Suele decirse que las mujeres son más frioleras que los hombres. Incluso parece que hay cierta evidencia científica detrás, pues ellas producen menos calor. El motivo es que los hombres tienen más masa muscular, de tal manera que queman más calorías, incluso en reposo. Esto es totalmente cierto, pero debemos dar un poco de contexto y analizar el dato en su conjunto. A la hora de establecer cómo responden los seres humanos al frío, la mayoría de estudios, para sorpresa de nadie, se han realizado en hombres. Por eso, aun sabiendo que ellos producen más calor, no se puede asegurar a ciencia cierta que las mujeres pasen más frío, ya que hay más factores que entran en juego y que no se han contemplado adecuadamente.

Por eso, recientemente un equipo de científicos de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos ha llevado a cabo una investigación más completa al respecto. En ella, se analiza cómo responden al frío tanto los hombres como las mujeres. No se analiza solo quiénes generan más calor. También se tienen en cuenta otros mecanismos que pueden influir en el mantenimiento del calor corporal a medida que bajan las temperaturas.

De este modo, han visto que no hay apenas diferencias entre hombres y mujeres. En todo caso, si hubiese que elegir uno de los dos sexos, sus resultados apuntan a que los hombres pasan un poco más de frío. Cabe destacar que el estudio se ha llevado a cabo con 28 personas, de manera que habría que seguir investigando y repetir el procedimiento con más participantes para tener resultados más sólidos. Sea como sea, incluso con esa baja participación, vale la pena tener en cuenta que las creencias sobre el frío de las mujeres podrían estar poco fundamentadas.

Los mecanismos del ser humano para regular su temperatura

Los seres humanos tenemos la capacidad de mantener una temperatura corporal más o menos constante. Independientemente de si en el exterior hay 40 ºC o si el mercurio ha descendido bajo cero, nuestro cuerpo se mantiene entre los 36º C y los 37 ºC más o menos. Esto se debe a que contamos con varios mecanismos para regular la temperatura.

Por ejemplo, cuando hace calor recurrimos a la sudoración. El sudor sale a través de los poros de nuestra piel y se queda en la superficie. Una vez allí, este debe evaporarse, para lo cual necesita calor, que se extrae del cuerpo. Además, los vasos sanguíneos más cercanos a la piel se dilatan, de tal manera que, con un mayor flujo de sangre, el calor se libere más fácilmente.

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La sudoración es uno de los mecanismos que empleamos los humanos para mantener la temperatura. Crédito: Hans Reniers (Unsplash)

Al contrario, cuando hace frío, los vasos sanguíneos se contraen, para retener el calor. Y eso no es todo. También tenemos mecanismos como la acción de tiritar, que nos ayudan a calentar el cuerpo. Incluso procesos como el metabolismo de la glucosa ayudan a producir calor. ¿Pero qué diferencias hay entre hombres y mujeres?

El sexo que pasa más frío

Hay varios estudios que analizan factores que pueden influir en que las mujeres pasen más frío. Principalmente se centran en el análisis de la tasa metabólica de cada sexo. La de los hombres es más rápida, de ahí que se entienda que se calientan más fácilmente. Y esto es verdad, pero, como ya hemos visto, hay más factores.

En este nuevo estudio, se hizo a 28 hombres y mujeres pasar durante 5 horas a una habitación con la temperatura controlada, vestidos todos con la misma ropa. La temperatura fue bajando desde los 31 ºC hasta los 17 ºC. En todo el proceso se les fue preguntando sobre su percepción de frío, pero además se les tomaron varias mediciones, como los niveles de absorción de glucosa, la electricidad muscular o la temperatura central y de la piel.

Curiosamente, la temperatura central de las mujeres en respuesta al frío resultó ser ligeramente superior que la de los hombres. Además, su temperatura de confort se situó de media en los 22 ºC, mientras que la de los hombres estaba en los 23 ºC. Las diferencias son mínimas, pero si nos ceñimos a ellas significa que los hombres pasan más frío que las mujeres, al contrario de la creencia popular. 

En el resto de mediciones no hubo diferencias. Además, a medida que se descendía a los 17 ºC, no hubo diferencias en parámetros como los escalofríos o la comodidad autoinformada. 

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Según el estudio, la fama de frioleras de las mujeres es inmerecida. Crédito: Freestocks (Unsplash)

¿A qué se debe todo esto?

Habría que realizar el mismo estudio con más participantes. Mientras tanto, los autores creen que todo esto puede deberse a que, si bien las mujeres son más pequeñas por lo general y tienen una tasa metabólica menor que la de los hombres, también tienen una mayor concentración de grasa, especialmente en algunas zonas del cuerpo. Por eso, aunque no generen más calor, sí que retienen eficientemente el que producen.

Si hay algo que se puede concluir tajantemente de este estudio es que ya era hora de que las mujeres se tuviesen en cuenta en los estudios sobre la regulación humana de la temperatura. Así, habrá más lugar para la ciencia y menos para los mitos. Eso es lo ideal para beneficiarnos a todos. 

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