No corren buenos tiempos del todo para Qualcomm. Respecto a su papel hegemónico de hace unos años, tiene competencia fuerte en las principales compañías del sector, con otras como Google amenazando con dejarle en un futuro próximo. Sin embargo, si algo hace bien el fabricante de chips de San Diego es tratar de llenar todos los nichos de mercado, y con el nuevo Snapdragon 636 llena uno que estaba pendiente.

La gama media está siendo dominada por los Snapdragon 625 y 626. Su sucesor, el Snapdragon 630, no acaba de despegar llegando en masa, pero lo cierto es que su superioridad no es muy pronunciada, motivo por el cual muchas marcas pueden seguir optando por chips más viejos pero que no presentan problemas. Para irnos a potencia justo por debajo de gama alta (a la par que de un Snapdragon 820/821), hay que acudir al Snapdragon 660, y el precio se dispara. Otra posibilidad era seguir usando el Snapdragon 652, pero el consumo energético es muy superior, perdiendo equilibrio.

Lo último de Qualcomm sitúa a la gama media más cerca que nunca de la alta

El punto intermedio entre todo esto es el Snapdragon 636. A diferencia del Snapdragon 630, donde se emplea la arquitectura A53 genérica de ARM, Qualcomm ha apostado aquí por 8 de sus núcleos personalizados Kryo 260, la misma empleada en el Snapdragon 660, con el que también comparte los 14 nanómetros (estándar ya incluso en gama baja). Esto le permite obtener un rendimiento un 40% superior al 630, que ta era suficientemente bueno para su gama. Con esta potencia, sumada a la que le da la Adreno 509, realizar tareas como jugar de forma intensiva acercará a muchísimos usuarios a una experiencia de gama alta.

En el resto de áreas, este Snapdragon 636 también trae todo lo que se demanda en una segunda o tercera línea. Módem Snapdragon X12, presente en la gama alta del año pasado, QuickCharge 4.0, presente en la alta de este 2017, el DSP Hexagon 680, también presente en la gama alta del año pasado, procesador de imagen de 14 bits, que sigue la misma regla, etc. Otra cuestión relevante en el contexto actual es que soporta pantallas de ratio 18:9, aunque no es algo que sorprenda dado que es algo también presente en el Snapdragon 450.

Snapdragon 450: mejoras energéticas y efecto de profundidad para la gama media-baja

En conclusión, hablamos de un chip que muy probablemente tardemos en ver de forma amplia en el mercado, aunque para el MWC 2018 debería hacer aparición en varios terminales. Dado que el 660 sigue por encima, habría que esperar verlo en terminales por 300€ o algo menos, pero son gamas que la propia Qualcomm tiene muy saturadas y nunca se sabe, a falta de por ejemplo ver más presencia del 630.

¿La buena noticia? Respecto a otras épocas, Qualcomm ha abandonado una actitud relativamente rácana para poner toda la carne en el asador y dejar muy de lado a las alternativas chinas en la mayoría de aspectos. Lejos quedan los omnipresentes, limitados y problématicos Snapdragon 615 o 810.