Un sorpresivo cambio sacude el desarrollo de Destiny 2. Joe Blackburn, el director del juego, anunció su salida de Bungie, que se hará efectiva en próximas semanas. Un histórico del estudio ya ha sido designado como su reemplazante para tomar las riendas del proyecto.
Según comentó Blackburn en su cuenta de X (Twitter), su alejamiento de Destiny 2 se producirá en febrero, una vez que Bungie complete las pruebas de extremo a extremo de The Final Shape, su próxima expansión.
Por lo pronto, se desconoce si el alejamiento del hasta ahora director de Destiny 2 se vincula con los despidos que sufrió el estudio meses atrás, o con el complejo panorama financiero que afronta la compañía.
El título insignia de Bungie ya no goza de la misma popularidad que en otros tiempos, y los fanáticos no han dudado en señalar a la propia empresa como la responsable de esta situación.
Una vez que se concrete la salida de Joe Blackburn, Tyson Green asumirá la dirección de Destiny 2. El susodicho ostenta un largo periplo como parte de la compañía, habiéndose unido a la misma en 1999 como parte del equipo de Myth II. Posteriormente, estuvo involucrado en el desarrollo de Halo 3, Destiny y Destiny 2.
La designación de Green como director de D2 tiene lógica, considerando que ha sido líder de diseño tanto de este título como de su predecesor. Blackburn no ofreció más detalles con respecto a su alejamiento de Bungie, aunque sí remarcó que las pruebas internas del próximo DLC de Destiny 2 representarán un momento muy emotivo en esta transición de liderazgo.
"He podido jugar cientos de horas de The Final Shape, y lo que el talento de clase mundial de Bungie ha creado se ha convertido rápidamente en una de las cosas de las que estoy más orgulloso de haber trabajado a lo largo de mi carrera", publicó.
Tyson Green, un histórico de Bungie, toma las riendas de Destiny 2
Pese a ser uno de los creativos de mayor recorrido en Bungie, Tyson Green no tendrá una tarea sencilla como próximo director de Destiny 2. El título afrontará un cambio crucial en el formato de distribución de contenidos tras el lanzamiento de la expansión The Final Shape.
Una vez que este se concrete, el juego abandonará las cuatro temporadas anuales y en su lugar implementará tres episodios más grandes. Los primeros, Echoes, Revenant y Heresy, utilizarán los eventos del próximo DLC como punto de partida.
Vale recordar que The Final Shape debía lanzarse en febrero, pero su estreno se postergó hasta el próximo 4 de junio. Bungie se juega una ficha muy importante con esta propuesta, puesto que aspira a recuperar a los jugadores que Destiny 2 ha perdido en los últimos tiempos.
El juego se ha visto muy afectado por las críticas a su estrategia de contenido. El público considera que Destiny 2 se ha vuelto muy hostil para los jugadores nuevos, así como demasiado cambiante para quienes abandonan el título por algunos días o semanas. Así mismo, la falta de claridad del modelo de negocio de juego como servicio también ha provocado grandes quejas. Y a esto hay que sumarle los problemas que sufre el estudio puertas hacia adentro.
En octubre, Bungie despidió a un centenar de empleados y tomó una serie de medidas drásticas para tratar de ajustarse económicamente. Desde la suspensión de nuevas contrataciones, hasta la eliminación de los bonus por vacaciones y la reducción de las compensaciones por ventas. Decisiones que también han impactado en la moral de sus trabajadores.
Pero esto no es todo. Si bien Bungie todavía funciona como un estudio independiente, pese a que Sony lo compró en 2022, eso podría cambiar este año. Existe una cláusula que indica que la corporación japonesa puede tomar el control de la compañía si no se cumplen ciertas metas financieras. Por ende, el éxito del próximo DLC de Destiny 2 es crucial tanto para la franquicia, como para el futuro de sus desarrolladores.