En un mundo ideal los operadores de telefonía asegurarían una cobertura 100% a sus usuarios en cualquier lugar. En la triste realidad muchos factores influyen en la intensidad de señal que recibimos en nuestros terminales. Muchos usuarios deciden instalar un repetidor de señal para proveer de buena cobertura a sitios como sótanos. Sin embargo, la FCC ha decidido acabar con la no regulación de esta práctica.
Hasta la fecha no era necesario solicitar ninguna clase de permiso para poder instalar un repetidor de señal. Las propias autoridades suelen instalarlos para dotar de cobertura móvil a túneles de carretera e incluso se utiliza en grandes edificios para cubrir las zonas que quedan sin cobertura.
Sin embargo la comisión del mercado de las telecomunicaciones estadounidense (FCC) ha decidido que, a partir de ahora, sea necesario un permiso especial para su instalación, debiéndose comunicar previamente a los operadores de telefonía. Argumenta que, si bien los casos hasta la fecha son escasos y de poca importancia, este tipo de dispositivos pueden crear interferencias en las señales de telefonía móvil y su instalación sin control puede crear problemas a largo plazo.
El verdadero problema surge en que ya hay un parque instalado de dos millones de unidades en Estados Unidos. Por orden de la FCC todos los usuarios, que nunca han tenido un impedimento para comprar e instalar un repetidor de señal, deberán apagar los dispositivos y proceder a registrarlos con sus correspondientes operadores de telefonía. Además será el operador el que tendrá que aprobar la instalación tanto de nuevas unidades como de unidades ya instaladas, por lo que habrá casos de usuarios que se quedarán definitivamente sin poder usar su repetidor de señal.
El espectro radioeléctrico de muchos países empieza a estar bastante saturado debido al boom de comunicaciones móviles a través de internet junto a otros factores como la adaptación de señales digitales para la televisión. Las autoridades se están encontrando con verdaderos quebraderos de cabeza para cuadrar todas las señales disponibles en la actualidad. Buena muestra de ello es la chapuza realizada con la TDT en España, que pocos años después de su entrada en funcionamiento va a tener que cambiar de frecuencias para dejar espacio libre a las comunicaciones 4G.