Tras medio año de pandemia, si hay una certeza que podemos albergar es que aún nos queda coronavirus para rato y que solo una vacuna o un tratamiento podrán hacernos respirar algo más tranquilos. Tal es la desesperación que los gobernantes de algunos de los países afectados ya han comenzado a aventurarse a proporcionar una fecha para la administración de las primeras dosis. Es por ejemplo el caso de España. Sin embargo, los propios científicos detrás de la vacuna a la que hacen referencia ya han avisado que es imposible dar una fecha, pues aún queda un amplio proceso hasta que pueda comercializarse con toda seguridad. En cuanto a la población, no todas las personas están igualmente dispuestas a ponerse la vacuna cuando esté lista.

Por un lado están los grupos antivacunas, que se niegan a que se les administre tanto esta como cualquier vacuna. Otros, en cambio, no tienen problemas con aquellas cuya eficacia se haya demostrado sobradamente con los años, pero sí muestran reticencias respecto a una que ha debido desarrollarse a contrarreloj. La proporción de personas pertenecientes a ambos grupos por países puede extraerse de la encuesta en línea sobre coronavirus que ha publicado recientemente el MIT.

¿Por qué es importante que haya pocos reacios a ponerse la vacuna?

Se calcula que para que haya inmunidad de rebaño debe estar inmunizado aproximadamente el 60%-70% de la población.

Debe tenerse en cuenta que ciertos grupos, como los recién nacidos o los pacientes inmunodeprimidos, no pueden vacunarse, por lo que es importante que las personas a su alrededor lo hagan. Más de un 50% de la población debería estar dispuesta. Pero en muchos países, al menos en base a esta encuesta, eso será difícil.

Si nos fijamos en los tres países más afectados por la pandemia, sí que hay un porcentaje alto de personas que quieren ponerse la vacuna en dos de ellos, pero no en el que se encuentra en cabeza. En Estados Unidos, donde en la actualidad hay más de 6 millones de infectados, solo un 56% de sus habitantes se vacunaría ya. El porcentaje es mucho mayor en la India, con un 74%. En cuanto al tercer país de este triste ránking, Brasil, su población es la más propicia del pódium a recibir el fármaco, pues un 84% de los brasileños desea hacerlo en cuanto pueda.

También hay una gran concienciación en dos de los primeros países asiáticos por los que viajó el virus desde que se dio a conocer. En China, donde se detectaron los primeros casos conocidos, un 85% de las personas que viven allí desean vacunarse. La cifra es similar en Corea del Sur, con un 84%. En cuanto a Japón, el porcentaje baja hasta un 66%, aunque se encuentra aproximadamente en el margen necesario para la inmunidad de rebaño.

España y Latinoamérica

España, el segundo país europeo con más infectados por la pandemia, cuenta con un 67% de personas que quieren ponerse la vacuna.

Pasando a Latinoamérica, donde la pandemia golpea duramente, en su país con más casos tras Brasil, Perú, la cifra es muy alta, de más del 77%. El siguiente de la lista, Colombia, se encuentra en un 71% de personas dispuestas a la vacunación. Y también por encima del 70% están mexicanos y argentinos, con otro 71% y un 72% respectivamente.

Europeos recelosos

En la otra cara de la moneda, resulta curioso el caso de Francia; donde, a pesar de ser el tercer país europeo con más infectados por coronavirus, solo el 47% de su población desea ponerse la vacuna en cuanto sea pueda.

Incluso por debajo de esta cifra está la de otro país de Europa, Polonia, con un 44%.

¿Qué pasa en África?

Desde los inicios de la pandemia, la OMS ha mostrado en reiteradas ocasiones su preocupación por los países africanos. Algunos, como el Congo, acaban de salir de otra epidemia de un virus tan preocupante como el ébola. Otros conviven con ciertas enfermedades endémicas y la mayoría con unos recursos sanitarios muy limitados.

Por supuesto, deberán tenerse muy en cuenta cuando haya vacuna. ¿Pero qué opina su población?

Actualmente el país de este continente más afectado por el coronavirus es Sudáfrica, donde un 61% de sus habitantes sí querrían ponerse la vacuna. Sin embargo, en otros lugares la cosa cambia. En Costa de Marfil, por ejemplo, solo hay un 46% de personas dispuestas a ello, y en Ghana son un 51%.

Pero también hay africanos deseosos de vacunarse. En Mozambique más de un 61% votó que sí en la encuesta, en Tanzania un 64% y en Kenia la cifra ascendió hasta un 70%.

Resulta curioso que en países donde el acceso a las vacunas y a la medicina en general es tan complicado los porcentajes sean mucho más elevados que en naciones como Estados Unidos o Francia. O puede que sea esa la respuesta. Los seres humanos hemos evolucionado hasta un punto en el que repelemos nuestros propios avances. Quizás porque ya no podemos recordar lo mal que vivíamos antes de tenerlos. En los países donde las personas mueren continuamente por no haber podido vacunarse, el movimiento antivacunas no existe prácticamente. Desde luego, es algo que deberíamos meditar.

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