El Snapdragon 820 marca, o marcará, el final de un hueco imprevisto para Qualcomm en el mercado de terminales Android. A falta de ver cómo evoluciona Apple con su A9, el mercado de chips móviles ha quedado más que movido. Snapdragon 820 llegará a nuestros bolsillos en 2016, pero los fabricantes empezarán a trabajar con ellos en breve. Grandes avances en CPU y GPU, 14 nanómetros FinFET, etc. prometen sobre el papel un avance mucho más importante de lo que la nomenclatura indica a primera vista.
Siguen dominando, no nos equivoquemos, pero 2015 nos ha traído una Mediatek al alza, una Samsung expansionista, una Intel que simplemente no se rendirá. En los albores del salto a la computación distribuida Qualcomm pretende seguir dominando, su arma: Hexagon 680.
Hexagon 680
A diferencia de la CPU principal o el GPU, el DSP suele pasar desapercibido. El DSP (o Procesador de señales digitales) se encarga de recibir muchos datos analógicos del mundo real, y aplicarles operaciones matemáticas sencillas con muy poco consumo.
Las principales novedades del Hexagon 680 con respecto a sus predecesores son dos: una isla de bajo consumo, que permitirá al chip recibir y operar información de múltiples sensores sin encender la CPU principal, y un juego de extensiones programables. Qualcomm cambia el juego totalmente para los fabricantes Android.
Siempre encendido
La nueva isla dedicada permitirá a los terminales con un Snapdragon 820 estar recibiendo datos aunque el terminal esté suspendido. Qualcomm cifra en tres veces menos consumo en el caso de los datos de podómetro.
Qualcomm afirma ser los primeros en introducir múltithreading en este campo, utilizando su DSP para procesar información de múltiples sensores a la vez. Por ejemplo audio e imagen a la vez para la cámara, o movimiento e imagen para realidad virtual.
Extensiones, el principio de una nueva era
Aunque el hardware será el mismo para los fabricantes finales, tendrán que realizar cada vez un mayor esfuerzo en software en optimizar sus algoritmos de procesado de datos.
Empieza una nueva carrera por la diferenciación vía software especializado, se acabó esperar similares resultados para dos terminales que incorporen el mismo chip. Un fabricante que no haga más que montar la base que le ofrezcan, empaquetarlo en una caja y venderlo como genérico estará en una gran desventaja frente a un fabricante que pueda permitirse un excelente equipo de desarrollo que permita sacar mucho más rendimiento al mismo chip mediante extensiones propias.