Assassin's Creed: Pirates es un juego sorpresivo pero también lleno de dudas, por un lado representa el título que marca el regreso a dispositivos móviles de esta saga, y por el otro significará un punto de unión con Black Flag, el juego Triple A producido para la nueva generación de consolas, en un escenario donde esta franquicia no ha tenido tan buena suerte en las plataformas móviles. Tenemos el antecedente directo del juego de 2009, Assassin's Creed: Altaïr's Chronicles, donde se nos entregó un port directo del título original para Nintendo DS de un par de años antes, pero con una interfaz táctil diseñada y adaptada para iOS y Android, además de las versiones para Symbian y en Java, también desarrolladas por Gameloft, que realmente marcaron un precedente negativo, por la falta de precisión de los controles y sus bajos valores de producción. De manera tal que para Assassin's Creed: Pirates no hay vuelta de hoja: es un juego desarrollado desde cero, con un diseño enfocado a dispositivos móviles desde su núcleo, y tiene por fin qué hacerle justicia a esa saga en este terreno.
Está muy inspirado en la serie de Sid Meier’s Pirates
Como podemos observar en el video que da inicio a esta nota, el juego posee un apartado gráfico impresionante, de hecho sólo podrá ser soportado por terminales de gama alta, pero su propuesta es un tanto distinta a lo que estaremos jugando en las consolas de Microsoft y Sony. El título posee algunos elementos de RPG, pero básicamente será un título de batallas navales con una interfaz táctil, muy inspirado en la serie de Sid Meier’s Pirates, sólo que aquí tomaremos el control del Capitán Alonzo Batilla, en sus distintos enfrentamientos a lo largo del mar caribeño, mientras se cruza con algunos personajes del Black Flag. Programado para salir al mercado, para iOS y Android, el próximo el próximo 5 de diciembre por un precio de 5 dólares (con sus muy posibles microtransacciones en el siste interno de juego), Assassin's Creed: Pirates será un juego interesante para los seguidores de esta franquicia, pero para el resto podrá ser prescindible.