El ejército de EE. UU. podría utilizar el cohete Starship para «misiones peligrosas o sensibles» sin la intervención de SpaceX, la compañía espacial fundada por Elon Musk y fabricante de la nave. El Pentágono hizo una petición para poder utilizar la nave como un activo «de propiedad y de operación gubernamental» en estos casos especiales, de acuerdo con un reporte de Aviation Week.

SpaceX todavía está evaluando la solicitud, explicó Gary Henry, asesor principal de Soluciones Espaciales de Seguridad Nacional de la compañía. «Hemos tenido conversaciones… Y realmente se redujo a misiones específicas, donde hay un riesgo muy específico, a veces elevado, o tal vez un caso de uso peligroso para el Departamento de Defensa de Estados Unidos», dijo Henry, durante la Conferencia de Movilidad Espacial celebrada este martes en Florida.

El representante de SpaceX remarcó que estaban «explorando todo tipo de opciones». El Pentágono ha estado considerando utilizar Starship durante años. Por ejemplo, el Comando de Transporte de EE. UU. (USTRANSCOM) consideró en 2020 el uso del cohete para transportar carga o personal por todo el mundo.

La propuesta sería utilizar a Starship con una dinámica parecida a como la Fuerza Aérea mueve ciertas cargas. En caso de que una misión sea considerada «peligrosa o sensible», el Departamento de Defensa podría retirar una nave espacial y devolverla a SpaceX una vez completada la tarea.

Motores Raptor en el propulsor de la Starship Super Heavy
Crédito: SpaceX

A la espera del siguiente lanzamiento de Starship

El coronel Eric Felt, directivo de la Oficina del Secretario de la Fuerza Aérea para la Adquisición e Integración Espacial, confirmó que «podría haber algunos casos de uso en los que sea necesario que haya un vehículo de propiedad y operación gubernamental». Felt explicó a Aviation Week que esa transferencia «puede ocurrir sobre la marcha».

Starship está en pleno desarrollo. SpaceX confirmó en enero que estaba esperando el visto bueno de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) para realizar el tercer lanzamiento de prueba de la nave. Jessica Jensen, vicepresidenta de operaciones e integración de clientes de la compañía, adelantó que la aprobación y el lanzamiento podrían ocurrir en febrero.

Las primeras dos pruebas resultaron en frustraciones importantes. La última vez, la nave Starship explotó antes de que llegara a la órbita terrestre. A diferencia de lo ocurrido en el primer despegue de abril de 2023, la nave sí logró separarse del cohete Super Heavy con éxito. Pero el propulsor estalló poco después y obligó a que la nave fuera destruida antes de alcanzar la altura deseada.

Además de sus eventuales usos militares, Starship fue elegido para el programa Artemis de la NASA. La agencia espacial planea utilizarle como módulo de aterrizaje para transportar las primeras tripulaciones humanas a la Luna luego de más de 50 años.

La NASA esperaba regresar a los humanos a la Luna para finales de 2025, con su misión Artemis III. Sin embargo, varios problemas con la misión retrasaron la vuelta hasta 2026, confirmó la agencia a principio de enero. Starship es uno de los motivos.

«SpaceX debe completar una cantidad significativa de trabajo técnico complejo para respaldar la misión de aterrizaje lunar», señaló en un reporte independiente la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos publicado en noviembre. El organismo remarcó: «SpaceX ha logrado avances limitados en la maduración de las tecnologías necesarias».

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