"España ha dejado de invertir 20.000 millones de euros en ciencia desde 2009". Con esas duras afirmaciones, la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) presentaba su informe DECIDES de cara a los comicios del 20 de diciembre. La convocatoria de las nuevas **elecciones del 26 de junio** ha servido a la entidad para poner deberes a los partidos políticos. ¿El objetivo? "Transformar a España en un país con capacidad de dar respuesta a los problemas actuales", según señalan en el documento en el que recogen cinco acciones en el marco general y trece propuestas concretas para mejorar la situación de la I+D+i.
Los recortes, la precariedad y la fuga de cerebros son algunos de los males endémicos de la ciencia española
Entre las propuestas de los investigadores, destacan la recuperación de un Ministerio de Ciencia, la creación de diversos órganos asesores del Congreso y del Gobierno en materia de política científica o la dedicación de, al menos, un pleno anual en la Cámara Baja para debatir la situación de la I+D+i. El aniversario de la primera Ley de la Ciencia en España puso de manifiesto el progresivo envejecimiento y empobrecimiento de la investigación. Los recortes económicos, la precariedad laboral o la fuga de cerebros son sólo algunos de los problemas más acuciantes de la ciencia española. Con el fin de solucionarlos, COSCE propone las siguientes medidas:
* Dar prioridad a una política de I+D+i estable, comprometida y transformadora. La entidad exige un "compromiso inmediato para incrementar esta inversión a una tasa anual acumulativa superior al 4% durante 10 años, para recuperar el nivel nominal alcanzado en 2009". La petición no es baladí, ya que la mayor parte de partidos políticos se comprometieron durante el 20-D a aumentar el gasto en ciencia hasta llegar al 2% del PIB. Los recortes de la inversión en I+D+i, según informes como el de la Fundación COTEC, han mermado significativamente la situación de la investigación española, que sigue a años luz de Europa.
* Acordar un itinerario («hoja de ruta») pactado, con el fin de que la "la actividad científica, tecnológica e innovadora sea el eje central para impulsar un modelo productivo más sólido y eficiente". Los científicos piden también mayor colaboración entre las universidades, los centros de I+D y las empresas para lograr este objetivo.
* Planificar una inversión más estable a largo plazo en ciencia, con la implantación de un "Fondo Estable de Inversión para la Investigación en Ciencia y Tecnología e Innovación" que proceda directamente de los Presupuestos Generales del Estado. Otro de los compromisos exigidos de cara a las elecciones del 26 de junio es mejorar la Ley de Mecenazgo para incentivar la inversión privada.
Crear un organismo independiente, con estructura y funciones similares al European Research Council, para gestionar el fondo antes mencionado de forma transparente y flexible. Desde la puesta en marcha de la *Agencia Estatal de Investigación*, los científicos han sido muy críticos con su creación al calificarla como "electoralista". La Dra. Aurelia Modrego, economista de la Universidad Carlos III de Madrid y miembro de COSCE, explicó el pasado mes de diciembre que "se ha demostrado que las agencias tienen el tiempo contado, puesto que han de desaparecer a cuatro años vista. Se ha visto que es un fraude, solo hay que ver la gestión del CSIC, que es una agencia". Las críticas de la entidad se ven complementadas ahora con esta propuesta para las elecciones del 26 de junio.
Impulsar un "modelo de captación y retención de talento", para el que ponen como ejemplo iniciativas como ICREA, IKERBASQUE o el Plan Serra Húnter. COSCE no pide un proyecto de recuperación del talento emigrado, como sí llevaban en sus programas electorales tanto PSOE como Podemos. La nueva coalición entre IU y Podemos sí contempla un plan de retorno pero generalizado, no relacionado específicamente con la fuga de cerebros. En las próximas semanas se darán a conocer los programas electorales de cara al 26J, con el fin de conocer las posturas de las diferentes formaciones con respecto a este problema de la ciencia española.
Reducir la burocracia y agilizar la gestión de la I+D. Para cumplir esa finalidad, la COSCE pretende crear un organismo independiente -dirigido por científicos- que evalúe y coordine la investigación, implantar sistemas de evaluación de la calidad e impacto de los resultados de la actividad científica y tecnológica y, por último, establecer un método de análisis de la información generada por el desarrollo de la actividad del conjunto del sistema de I+D+i.
Promover una reforma en profundidad y consensuada de universidades y organismos públicos de investigación, para que cuenten con mayor autonomía y responsabilidad en las políticas de captación y retención de científicos y profesionales, además de implantar una evaluación rigurosa de sus resultados.
* Fortalecer acciones transversales que mejoren la formación y la cultura científica, en línea con lo previsto en la Ley de la Ciencia de 2011. Según la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, sólo el 15% de los españoles se muestra interesado en contenidos relacionados con la investigación. Un elevado porcentaje de dicho desinterés se debe a que no comprenden las noticias relacionadas con la ciencia.
Asegurar la participación de investigadores a la hora de elaborar y renovar el marco legislativo que afecta a la actividad científica y, en particular, crear mecanismos para resolver conflictos relacionados con la integridad investigadora, una petición que viene a colación de diversos escándalos de *fraude científico** destapados recientemente. La COSCE concluye su documento solicitando el establecimiento de instancias donde se discutan temas de ética, como por ejemplo, aspectos asociados con la evaluación de la actividad investigadora o la gestión de las publicaciones en el entorno digital. A este respecto, la Unión Europea ya ha anunciado que dichas publicaciones deberán estar en abierto a partir de 2020.