No todos los hongos son malos, por mucho que tras ver The Last of Us les hayamos cogido un poco de manía. De hecho, los hay que pueden solucionar problemas tan importantes como la escasez de alimentos.

Según un estudio que se acaba de publicar en PNAS, los hongos comestibles cultivados en zonas forestales pueden ser una buena fuente de proteínas, fibra y ácidos grasos. Además, actúan en sinergia con los propios árboles, facilitando el intercambio de nutrientes, y ayudan a captar carbono de la atmósfera. 

De este modo, se evitaría la deforestación que supone dejar espacio para generar nuevos campos de cultivo o zonas para la ganadería. Se aprovecharían los árboles que ya hay, o incluso se podrían plantar más. Sería una buena solución frente a la escasez de alimentos que se nos viene encima por motivos como el aumento de la población mundial o el cambio climático.

Hongos para evitar la escasez de alimentos

Son muchos los hongos comestibles que podrían usarse para evitar la escasez de alimentos. No obstante, en el estudio que se acaba de publicar citan principalmente Lactarius indigo, un hongo comestible de color azul, que suele vivir principalmente en Centro América y el este de Asia y América del Norte. En estos lugares, es habitual encontrarlo en bosques, donde suele formar micorrizas con robles y pinos.

Es decir, se crea una relación de simbiosis, en las que tanto el hongo como los árboles salen beneficiados por el intercambio de nutrientes. Serían todo ventajas, pero, si queremos que solucionen la escasez de alimentos, se deben mejorar las técnicas de cultivo de estos hongos.

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Kazuend (Unsplash)

La clave está en inocular árboles jóvenes

En este estudio se concluye que la mejor forma de cultivar estos hongos es inocular los árboles cuando todavía son jóvenes. Debemos recordar que, al contrario que otros hongos, que sí que pudren la madera, estos benefician a los árboles. Por lo tanto, no se les está haciendo ningún daño al inocularlos. Todo lo contrario.

Así, se consigue producir una especie de huertos de hongos en pleno bosque. Los autores del estudio que se acaba de publicar opinan que, por su contenido nutricional, estos hongos podrían sustituir a la perfección la carne de ternera, cerdo y aves de corral. Se gastaría menos agua y se optimizaría el terreno, evitando tener que talar árboles, para campos de cultivo o nuevas granjas.

Además, no solo se captaría carbono, sino que se reducirían las emisiones de otros gases, como aquellos que contienen nitrógeno, que pueden estar presentes en algunos fertilizantes. Los hongos capaces de formar micorrizas con los árboles no necesitan ningún aporte extra de fertilizantes, por lo que nada de eso sería necesario.

Solo queda conseguir producir una cantidad suficiente de hongos y convencer a la población de la importancia de comerlos. Ya los hay que se consideran un manjar; pero, de ahí a que estemos dispuestos a sustituir la carne con ellos, puede haber algo más de tiempo. Afortunadamente, esta no es la única herramienta que se plantea para solventar los problemas de deforestación y escasez de alimentos.

Por ejemplo, la carne cultivada en laboratorio es ya una realidad que, quizás, en un futuro pueda sacarnos de muchos apuros. Del mismo modo que los insectos. Son muchas las opciones. Ahora parecen todas demasiado futuristas, pero acabaremos haciéndonos al menos a algunas de ellas. 

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