Hace dos meses Tom nos contaba que Nokia había decidido cerrar su fábrica en Rumanía y despedir a los 3.500 trabajadores que tenía allí y poco después supimos que la asiática ZTE estaba interesada en comprarla. Cuando Nokia anunció el cierre de las instalaciones no puso una fecha concreta, pero habló de "finales de año", así que todos interpretamos que seguirían trabajando hasta que acabase 2011. Sin embargo, Nokia ya ha empezado a despedir a sus trabajadores rumanos de forma escalada en las últimas semanas. En teoría ayer fue el último día de trabajo en la planta.

Según declaró hace unos días uno de los líderes sindicales de la empresa, los pedidos que estaban pendientes iban a estar finalizados para el 30 de noviembre. Los trabajadores cobrarán entre diciembre y marzo y en abril recibirán las compensaciones pactadas con Nokia. Como lo de quedarse sin trabajo en la economía actual no es para tomárselo a broma, Nokia ha suavizado el golpe regalando un teléfono a sus empleados. Dicho así no suena mal, pero la empresa finlandesa podría haberse estirado un poco más porque el terminal elegido es un Nokia 500, en estos momentos uno de los smartphones de gama más baja del catálogo de la compañía.

Vía | intomobile.com

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