Quizá, la obra de cine animado con plastilina —es decir, en plastimación o claymation— más famosa es Pesadilla antes de Navidad. Pero el estudio más relevante que se ha especializado en este estilo es Aardman, al que le debemos Chicken Run: Evasión en la granja. También el cortometraje más pequeño de la historia: Dot.
Merece la pena hablar de él. No solo porque se trata de una curiosa pieza de arte, sino también por su acogida en el Libro Guinness de los récords. Todo empezó cuando Daniel Fletcher, docente en el campus de la Universidad de California situado en Berkeley, confeccionó un microscopio portátil que se podía conectar a un teléfono Nokia N8, de alta gama entonces. El propósito del profesor era que esta tecnología, la CellScope, se utilizase para diagnosis médica.
El de la compañía multinacional de Finlandia, por supuesto, consistía en vender su nuevo dispositivo móvil. Se encontraban en una situación complicada. Tras dominar el mercado móvil durante años, la llegada del iPhone y de Android los enfrentó con una realidad amarga. Estaban sangrando cuota de mercado. Nokia necesitaba demostrar que eran capaces de hacer smartphoens de alta gama con altas prestaciones. Así que invirtió una inmensa cantidad de presupuesto para que el marketing la ayudara a situarse en una luz positiva frente a sus rivales. Recurrieron a la agencia publicitaria Wieden + Kennedy. Y de ahí salió Dot.
Dot, la hazaña más minúscula de Nokia y Aardman
Dicha agencia contrató a Aardman para que filmase un corto, uno que funcionaría como un anuncio para el propio Nokia. Pero hubo que pensar en ciertas adaptaciones técnicas. Según Marketing Week, el ingeniero Lew Gardiner “trabajó junto con el Departamento de Física de la Universidad de Bristol para crear su propia cámara de producción CellScope”. Y el estudio se sirvió de una impresora 3-D para convertir los diminutos objetos y personajes diseñados del ordenador en algo físico con un material de resina plástica.
El resultado de los esfuerzos de Sumo Science, los directores Ed Patterson y Will Studd, fue Dot. Noventa y siete segundos de animación grabada con óptica Carl Zeiss, un aumento de 60x y doce megapíxeles. Durante ese corto espacio de tiempo, una mujer con nueve milímetros de altura huye de una amenaza como en un videojuego de plataformas y, al final, decide darse la vuelta y confrontarla. Para ello tuvieron que elaborar hasta cincuenta muñequitas para las diferentes poses y moverlas con pinzas.
El conjunto del set de rodaje no medía más de un metro y medio de largo. “Se convirtió en una verdadera prueba bregar a una escala tan pequeña y tener la paciencia para seguir adelante hasta el final”, declaró Ed Patterson. Quien se sorprendía de que hubiese salido mejor de lo que su colega Will Studd y él esperaban. Y para Heather Wright, productora ejecutiva en Aardman, el proyecto era “genial, desafiante y muy emocionante para el estudio”.
A por más récords
Por aquella época y desde la perspectiva de sus responsables, la aportación de Nokia se revelaba “absolutamente única, uno de esos raros casos en los que la idea y la ejecución son interdependientes por completo”. No por nada, Dot obtuvo quince premios publicitarios y un Webby de la Academia Internacional de Artes y Ciencias Digitales, los Oscar de internet. Y fue incluido en el Libro Guinness de los récords de 2011 por “la animación de personajes en stop motion más pequeña del mundo”.
Pero los artistas de Aardman no se quedaron ahí. Se les ocurrió el proyecto opuesto al de la mujer en miniatura y su escenario reducido. Con la mediación de Wieden + Kennedy, el corto Gulp fue rodado por Suma Science con el mismo teléfono en el set de animación fotograma a fotograma más grande hasta la fecha. Y ni esta novedad ni The Commuter, otra película breve que Edward y Rory McHenry habían realizado con el Nokia N8 el año anterior, hicieron que este móvil pudiese competir con el iPhone 4.