El líder del Partido Popular, investido presidente de Gobierno el pasado sábado, ha dado a conocer la composición de su Ejecutivo. Mariano Rajoy ha contado de nuevo con antiguos ministros como Cristóbal Montoro (Hacienda y Función Pública), Fátima Báñez (Empleo y Seguridad Social), Luis de Guindos (Economía, Industria y Competitividad) o Soraya Sáenz de Santamaría (Vicepresidenta de Gobierno, Ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales). Además ha incorporado fichajes como María Dolores de Cospedal (Defensa), Juan Ignacio Zoido (Interior) o Alfonso Dastis (Asuntos Exteriores y Cooperación) para su gabinete.

La ciencia ha vuelto a quedarse una legislatura más sin cartera ministerial propia. A pesar de que la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) pidió la creación de un Ministerio propio, el Partido Popular no contemplaba la inclusión de un Ministerio específico en sus promesas electorales. Tampoco lo hizo el acuerdo del PP y Ciudadanos, que sí dejó clara la necesidad de apostar por un Pacto de Estado por la Ciencia.

El PP no prometió un Ministerio de Ciencia

"Más que haya o no haya un Ministerio, lo que me importa es saber si van a creer o no en la ciencia y en los científicos de este país, trabajen en lo público o en lo privado", afirma Daniel Ramón, director general de Biópolis S.L, una spin-off del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. "Crear un Ministerio específico para la ciencia puede no servir de nada si el Ministerio de Hacienda ahoga la investigación. Si se lo creen lo sabremos pronto. Bastará con saber que quieran mover un pacto de estado por la ciencia. Si no será más de lo mismo", comenta en declaraciones a Hipertextual.

Mª Jesús Moro, portavoz del Partido Popular en materia de I+D, señaló en una entrevista con este medio que, a título personal, le parecía bueno integrar en un Ministerio las áreas de investigación y universidades. Su deseo, al igual que el de muchos integrantes de la comunidad científica, no se ha hecho realidad. La ciencia apenas ocupó unos segundos durante el debate de investidura, en los que Rajoy llegó a afirmar que su Gobierno había invertido en I+D+i más que en 2011. La realidad, sin embargo, es tozuda: los Presupuestos Generales del Estado han hecho retroceder a España una década.

"Yo soy partidaria de la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, pero con financiación de verdad para la investigación pública y privada, con un Pacto de Estado para la ciencia de forma que, pase lo que pase, gobierne quien gobierne, la ciencia y los investigadores no se queden desamparados y sin poder avanzar", explica a Hipertextual María José Hernaiz Gomez-Dégano. La profesora de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid comenta que "la creación de un Ministerio ayudaría a dar mayor visibilidad y conciencia social de la importancia de la ciencia en el futuro de nuestro país".

ciencia en España

Su opinión es similar a la defendida por Flora de Pablo, profesora del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC (CIB-CSIC). A su juicio, contar con un Ministerio de Ciencia y Tecnología, más que de Innovación, que nadie interpreta muy bien el término, era "absolutamente necesario". ¿El motivo? Que quien lo gestione "pueda hablar de tú a tú con el Ministerio de Hacienda, principal boicoteador de las iniciativas y programas sobre I+D+i". De Pablo comenta a Hipertextual que, sin Ministerio independiente, "lo mejor es que se quede la Secretaria de Estado de I+D+i y la nueva Agencia Estatal de Investigación donde están". "Moverla con Educación supondría un retraso en toda la ejecución y no aportaría nada, dado que es un "bloque presupuestario" independiente de Universidades", afirma tajante.

En la actualidad, España no apuesta por la ciencia y el sistema de investigación cada vez está más envejecido. Diversos informes, como el publicado recientemente por la Fundación Cotec, muestran que la I+D española está a años luz de Europa pese a las protestas de la marea roja. A juicio de Jorge Barrero, director general de Cotec, "no es imprescindible que exista un Ministerio propio para hacer una buena política de ciencia e innovación, se puede hacer también desde una Secretaría de Estado". "No obstante, contar con un Ministerio propio suele ser un buen indicador de la prioridad que da cada Gobierno a un área, y siempre será más fácil defender los intereses de la ciencia desde la mesa del Consejo de Ministros. Por ejemplo, a la hora de negociar los presupuestos con Hacienda, siempre será mejor que las conversaciones sean entre los titulares de las respectivas carteras", sostiene.

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Fotografía de la manifestación por la ciencia en Madrid, 27S 2013. Crédito: Marcos del Mazo. Fuente: Ciencia con Futuro

Según Barrero, quien fuera jefe de Gabinete del último Ministerio de Ciencia que hubo en España, gestionado por Cristina Garmendia, "la importancia que le da un Gobierno a la ciencia no se demuestra solo con la creación de un Ministerio, lo prioritario es el peso que dé a la I+D en su acción política y en sus presupuestos". En su opinión, lo que de verdad debería preocuparnos es que la ciencia no sea una prioridad en la agenda política, que pierda definitivamente su consideración estratégica. "No digo que esto sea preocupante para la comunidad científico, sería peligroso para el país", dice a Hipertextual.

Desde que el Gobierno de Carlos Arias Navarro, antes de la aprobación de la Constitución, estableciera el Ministerio de Educación y Ciencia en 1975, la investigación ha ido apareciendo de forma interminente en los diferentes Ejecutivos. Adolfo Suárez mantuvo esa estructura, modificada ligeramente con la llegada del Ministerio de Universidades e Investigación, cartera a la que Leopoldo Calvo Sotelo incorporó el área de Educación, igual que Felipe González en sus sucesivos Ejecutivos. Por el contrario, la I+D desapareció en los Gobiernos de Aznar (1996-2000), Rodríguez Zapatero (2004-2008) y Rajoy (2011-2016). Los dos primeros enmendaron la composición durante su segunda legislatura: Aznar creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2000 y Zapatero haría lo propio en 2008 con la cartera de Ciencia e Innovación. Rajoy ha mantenido su apuesta de la primera legislatura, dejando a la investigación finalmente sin su anhelado Ministerio.