Superman ya tiene padre. Bueno, todos sabemos que tiene dos: el adoptivo, Jonathan Kent, y el biológico, Jor-El. Pero ahora, además, tiene otro padre más en la ficción, en la nueva película de James Gunn que se estrenará en 2025. El escogido ha sido Pruitt Taylor Vince, un actor estadounidense al que a lo largo de su carrera se le han concedido muchos papeles de personas nerviosas y excéntricas. Todo lo contrario a Jonathan Kent. Pero si ha interpretado tan habitualmente a este tipo de personajes no ha sido porque no sepa interpretar a alguien tranquilo, sino porque se ha aprovechado para ello una condición ocular por la que su ojo tiembla continuamente: el nistagmo.
No es una enfermedad grave, ni muchísimo menos, aunque sí puede ser una condición muy molesta para quien la padece. Sin embargo, Pruitt Taylor Vince ha conseguido sobreponerse a estos síntomas hasta el punto de incluirlos en sus personajes.
Se calcula que 1 de cada 5.000 niños nacen con nistagmo. En otros casos, se adquiere con la edad, ya sea por alguna otra enfermedad o por consumo de ciertas sustancias. No sabemos mucho sobre la situación de este actor. Solo que, posiblemente, aportará al padre de Superman un cariz para el que no estamos acostumbrados, pero que, ¿quién sabe?, quizás contribuya a enriquecer al personaje.
¿Qué es el nistagmo?
El nistagmo es una condición oftalmológica, por la cual los ojos se mueven de forma involuntaria y generalmente rápida, aunque se pueden alternar también movimientos lentos.
Hay tres tipos de nistagmo. En el horizontal, los ojos se mueven de izquierda a derecha, en el vertical de arriba a abajo y en el giratorio en forma de círculo. La mayoría de casos se dan en los dos ojos, aunque, sobre todo si es un nistagmo adquirido, puede ocurrir solo en uno.
Aunque el movimiento de los ojos es el rasgo principal, el nistagmo puede ir acompañado de otros síntomas, como sensibilidad a la luz, mareos o visión borrosa o temblorosa. Además, las personas con nistagmo suelen mover constantemente la cabeza para intentar acomodar la visión al movimiento de los ojos. Esta es también una razón por la que los personajes más antiguos de Pruitt Taylor Vince solían ser personas excéntricas, con comportamientos casi erráticos.
¿A qué se debe?
Justamente ese movimiento de la cabeza tiene relación con el origen del nistagmo. Nuestros ojos se mueven de forma involuntaria para acomodar la visión cuando giramos la cabeza o movemos el cuello. En cambio, en las personas que tienen esta condición oftalmológica, las regiones del cerebro que controlan ese movimiento ocular no funcionan adecuadamente. Por eso, los ojos se mueven sin que sea necesario.
Puede tener un origen hereditario, como ocurre en la mayoría de casos congénitos (de nacimiento). Muchos de esos niños que nacen con nistagmo tienen también otras afecciones que afectan a la vista, como el albinismo. En algunos casos no hay otras enfermedades, más allá del movimiento de los ojos.
En cuanto a los casos adquiridos en adultos, pueden darse lesiones en el cerebro que afecten al movimiento de los ojos, ya sea por un accidente o una enfermedad. Además, es posible que el consumo de algunas drogas, incluyendo el alcohol, cause nistagmo.
Otra enfermedad característica de la edad que puede provocar este movimiento de los ojos son las cataratas.
¿Se puede tratar el nistagmo que padece Pruitt Taylor Vince?
El nistagmo no se puede tratar por completo. Si es consecuencia de otra afección, como las cataratas, el tratamiento realmente sería la operación de las propias cataratas. En el caso de que se deba al consumo de sustancias, habría que retirarlo para volver a la normalidad anterior.
Sin embargo, para los casos congénitos es mucho más complicado. Normalmente no hay una forma definitiva de tratarlo, aunque se puede recurrir a inyecciones de neuromoduladores que ayudan a controlar en parte ese movimiento para que no se altere tanto la visión.
No sabemos si Pruitt Taylor Vince ha recurrido a este tratamiento. Lo que es seguro es que sabrá hacer que su personaje no se vea resentido por el nistagmo. Son ya muchos años dedicándose a la interpretación sin que el movimiento involuntario de sus ojos se lo impida.