La semana pasada todo el mundo se quedó sorprendido por el famoso coche sQuba, que sólo en su planteamiento inicial me parece estupidísimo: un descapotable que se sumerge en el agua... Como para llevar las facturas en la guantera. Aunque claro, los super agentes secretos no pagan sus cuentas. ¿Qué droga se meten los diseñadores cuando se les ocurren estas panaceas?

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