¿Es posible que una película, producida con un presupuesto de 20 millones de dólares, pueda transformarse en una franquicia multimillonaria? John Wick (2014) es la respuesta afirmativa a esa pregunta. No es el único caso en la historia del cine. Pero puede que, en tiempo reciente, sí sea el más conocido. Aquella producción que surgió como un proyecto de bajo perfil se transformó en una saga que podría llegar hasta John Wick 5.
En contra de lo que suele ocurrir con las franquicias que se extienden más allá de las trilogías, en las que suele desgastarse el espectador, John Wick sigue sumando seguidores sin que estos parezcan saturados o agotados de la historia. Pero su éxito comercial no se queda solo en este aspecto. Su puesta en escena sigue evolucionando, tanto narrativa como estéticamente. Desde ese punto de vista, es válida la pregunta: ¿por qué no seguir intentando ir más allá y aprovechar el éxito de crítica y taquilla para sacar más provecho?
La respuesta a esa pregunta es un poco más compleja, porque amerita otros cuestionamientos. ¿Cuánto más puede dar de sí el protagonista de la historia? ¿Hasta qué punto es válido extender el pacto ficcional y el grado de verosimilitud en la saga John Wick? ¿Acaso el final de John Wick 4, dirigida por Chad Stahelski, no es una de las mejores decisiones que podía tomarse?
Otra franquicia, que en un principio también comenzó con un presupuesto no tan elevado y se convirtió en una fábrica de producir millones, puede servir de antecedente. Nos referimos a Rápidos y furiosos.
El caso Fast & Furious
El presupuesto de Fast & Furious fue de 38 millones de dólares. La película, protagonizada por Vin Diesel (Dominic Toretto) y Paul Walker, exploró el mundo de las carreras ilegales de coches. Lo hizo a través de un argumento base: la familia como justificación para casi cualquier acción. A esta producción le siguieron un par más, junto con dos cortometrajes que no alcanzaron el nivel de la primera.
Sin embargo, le permitieron a la franquicia presentar y desarrollar a una serie de personajes que se integraron en Fast & Furious 4, estrenada en 2009. A partir de este largometraje, la franquicia no paró de sumar dinero y espectacularidad, a la vez que seguía desarrollando su principal argumento: la familia como excusa para abordar cualquier misión, verosímil o no.
¿Qué pasó con Fast & Furious? En la octava película, esa lógica familiar se rompió porque Dominic Toretto fue, por momentos, en contra de los suyos. Esto es importante debido a que contradice el eje sobre el que había girado toda la franquicia hasta entonces. A esto se suma el desapego de aquellas carreras de coches para convertirse en una saga de acción que estrenará su décima entrega este año.
En ese sentido, puede que la franquicia John Wick esté en un momento en el que puede correr un riesgo similar: tomar una decisión que contradiga su relato actual. Se trata de una encrucijada. ¿Cuánto más puede extraerse de su protagonista, interpretado por Keanu Reeves, sin exponer a toda la narrativa?
John Wick 5: ¿se pone en riesgo el prestigio de la franquicia?
John Wick 4 le permite a su protagonista alcanzar la meta que busca desde hace tres películas. Lo consigue, fiel a la tradición que compuso a través de esas producciones, con violencia, alianzas condicionadas a distintos intereses de poder (como la administración de The Continental) y algún que otro amigo (no demasiados).
Ir contra este cierre con una nueva película protagonizada por Keanu Reeves sería algo similar a lo que ocurrió en Fast & Furious cuando Dominic Toretto fue contra su familia. Desde esa perspectiva, podría pensarse que dar continuidad a la historia, con Reeves siendo el referente, es más una estrategia comercial que narrativa. Visto lo ocurrido con John Wick 4, lo más probable es que vuelva a funcionar económicamente.
Pero, si no se hace de buena manera, esto podría afectar la verosimilitud de toda la saga de películas. El regreso de John Wick, con o sin armas, tendría que estar justificado de una manera coherente e inteligente. Esto, teniendo en cuenta el desenlace de la cuarta producción, no se parece sencillo de lograr. En cambio, de no conseguirse, se podría generar una ridiculización o parodia que afectase a todo lo construido hasta ahora.
Una alternativa
Ante lo anterior, una opción es que John Wick se mantenga como un personaje constante dentro de los spin-offs que se están desarrollando en la franquicia. Hasta el momento, hay al menos dos proyectos en ese sentido:
- The Continental, una miniserie protagonizada por Ian McShane.
- Ballerina, una película con Ana de Armas en el rol protagonista.
Si se trata de conservar a John Wick como imán de espectadores y figura a través de la cual se integren distintos relatos, bastaría con algún cameo o una actuación más representativa sin restar peso a los protagonistas. De lo contrario, si regresa en John Wick 5 (y en caso de que se confirme la película), tendría que ser bajo una razón lógica y muy bien estructurada dentro del relato para no afectar la reputación de la saga. Si no, más allá del rédito económico, puede que no haya otro sentido para extender un relato que se estaría despidiendo, de terminar con John Wick 4, por todo lo alto.