El contagio en The Last of Us se produce de un modo muy similar al de los patógenos de otras historias apocalípticas. Los infectados, por lo general, se vuelven violentos y muerden a las personas sanas, transmitiéndoles el hongo que poco a poco se acaba adueñando de su organismo. La diferencia es que, a menudo, en otras tramas de este tipo, el patógeno causante de la enfermedad es un virus. De hecho, suele ser algún tipo de mutación del virus de la rabia. Y esto, en realidad, tiene su explicación.

Los hongos, como el Cordyceps que sale en la serie, se transmiten por esporas. En la vida real, este suele infectar a las hormigas, provocando que suban a la parte más alta de los árboles, donde finalmente el hongo sale de su cuerpo y libera más eficientemente las esporas. No tiene nada que ver con lo que vemos como contagio en The Last of Us.

Ni las hormigas ni el resto de artrópodos que pueden verse afectados se vuelven violentos. Y tampoco muerden a sus víctimas, así que el contagio es diferente. Esto no es criticable. Al fin y al cabo, The Last of Us es una trama de ficción. No obstante, en la vida real sí que existen otros patógenos que podrían ser las piezas que componen el hongo ficticio del videojuego y la serie. Desde el virus de la rabia hasta el protozoo causante de la toxoplasmosis. 

Los contagios en The Last of Us se parece mucho más al de la rabia

El contagio en The Last of Us se produce cuando los infectados muerden a las personas sanas. Por lo tanto, inicialmente podría decirse que ocurre a través de la saliva. No obstante, en el segundo capítulo de la serie se observa, tanto en el cadáver de la paciente cero como en el infectado que besa a Tess, que de su boca nacen una especie de raicillas o zarcillos.

Estas serían las masas de hifas, conocidas como rizomorfos, que muchos hongos utilizan para explorar y expandirse. Por lo tanto, más que mediante la saliva sería a través de esta especie de raíces.

No obstante, ya hemos visto que con Cordyceps lo más habitual es que se transmita por esporas liberadas desde el cadáver de sus víctimas. Sí que se transmite mediante mordiscos el virus de la rabia. De hecho, este patógeno cuenta con varias peculiaridades que lo convierten en carne de cañón para las tramas sobre apocalipsis pandémicos. 

Es así porque, como suele pasar en estas historias, el virus afecta al comportamiento de los infectados a muchos niveles para facilitar su diseminación mediante mordiscos. Por un lado, les vuelve más violentos. No hay más que ver lo que les ocurre a los perros rabiosos. Y, por otro, les provoca una gran aversión hacia el agua. Esto se debe a que, cuanto más concentrado esté el virus en la saliva, más fácil se diseminará con los mordiscos. Si los infectados beben agua, la saliva se diluye y esto es algo que al virus de la rabia no le conviene. Por lo tanto, también se modifica el comportamiento en este sentido. 

Cabe recordar que los virus no tienen conciencia y que no lo hacen de forma deliberada. Simplemente, evolutivamente, a base de mutaciones, han llegado a puntos que les resulta muy beneficiosos para ellos. 

Infectados, manipulados y violentos

Aparentemente, el contagio en The Last of Us se produce cuando los infectados atacan de forma violenta. No obstante, los propios autores de la serie han reconocido, con la escena del beso de Tess, que esto es así porque, en realidad, las víctimas se resisten. Si quedan quietas y a la espera del contagio, como lo hace ella, podrían pasarle sus hifas de forma pacífica.

Dejando esto a un lado, lo que está claro es que el Cordyceps les manipula para llevarles al lugar en el que podrá diseminarse. Esto sí que ocurre —en parte— con el hongo en la vida real. una vez que libera en el organismo de las hormigas algunas sustancias que afectan a su cerebro y producen cambios en el comportamiento, como la necesidad de subir a las copas más altas de los árboles.

gatos
Herman Delgado

El caso de 'Toxoplasma gondii'

Otro patógeno que hace eso, de una forma aún más impresionante, es Toxoplasma gondii. Conocido por causar la toxoplasmosis, este protozoo tiene un ciclo de vida que se divide en dos partes.

En la primera etapa puede reproducirse en cualquiera de los animales que se conocen como “de sangre caliente”. Por ejemplo, esto incluye a los mamíferos y las aves. Sin embargo, la segunda debe producirse en felinos. Es por eso por lo que manipula a los primeros para llevarle hasta los segundos.

En esa primera etapa prolifera en el interior de unos quistes que se alojan sobre todo en los músculos y el cerebro de los hospedadores. Por eso, si un felino se los come, pasará directamente a su organismo. Esto hace que el Toxoplasma gondii también haya desarrollado la capacidad de manipular a sus víctimas para que le lleven a donde lo necesita. Por ejemplo, se ha visto que los ratones infectados se muestran atraídos y sin miedo por la orina de los gatos, y los chimpancés por la de los leopardos.

Así, cuando el felino se come al otro animal, el protozoo pasa directamente a los intestinos, donde finaliza su ciclo de vida. Además, desde ahí sale al exterior en sus heces, con las que pueden producirse nuevos contagios. Por ejemplo, los humanos se pueden contagiar al manipular las heces de sus gatos o al comer verduras mal lavadas.

También afecta a los humanos

Generalmente, Toxoplasma gondii no causa efectos graves en los humanos. Solo suele ser peligroso para personas inmunodeprimidas y fetos, de ahí que las embarazadas deban tener mucho cuidado de no infectarse. 

Sin embargo, sí que se han visto casos de personas infectadas que muestran una gran impulsividad. Al fin y al cabo, eso es lo que hace el protozoo también con los ratones y los chimpancés. Anula la sensación de miedo y les vuelve más impulsivos. Incluso se ha relacionado con casos de esquizofrenia, aunque esto debe estudiarse más a fondo.

Lo que está claro es que tanto el virus de la rabia como el protozoo Toxoplasma gondii producen en la realidad algo similar al contagio de The Last of Us. Afortunadamente, no se han unido para desencadenar un apocalipsis. Eso también daría muchísimo miedo.