Afronto el análisis de los nuevos HomePods desde el escepticismo absoluto. Recapitulemos: es un producto que fue descontinuado en marzo de 2021, sin apenas cambios en su precio original. Que, aparentemente, nunca tuvieron el éxito en ventas que Apple esperaba —a diferencia de los HomePod Mini—. Casi dos años después, vuelven. Mismo precio en Europa, 50 dólares más económico en Estados Unidos.
Regresan con novedades: una nueva pantalla en la zona superior, nuevos componentes de sus altavoces, nuevos sensores y un nuevo chip, el S7 —el mismo del Apple Watch Series 7—. ¿Son cambios suficientes para que Apple los haya traído de vuelta? ¿Motivos suficientes para justificar una actualización, o comprarlos, si en el pasado te parecían caros por lo que ofrecían?
HomePod 2.ª generación
Los HomePod de segunda generación ofrecen una calidad de sonido muy similar a sus predecesores, con un par de agregados que lo hacen más inteligente, incluyendo soporte de Matter, además de sensores de temperatura y humedad. Es el mejor altavoz inteligente por su precio, aunque sigue estando limitado al ecosistema de Apple.
Consideramos que fue un error cuando Apple descontinuó la generación anterior, por lo que el retorno de los HomePod es muy bienivenido.
Sonido computacional
Cuando Apple lanzó los AirPods, en diciembre de 2016, todos hablábamos de su tamaño y practicidad. ¡Al fin unos auriculares sin cables que funcionan bien! Pero detrás de la sorpresa, Apple eligió un camino que ha cambiado la industria del audio. Se llama sonido computacional y es utilizar un chip —como los que encontramos en un smartphone— para analizar constantemente el audio e intentar que suene de la mejor forma posible.
Es como tener a una persona constantemente modificando el ecualizador de un sistema de sonido, adaptándose para cada tema, tomando en cuenta el entorno donde están los altavoces, solo que el análisis se hace miles de veces por segundo. Bien, los HomePods llevan el concepto del sonido computacional a otro nivel porque no están limitados al espacio pequeñísimo de unos auriculares.
Es por eso que, cuando se pusieron a la venta los HomePod originales, quedamos tan sorprendidos por la calidad de los altavoces. Y el motivo número uno por el cual muchos de los analistas especializados en sonido se quedaron con una cara de WTF inmensa. ¿Ahora cómo analizamos esto? Dijeron muchos. Dejó de ser, simplemente, acerca de la calidad del hardware. Ahora hay que aproximarse a la reseña del producto tomando en cuenta ambas cosas. Cómo se escucha, sí, pero también cómo Apple ha conseguido que, por medio de procesos computacionales que analizan el audio miles de veces por segundo, el sonido vaya a otro nivel. La conjunción del software y el hardware, vamos.
Con los años, Apple ha perfeccionado la efectividad del audio computacional en sus productos. Es por eso que los AirPods Pro 2 son —básicamente— mágicos y los HomePod mini suenan tan bien, incluso siendo tan pequeños.
Creo que con esta nueva generación del HomePod hay una mejora gradual. Apple da indicios de cambios en ese sentido. Con el original mencionaban "audio computacional" para afinar el sonido en una habitación. Con los nuevos se menciona que incorporan "audio computacional avanzado".
El sonido computacional de los HomePod no solo se encarga de mejorar el audio que emite, sino de regularlo de acuerdo al espacio en donde se encuentra. La tecnología detecta los alrededores del dispositivo —por ejemplo, si está cerca de una pared o sobre una mesa— y adapta la música que se escucha en tiempo real.
También, gracias a control preciso de dirección del sonido, puede elegir la forma en que emite el audio para potenciar ciertos elementos de un tema, sean los vocales o la forma en que se escucha la instrumentación. No es el único altavoz inteligente que ofrece este tipo de tecnologías, pero sí es verdad que la adaptación al espacio en tiempo real, a este nivel, no lo ofrece nadie más.
Vale, ¿pero los HomePod de segunda generación suenan mejor?
Apple ha elegido evitar menciones de una mejora directa en el audio de la segunda generación de los HomePods. Algo que sí que hicieron, por ejemplo, con los AirPods Pro 2, donde sí, claramente hubo muchos cambios positivos.
