MERS

NIAID (Wikimedia)

El mismo día que Corea del Sur anuncia el fin del brote epidémico del **MERS*, científicos de los National Institutes of Health (Bethesda, Estados Unidos) han anunciado que la investigación sobre una vacuna contra este virus ha dado resultados positivos. Los resultados de los ensayos realizados en animales, publicados en Nature Communications*, han conseguido la inmunidad de ratones y macacos frente a la cepa JordanN3 del virus.La vacuna protege a los ratones y a los macacos de la infección del MERS

El síndrome respiratorio de Oriente Medio, producido por el coronavirus MERS-CoV, fue detectado por primera vez en Arabia Saudí en 2012. Este tipo de virus está detrás de enfermedades tan habituales como el resfriado común o tan peligrosas como el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). Desde hace tres años, el virus ha infectado a casi 1.400 personas, produciendo la muerte de casi 500 pacientes.

Las cifras, por tanto, no son tan impactantes como las observadas en el reciente brote de ébola. Las causas son múltiples, pero la Organización Mundial de la Salud ha destacado que la transmisión del coronavirus entre personas que hayan tenido contacto no es tan sencilla como ocurre en el caso del ébola.

Escondido en reservorios animales

En cualquier caso, el MERS también se trata de una zoonosis al encontrarse reservorios animales para el virus como los camellos. Por los análisis genómicos realizados hasta el momento, se cree que el coronavirus se originó inicialmente en murciélagos, y en algún momento dio el salto a otra especie, logrando afectar a camellos y humanos. Los brotes epidémicos, localizados en Oriente Medio y en Asia, han llevado a las autoridades a promover la investigación de una vacuna que pueda frenar el ataque de este virus.

Los primeros resultados han sido publicados ahora en la revista **Nature Communications**. Los investigadores resaltan en el trabajo la necesidad de desarrollar una vacuna ante los diversos reservorios animales donde podría estar "escondiéndose" el virus y la ausencia de un tratamiento frente al síndrome respiratorio de Oriente Medio.

CDC
CDC Global (Flickr)

Hasta el momento, la comunidad científica se había centrado en desarrollar vacunas frente al MERS y otros coronavirus utilizando virus inactivados o virus vivos atenuados. Ninguna de estas estrategias había funcionado por completo, por lo que los investigadores del NIH decidieron crear una vacuna utilizando la glicoproteína Spike, con el objetivo de que su administración promoviera la generación de anticuerpos que neutralizaran al virus y así frenaran la infección.

Es la primera vez que una vacuna contra el MERS protege a primates no humanosEl estudio muestra la inoculación del ADN que codifica esta proteína y una de las subunidades truncadas de Spike en dos especies animales, los ratones y los macacos. Los científicos del NIH desarrollaron cinco tipos diferentes de vacunas contra el MERS utilizando esta estrategia, con el objetivo de determinar la respuesta inmune de los modelos animales evaluados. Para estimar la efectividad de la vacuna analizaron la concentración de inmunoglobulina G (IgG), que les serviría de "señuelo" para rastrear si su estrategia podría ser capaz de frenar la infección del MERS.

Como explican en el trabajo, la vacuna contra el MERS ideada ha sido la primera en demostrar la generación de anticuerpos neutralizantes en ratones y macacos. El uso de dos especies animales en los ensayos preclínicos es una condición necesaria antes de poder evaluar la seguridad y la eficacia de la vacuna en humanos.

Su estrategia ha sido capaz de frenar al virus atacando diversas partes del mismo, reduciendo así las posibilidades de que el coronavirus pueda "escaparse" del sistema inmune ante exposiciones posteriores de estos modelos animales (incluso aunque el propio virus fuera capaz de mutar). A pesar de las conclusiones optimistas de la investigación, los científicos recalcan que será clave realizar más estudios, puesto que la enfermedad del MERS es mucho más débil en primates no humanos, por lo que la eficacia y seguridad de la vacuna en nuestra especie podría ser diferente a la observada en macacos.

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