Hace dos semanas acabé una andadura que fue más breve de lo que esperaba: quise migrar de iOS a Windows Phone, y el experimento no salió bien. Aunque el Nokia Lumia 920 con el que lo hice es un gran terminal, el sistema operativo sigue siendo insuficiente para los usuarios avanzados, al menos en mi opinión. Hace siete meses hice lo mismo pero con Android. Quise migrar a él desde iOS, y lo hice con el mejor terminal Android que había entonces en el mercado, el HTC One X. El resultado fue el mismo: a los pocos días, me convencí de que era mejor seguir en iOS. Esta vez, el HTC One lo ha conseguido, por muchos motivos. Tras varios días usándolo como único terminal, mi opinión del HTC One es contundente: ya es mi smartphone preferido.

No voy a redescubrir nada que no analizaran Guille del Palacio y José Jacas en la review del HTC One que publicamos hace unos días. Su opinión del HTC One era similar a la mía, de hecho. Era un terminal que prometía muchísimo tras tenerlo en la mano por unos momentos, pero que no esperaba que fuese tan bueno. Tanto, que básicamente es el único smartphone en tres años que me ha hecho olvidar el iPhone, a pesar de que varias veces intenté migrar, pero que nunca encontré un sustituto que se ajustase a mis necesidades.

El HTC One no es un dispositivo perfecto, de hecho no creo que éste exista. Pero sí es, a mi juicio, merecedor del 9,5. Tiene un diseño exquisito, sólo empañado por dos detalles: la línea vertical sobre la cámara, que no me convence, y el botón de bloqueo, que está puesto en el peor sitio posible. Mientras que Samsung o Nokia han apostado por enviar al lateral derecho este botón, pulsable mientras lo manejamos a una mano, el HTC One lo envía a la parte izquierda del borde superior, la más alejada de nuestros dedos si lo cogemos con la mano derecha. Fuera de esto, la construcción y los acabados del HTC One me parecen de lo más elegante que he tenido nunca en la mano.

Su cámara, que me ha sorprendido sobre todo en condiciones de baja luz, sus altavoces -que de hecho suenan 'demasiado' altos y hace que las notificaciones asusten-, su pantalla, que tiene una calidad increíble y a mi juicio la mejor reproducción de color y nitidez del mercado, o la madurez que ha alcanzado Sense en su versión 5.0, han hecho que este terminal me acabe conquistando. Si a ello le añadimos una batería aceptable (la del One X resultó decepcionante). Sobre Sense, sí hay algo que no me convence: Blinkfeed. O mejor dicho, me convence, y lo considero un valor añadido, pero no me gusta que no pueda ser desactivado como un widget más. Volviendo a la cámara, la tecnología Ultrapíxel es el nombre comercial otorgado a la capacidad de reducir el tamaño de las fotografías a cambio de tener píxeles mucho más grandes y luminosos. La interfaz de la cámara y sus posibilidades son realmente buenas, y los resultados, como este:

Opinión del HTC One

Aparte, sus extras, más exclusivos o menos, también me han acabado ganando. Por ejemplo, poder usar el NFC, que aunque no ha acabado de despegar sigue siendo una opción interesante para los hard-users, y que Apple sigue sin querer implementar. O su puerto de infrarrojos que hace de mando a distancia universal de televisión, demasiado tentador como para no provocar el caos en los bares durante los partidos de Champions. Luego también hay otros que ni he usado ni creo que vaya a usar, como los Zoes (imágenes parcialmente en movimiento) o los pases de vídeo automáticos desde la galería de imágenes. No empeoran mi opinión del HTC One, pero tampoco la mejoran.

Repito, no es un smartphone perfecto. Me gustaría que su pantalla fuese un poco más manejable, que su botón de desbloqueo estuviese en un lugar ergonómicamente aceptable, que Blinkfeed pudiese desactivarse, o que los auriculares in-ear que trae de serie no fuesen de los más incómodos que me he puesto jamás. Pero esto no quita el enorme trabajo que ha hecho HTC con su nuevo terminal estrella. Y honestamente, el HTC One es el terminal que me convenció para pasarme de iOS a Android. Ahora queda esperar que HTC no repita los errores del pasado y consiga unas buenas cifras de ventas. Lo merecen tras crear un producto así.

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