A medida que más participantes se suman a la carrera espacial y avanzan múltiples iniciativas para rebasar los límites de la Tierra, emergen debates y planteamientos. Entre tantos, uno resalta en especial: ¿Cómo deben actuar los astronautas frente a la muerte en el espacio? Además, ¿qué sucede, en esos casos, con los cuerpos?
“Dado lo complicado que son los vuelos espaciales, es notable cuán pocas personas han perdido la vida hasta ahora”, observa en un artículo en The Conversation Emmanuel Urquieta, profesor de Medicina Espacial del Baylor College of Medicine. Amén de ello, el especialista señala que a medida que esos viajes se vuelven más comunes, también aumenta la posibilidad de que alguien muera lejos de la Tierra.
Más de 20 astronautas murieron desde que comenzó la exploración espacial hace cerca de seis décadas. Uno de los casos más conocidos es el fallecimiento de tres personas en la plataforma de lanzamiento del Apolo 1, en 1967, aunque eso ocurrió en Tierra. Entre las muertes en el espacio, es especialmente recordada la tragedia del Transbordador Columbia. Con siete tripulantes a bordo, la nave se desintegró en su reingreso a la atmósfera, en febrero del año 2003. Hasta ahora, en la Estación Espacial Internacional (EEI) no se registraron decesos.
¿Cómo actuar frente a la muerte en el espacio? La distancia es la variable clave
Los protocolos varían de acuerdo a cuán lejos se encuentre la misión respecto a la Tierra. En ese sentido, si el fallecimiento ocurriese en la órbita terrestre baja o en la EEI —que se encuentra a unos 400 kilómetros—, sería posible que el cuerpo vuelva en una cápsula en pocas horas. Si ese evento sucediera en la Luna, la tripulación podría regresar en algunos días. Según explica Urquieta, la NASA ya tiene protocolos establecidos para las diversas circunstancias.
“Es probable que la preservación del cuerpo no sea la principal preocupación de la NASA. En cambio, la prioridad número uno sería asegurarse de que la tripulación restante regrese a salvo”, nota el médico espacial. Las reglas frente a una muerte en el espacio cambiarán cuando las misiones se encuentren realmente lejos, tal como indicamos.
“Las cosas serían diferentes si un astronauta muriera durante el viaje a Marte”, dice al respecto Urquieta. En ese caso, los sobrevivientes no podrían simplemente dar la vuelta y regresar. En cambio, probablemente el cuerpo volverá a la Tierra al final de la misión. Eso podría requerir varios años. Por eso, en tales circunstancias será clave la preservación en una cámara separada o en bolsas especiales.
Cremaciones, entierros y otras opciones descartadas
Opciones como la cremación o el entierro en el planeta rojo no son viables. La primera requiere mucha energía, un recurso valiosísimo en ese ámbito. La segunda podría ser un factor indeseable de contaminación el suelo.
Tampoco es posible arrojar el cuerpo al espacio, de un modo similar a como los marineros lanzan un cadáver al mar. Tal como observó al respecto el periódico La Nación, esa acción vulneraría directrices de las Naciones Unidas relativas a la reducción de desechos espaciales. Además, podría derivar en problemas como colisiones con satélites y naves.
¿Qué ocurre si un astronauta muere fuera de un entorno presurizado?
Los mencionados protocolos ante la muerte en el espacio se aplicarían en el caso de que el fallecido se encuentre en un área presurizada. Por ejemplo, dentro de la nave. El citado experto de la universidad con sede en Texas, Estados Unidos, describe con crudeza qué ocurriría si una tragedia sucediera en el entorno lunar o marciano. Sin la protección necesaria, el astronauta se asfixiará. Además, “la sangre y los fluidos corporales hervirían”, indica.
Urquieta concluye que, amén de los protocolos ya existentes, todavía hay muchas incógnitas respecto a cómo los astronautas lidiarían con la muerte de un colega. No se trata solamente de saber qué hacer con el cuerpo de la persona fallecida. “Ayudar a la tripulación a sobrellevar la pérdida y ayudar a las familias en duelo en la Tierra son tan importantes como manejar los restos de la persona que murió”, subraya el especialista.
En ese sentido, conforme la NASA prevé regresar a la Luna tan pronto como en 2025, y más actores se suman a la carrera espacial, colonizar otros mundos requerirá atender, también, estas posibilidades sombrías. El propio Elon Musk anticipó esos escenarios: el dueño de SpaceX reconoció que muchas personas morirán cuando se concreten los viajes al desafiante planeta Marte.
A fin de cuentas, tal como ocurre en las diversas operaciones de ese ámbito, el estudio y la planificación serán las esenciales para tratar la muerte en el espacio de manera adecuada.