se habría ido "por el sumidero" con la pérdida del satélite. Si hacemos caso al NORAD, existe la posibilidad de que no. La misión Zuma ha sido polémica desde su comienzo, convirtiéndose en un auténtico secreto a voces debido a varios retrasos. Así, el lanzamiento que estaba previsto para noviembre, según afirmaban fuentes para la BBC, se habría postergado hasta principios de este año.
Las razones son administrativas, en primer lugar, y meteorológicas en segundo. Pero volviendo al tema en cuestión, según explicaba para este medio Mike Wall, periodista especializado en lanzamientos, lo más llamativo de la misión Zuma es el secretismos en torno al satélite, algo "totalmente atípico (sic)”, incluso para un satélite de seguridad nacional.
En mayo de 2017, Spacex lanzó un satélite para la Oficina Nacional de Reconocimiento de EE.UU., que es la agencia encargada de operar la flota de satélites espías estadounidenses. La segunda misión clasificada en la que ha participado SpaceX tuvo lugar en septiembre. Esta consistió en la puesta en órbita de un dron espacial autónomo, el X-37B, desarrollado las Fuerzas Aéreas de EE.UU. En ambos casos los detalles de la misión, al menos, fueron de dominio público.
Ni los detalles básicos
Atendiendo a la versión de Wall, en las otras ocasiones en las que SpaceX ha participado en el lanzamiento de algún dispositivo de seguridad nacional se han conocido, por lo menos, los detalles básicos de los satélites. En esta ocasión solo trascendió la información sobre el lanzamiento y el cohete, algo que arroja muy poca información.
Esto ha contrastado enormemente con el hecho de que SpaceX no ha escatimado en recursos a la hora de hablar del lanzamiento (que no del satélite), lo que pone en el punto de mira un objeto altamente clasificado. La especulación está servida. ¿De verdad se ha perdido Zuma, y todos sus millones, para siempre?
¿Cuál es el papel del satélite? ¿Tiene que ver con los planes de la nueva Administración de Trump? Varias conjeturas se cuelgan de este lanzamiento: discusiones sobre el supuesto peso del satélite, las razones por las que podría haberse "perdido", el tremendo secretismo de su composición... nada que aporte verdadera información.
Por el momento, parece que nos quedaremos a oscuras en este asunto, mirando hacia el cielo y pensando si realmente se han echado a perder miles de millones por un error técnico. O puede, quién sabe, que ahora haya un satélite secreto más observando desde el espacio lo que sea que alguien quiera que observe.