En el caso de esta segunda generación del HomePod, Apple ha hecho algunos cambios físicos, ya que es ligeramente menos alto: 168 milímetros versus 172 milímetros del original. También ha cambiado algunos componentes internos. De siete tweeters pasamos a cinco. De seis micrófonos, a cuatro.
Apple asegura que han conseguido más con menos. En términos prácticos, tras días usando dos HomePod de segunda generación en el salón de casa, como poco, suenan igual que sus predecesores. Capaces de llenar el espacio físico con música de una calidad que sobrepasa a la mayoría de la competencia en la misma gama —ya hablaremos del precio más adelante—.
Los HomePods de segunda generación, al igual que los originales, soportan Dolby Atmos y también audio en calidad Lossless. Como comenté en mi análisis a fondo de los AirPods Pro 2, no necesariamente soy fan del sonido espacial. Amo la tecnología, pero odio muchas mezclas que han destruido por completo la obra.
Os pongo un ejemplo. A Apple le encanta hacer demos de los HomePods con la versión unplugged y en directo de Hotel California de los Eagles grabada en 1994 para MTV. ¡Normal! Porque suena absolutamente espectacular. Parece que tienes a Don Henley frente a ti, a menos de un metro cantando, y que estás ahí, en el concierto. El campo sonoro del disco en directo es una brutalidad. Y no está mezclado en Dolby Atmos. Ni le hace falta. (Gracias, Ted Jensen, eres un genio).
Pero si escuchas la misma canción del disco en directo de los Eagles lanzado en 2020, llamado Live from the Forum MMXVIII, con sonido espacial activado, te quieres morir. La mezcla Atmos es un insulto al tema y a la banda.
Así que, hay canciones y álbumes en que la mezcla es tan espectacular y bien hecha que se escuchan increíble sin Atmos activo. Y, por supuesto, hay muchos casos en que el sonido espacial agrega valor a la experiencia.
Algunos ejemplos de temas sin mezcla Atmos que suenan absolutamente espectacular y con los que he probado este par de HomePod de segunda generación:
- Pagan Poetry - Bjork
- Ordinary World - Duran Duran
- Angel Dust - Mac Miller
- Weird Fishes / Arpeggi - Radiohead
- Dogs - Pink Floyd
- Permanating - Steven Wilson
- Hotel California (Live on MTV 1994 Remastered) - Eagles
Y algunos con sonido espacial activo:
- Age of Anxiety I - Arcade Fire
- Limelight - Rush
- True Blue - Phoebe Bridgers
- This is why - Paramore
- Here comes the sun - Beatles
- Man of the People - Steven Wilson
- Of the New Day - Porcupine Tree
- Cold Heart (PNAU mix) - Elton John + Dua Lipa
- Take on Me (2015 remastered version) - A-Ha
- Neon Rats - Moderat
También recomiendo escuchar la versión con Dolby Atmos y sin Dolby Atmos del álbum Rumours de Fleetwood Mac. Es una muy buena mezcla espacial. Pero es que el material original ha sido calificado, durante décadas, como uno de los discos mejor grabados/masterizados de la historia. Es una absoluta maravilla en cualquier sistema de sonido de alta calidad.
Por lo que la respuesta a si los HomePod de segunda generación suenan mejor a los primeros es que depende. Diría que hay muchos casos en que el sonido computacional se aprecia más. Pero cabe recalcar que es algo que detectas cuando haces la comparación directa entre generaciones.
Cuando Apple descontinuó los HomePods originales, muchos lo calificamos como un movimiento terrible, porque estaban dejando de vender un producto que realmente suena muy pero muy bien. Y esta nueva generación está al menos a la misma altura.
¡Pero el precio!
Sí, el precio es todo un tema y aquí no hay buenas noticias, me temo. Un HomePod se vende por 350 € en España, que es el mismo precio que la versión previa. En Estados Unidos, pasó de 350 dólares a 300 dólares. En México, el precio ha subido de 6.799 pesos a 6.899 pesos.
¿Lo vale? Sí, aunque hay un pero. Creo que para realmente sacarle provecho a la calidad de audio de un HomePod necesitas dos, emparejados. Uno suena bien, sin duda. Pero con dos tienes un sonido tremendo. Así que pasamos a 700 euros, 600 dólares o 13.800 pesos mexicanos. Es una inversión importante, sí. Pero si quieres altavoces inteligentes y la mejor calidad posible del mercado, esta es la vía.
