El quiebre en la relación entre Microsoft y Sony, motivado por el intento de los primeros de comprar Activision Blizzard, es evidente. Los de Redmond creen que las quejas de los japoneses, enfocadas mayormente en su temor a que Call of Duty ya no se lance en PlayStation, les han resultado muy perjudiciales, sobre todo en el terreno regulatorio. Algo que ha quedado en evidencia con la reciente demanda de la FTC estadounidense, que quiere tumbar la adquisición. Sin embargo, los responsables de Xbox no se han quedado de brazos cruzados.
En los últimos días, Microsoft refutó los motivos por los cuales la FTC pretende impedir la compra de Activision Blizzard. En el documento, la firma dirigida por Satya Nadella enumeró distintos motivos por los que cree que la transacción no resultará dañina para la competencia en la industria. Pero la cosa no terminó allí. Esta nueva presentación sacó a la luz algunos dardos contra Sony que ya habían llegado a los ojos de la CMA del Reino Unido a fines de octubre, pero que habían pasado desapercibidos.
Por entonces, Microsoft había dado a entender que la postura de PlayStation ante la supuesta posibilidad de que Call of Duty fuera exclusivo de Xbox era hipócrita. Específicamente, los de Redmond habían argumentado que, si bien el lanzamiento de juegos exclusivos es una práctica común en el sector, PlayStation había firmado acuerdos con estudios de terceros cuyo único fin era "excluir" a Xbox del lanzamiento de ciertos juegos. Algunos de los citados fueron Final Fantasy XVI, los remakes de Silent Hill 2 y Final Fantasy VII.
El contenido exclusivo actual de Sony incluye destacados títulos propios como The Last of Us, Ghost of Tsushima, God of War y Spider-Man. Además de tener contenido totalmente exclusivo, Sony también ha llegado a acuerdos con editores externos que requieren la "exclusión" de Xbox del conjunto de plataformas en las que estos editores pueden distribuir sus juegos. Algunos ejemplos destacados de estos acuerdos incluyen Final Fantasy VII Remake (Square Enix), Bloodborne (From Software), el próximo Final Fantasy XVI (Square Enix) y el recientemente anunciado remake de Silent Hill 2 (Bloober Team).
Microsoft, ante la CMA británica.
Xbox contraataca a Sony por los juegos exclusivos de PlayStation
Básicamente, Microsoft ha señalado que las quejas de PlayStation por el futuro de Call of Duty no tienen sentido, porque Sony ya domina el mercado en materia de juegos exclusivos y nadie se queja al respecto. O nadie lo hacía hasta el momento, al menos.
Los de Redmond también indicaron que, en 2020, cuatro de los juegos más vendidos a nivel mundial fueron exclusivos de PlayStation. Específicamente, The Last of Us - Part II, Ghost of Tsushima, Spider-Man: Miles Morales y Final Fantasy VII Remake. En tanto que en 2021 continuó cosechando el éxito de Miles Morales. "Microsoft no tiene ningún título exclusivo de Xbox entre los primeros 20", agregaron.
Por supuesto que todo forma parte de una estrategia. Por el lado de Microsoft, para lograr la aprobación de la compra de Activision Blizzard; por el lado de Sony, para impedir que su gran rival acceda a uno de los listados de propiedad intelectual más suculentos y envidiables de la historia. Quedará por verse por qué definición se decantan los reguladores de los tres territorios claves para el futuro de la adquisición: Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea.
Recientemente, desde Xbox parecen haber abandonado la postura de "chicos buenos" con la que pretendían ganarse a Sony y los reguladores. Los liderados por Phil Spencer han manifestado en múltiples ocasiones que quitar Call of Duty de PlayStation sería un sinsentido; y han acusado a los japoneses de querer crecer haciendo más pequeños a sus rivales.
Desde Sony, en tanto, han aprovechado para quitarle importancia al impacto de Xbox Game Pass en el mercado. Al punto tal de ni siquiera considerarlo una competencia. "En dos años, hemos vendido más PS5 que lo que ellos han reunido en suscriptores", aseguró Jim Ryan, CEO de PlayStation.