mala experiencia con ps4

Microsoft nos sorprendía a todos con un movimiento más que acertado en su nuevo new-age de ir hacia la plataforma en vez de hacia el dispositivo. La apertura de su cross-play a otras plataformas, además de su nueva aventura conjunta con el PC, esta vez de forma seria y llevado títulos de gran calado, puede suponer un antes y un después en el sistema de plataformas competidoras disponibles hasta ahora, y digo puede por la sencilla razón que para que se dé no solo basta el buen hacer de los de Redmond, también es necesario un factor que está fuera de su alcance y que es determinante: que terceros necesarios en la industria vean este movimiento con los mismos ojos que Microsoft. Y eso es lo complicado.

No es ningún secreto que la guerra de consolas sigue latente, y sigue latente no solo por el fanboyismo de los usuarios, también por las políticas comerciales y estratégicas de las grandes compañías. La eterna duda del PC vs la consola, del coste de oportunidad en forma de exclusivos con el que se intenta vender el hardware, y que a pesar de este movimiento de Microsoft, seguirá siendo la ventaja competitiva de aquellos que no ven en el PC o en el resto de la plataforma una alternativa y una oportunidad. Y, pese a que sea positivo para sus jugadores, el hecho de que Sony y Nintendo controlen sus plataformas les genera una ventaja en términos de retención de usuarios. Y hay algo que va más allá.

A día de hoy el jardín vallado es una ventaja competitiva para SonyEl hecho de limitar el juego, las redes y los servicios a una consola de forma exclusiva obliga a los usuarios a coordinar, en el caso del juego online, sus compras. Esto que parece tan sencillo es determinante desde el momento en el que se da la oportunidad de que deje de ser una barrera de entrada.

Y lo es por la sencilla razón de que se da en un momento de la generación en el que la competencia dobla en ventas a Microsoft, de forma que cuanto más cerrado este un sistema, más se van a repensar los usuarios en cuál entrar, y la preferencia lógica, en términos de juego online será el sistema en el que estén sus amigos.

Esa es la razón por la que recojo la noticia con cierto escepticismo: ahora mismo para Sony es más positivo mantener su consola y su juego en línea cerrado como herramienta para atraer a más usuarios que dar la oportunidad a los jugadores de Xbox Live de, por un lado quitar ventas de compras digitales con su consecuente comisión, y por otro, dejar de engordar la lista de consumidores potenciales por los que la compañía invierte en sus exclusivos. Por lo que, en igualdad de condiciones, y tirando de datos de venta, es más probable que la mayoría de usuarios que no tiene un sistema en su casa terminen comprando el mismo que tienen sus amigos, y a día de hoy son 40 millones de amigos en cuyas casas Sony ha puesto una PS4.

imagen: Reddit/pcmasterrace
imagen: Reddit/pcmasterrace

Y por otro lado, tenemos a los que puede hacer posible que esto termine funcionado: las third-parties. Aquí está claro el atractivo de Xbox, pues tirando de datos del último trimestre de Ubisoft, por poner un ejemplo de gigante de la industria que apuesta muy fuerte por el juego online -The Division es su ejemplo más reciente- el ARPU sitúa que, por cada dólar promedio que se gasta un usuarios de PlayStation 4 en juegos de Ubisoft, el jugador de Xbox One gasta en promedio 1,5 dólares. Lógicamente, estos son datos de un solo publisher, pero puede servir de idea aproximada del asunto. Además, está claro que, a pesar de que ARPU de los usuarios de Xbox es mayor, el número de usuarios potenciales de PS4 es mucho mayor: el 41 por ciento de las ventas de Ubisoft del tercer trimestre en PlayStation versus el 27 por ciento en Xbox One.

Aunque su ARPU medio es menor, el número de usuarios potenciales hace PS4 más atractiva en númerosY no nos engañemos, el movimiento de Microsoft de convertir la apertura de su plataforma en una oportunidad para terceros es una clara invitación a Sony más a las third-parties, que al final se reengancharán en la estrategia más favorable para sus cuentas o para sus líneas de marketing y PR como valor añadido para sus títulos. El asunto, en todo caso, pasa porque Sony recoja el guante de este órdago y se suba al tren; pero lo cierto es que, a pesar de que es infinitamente positivo para los usuarios, no estoy seguro que lo sea para las compañías en términos estratégicos de control de su plataforma y de su jardín vallado.

Para mí, como usuario, no habría mejor noticia que Sony deje de lado su dominio de mercado y acoja con cariño la oportunidad lanzada por Microsoft, y poder poner en esta generación las bases para un futuro en que la plataforma en la que juegues sea la menor de tus preocupaciones, al menos de cara al juego en línea. Pero soy bastante escéptico en torno al asunto, la verdad.

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