¿Qué tan inteligentes son los HomePod?
El exagerado: en casa tengo seis HomePod. Dos HomePod Mini y cuatro HomePod de primera generación. Así que, básicamente, sea donde sea que esté —sí, incluso en el baño— puedo invocar a Siri y pedirle decenas de cosas. Tengo un montón de accesorios inteligentes, desde toda la iluminación de casa, pasando por la climatización, ventiladores, cámaras de vigilancia hasta la TV e incluso un sistema de sonido para casa de Sonos, todo conectado a HomeKit.
Automatizaciones, ambientes preconfigurados, todo invocable con la voz, gracias a tener HomePods repartidos por toda la casa. Además del claro beneficio de poder escuchar música, un podcast o incluso tomar llamadas telefónicas en cualquier lugar gracias a estos altavoces inteligentes.
Siri tiene las limitaciones que todos conocemos. La que más me frustra es pedirle una canción en inglés y que, por tenerlos configurados en español, no me termine de entender. 2023 y sigue sucediendo. Es absolutamente incomprensible.
Y aunque hay funciones útiles como el Intercom, cuando tienes hijos o vives en familia, es el tipo de cosas que yo no uso porque vivo solo. Lo que sí es muy positivo es la nueva integración con Matter, que extiende significativamente las posibilidades de conexión e interacción con otros dispositivos inteligentes.
También agrega una función nueva que viene bastante bien: los sensores de temperatura y humedad. Algo que antes podías integrar al hogar inteligente por medio de accesorios separados, ahora viene en el propio dispositivo. Esto está muy bien para activar automatizaciones, como por ejemplo: si se superan los 28 °C en el interior de casa, enciende el aire acondicionado.
Para los dueños del HomePod mini hay buenas noticias, por medio de una actualización de software, Apple ha activado ambos sensores en el dispositivo.
No todo puede ser perfecto
El HomePod, con todas sus virtudes, tiene algunos defectos. De hecho, sus mayores problemas vienen heredados de su predecesor de primera generación. No hay forma de conectar dispositivos por cable, no hay manera de interactuar con el altavoz vía Bluetooth. Esto último vendría bien para usarlo con dispositivos Android.
El HomePod es un altavoz que está diseñado para personas que ya están en el ecosistema de Apple. Sin un iPhone en la mano diría que es bastante difícil o cercano a imposible de utilizar. Por ejemplo: es imposible configurar el altavoz desde un dispositivo Android.
Los HomePod funcionan de forma nativa con Apple Music. Se puede pedir cualquier tema por voz, sin necesidad de interactuar con los altavoces desde un dispositivo. No hay posibilidad de hacerlos funcionar con Spotify, pero eso no es culpa de Apple.
Otra decisión difícil de entender por parte de Apple es que el HomePod de segunda generación tiene conexión Wi-Fi más lenta que el de primera generación. El original contaba con 802.11ac (Wi-Fi 5) con MIMO y el nuevo con 802.11n (Wi-FI 4). ¿Importa? Probablemente hoy no. Pero en el futuro tal vez sí y queremos que estos dispositivos sigan funcionando bien de aquí a 10 o 15 años.
Los mejores altavoces inteligentes por su precio
Por 300 dólares/350 euros/6.900 pesos mexicanos no hay mejores altavoces inteligentes. La calidad de audio, el sonido comoputacional, el soporte de Dolby Atmos y la posibilidad de conectarse con otros dispositivos vía Matter/HomeKit lo hacen un gran producto.
Como referencia, su competidor directo, el Sonos Five, cuesta el doble, no tiene soporte de Dolby Atmos, aunque sí que funciona tanto con iOS como con Android.
Si tienes un Apple TV, puedes usar los HomePod como altavoces para la TV, lo cual viene bien para escuchar contenidos con Dolby Atmos. De hecho, con HDMI ARC o eARC puedes hacer que todos los sonidos que salen de la TV se escuchen desde los HomePods. Eso sí, no esperes una experiencia de cine en casa realmente envolvente. Dos altavoces no harán lo mismo que cuatro o cinco.