A lo largo de el MWC 2015 hemos visto una cantidad ingente de novedades relacionadas con los smartphones. Desde HTC hasta Samsung, Sony e incluso Panasonic. Sin embargo, a pesar de todas las diferencias entre ellos, todos tienen algo en común: en su interior funcionan con el sistema operativo Android, el cual se encuentra en la gran mayoría de smartphones del Mobile World Congress, ya sean marcas grandes o pequeñas.

Y he aquí la cuestión sobre la que quiero hablar. Dejando aparte los Lumia 640 y 640 XL que presentó la propia Microsoft, ¿ha habido otros smartphones con Windows Phone en el MWC 2015? La respuesta corta a esta pregunta es: Sí, ha habido otros Windows Phone. El problema viene cuando analizamos un poco más en profundidad cuáles son los que hemos visto y, sobre todo, cuáles son los que no hemos visto. Y lo cierto es que el panorama es desolador.

Si esperabas ver un Galaxy S6 con Windows Phone, mi consejo es que no esperes sentado mucho tiempo.
Si esperabas ver un Galaxy S6 con Windows Phone, mi consejo es que no esperes sentado mucho tiempo.

Aparte de dos prototipos de Kyocera y Panasonic, un gama baja de Acer, así como un smartphone premium de Coship BVC que sólo aparecerá en algunos mercados a un precio aún desconocido, no ha habido nada más reseñable. Nada. Cero. Esto no es el desarrollo de una idea, son sólo datos. Y los datos están muy en contra del sistema operativo de Microsoft.

Muchos pensábamos que con las licencias gratuitas para Windows 8.1 en dispositivos de 9 pulgadas o menos, este sistema finalmente despegaría y se consolidaría, pero es evidente que no es así, y no porque Windows Phone sea un mal producto. De hecho, si valoramos únicamente el sistema operativo Windows Phone no tiene nada que envidiar a iOS o Android. Pero este no es el caso, y un sistema operativo no viene solo, sino que depende de una serie de partes igualmente importantes que el sistema en sí.

La clave no está en hacer las licencias gratuitas, sino en hacer un producto que el público quiera.

El principal problema es que Microsoft no sabe cómo vender Windows Phone. Se encuentra en una posición de desventaja, al contrario que en la época PC vs. Mac, y está claro que el tercer puesto es algo con lo que la compañía comandada por Satya Nadella no se siente cómoda aún. Tener un sistema operativo igual de bueno que la competencia no le basta para forzar el cambio de los usuarios de una plataforma a otra, y su catálogo de aplicaciones, la única baza con la que podrían hacer algún tipo de cambio, sigue siendo muy inferior a iTunes o al Google Play Store.

Esta inferioridad se traduce claramente en inseguridad por parte de las empresas a la hora de confiar en Windows Phone. Las compañías no quieren riesgos, quieren dinero seguro, y les guste o no le guste, Android es una apuesta más segura que Windows, incluso con Windows 10 de camino. De ahí que ni Samsung, ni HTC, ni Sony, ni LG ni ningún otro fabricante importante de Android quiere destinar recursos a lo que consideran una causa perdida. Y hasta cierto punto los entiendo.

windows 10
¿Será la solución al problema de Windows Phone un súper ecosistema? Ya veremos.

Una vez planteado el problema, ¿qué pasa con la solución? Bueno, al menos en Redmond están intentando cosas nuevas. De conseguir esa unión entre dispositivos que buscan con Windows 10, podríamos estar hablando de uno de los ecosistemas más sólidos y diversificados en la actualidad. Además, podría solucionarse el problema de las aplicaciones con el sistema de aplicaciones únicas para diferentes versiones del sistema operativo, y la sincronización entre dispositivos, al estar controlado todo bajo un mismo techo, podría ser excelente. Pero hasta que no lo vea con mis propios ojos los sueños, sueños son.

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