Uber Eats ha añadido un servicio nuevo a su historial, al menos en su división de Canadá. La plataforma delivery ahora también hace entregas de cannabis a los habitantes de Ontario. Es una evolución de un servicio que se lanzaba hace casi un año, donde se podía reservar cannabis a través de la aplicación, pero había que retirar el producto en persona. Ahora, añaden el papel del rider.

A través de una asociación con varias plataformas de servicio de productores minoristas, Uber Eats se convierte en la primera plataforma del sector delivery en ofrecer un servicio de este tipo.

Hidden Leaf Cannabis, Minerva Cannabis y Shivaa's Rose son, hasta el momento, las primeras compañías de producción de cannabis que han optado por hacer repartos rápidos a través de Uber Eats.

A diferencia de los repartos de comida, este servicio por parte de Uber Eats cuenta con una excepción. Antes de aceptar el encargo, y posterior reparto, tanto la plataforma como los productores de cannabis han de comprobar la edad e identidad de los compradores. Algo que también ocurre en el caso de tratarse de pedidos relacionados con alcohol. De forma paralela, el servicio también hace un control del nivel de sobriedad del usuario antes de aceptar cualquier pedido.

Es un servicio pionero en el sector que vendría a complementar el negocio de los productores locales. Cada uno de ellos contando con sus propios sistemas de reparto, usar la plataforma de Uber Eats permite disminuir los tiempos medios de entrega. Para el sector del cannabis recreativo supone un intento de reducir el consumo clandestino o de productores no registrados.

Son muchos los países que miran a Canadá como ejemplo de región que legalizó en cannabis y ha sabido gestionar el proceso. En 2018, el Gobierno de Justin Trudeau legalizó en cannabis recreativo, no sin ciertos problemas en el camino. Pese a contar con casi 2 años y medio de vida, la ley aún sigue luchando para que el consumo siga los cauces legales –y, por tanto, con impuestos– respecto al consumo.

El 54 % de las compras, aproximadamente, son declaradas. Un dato mejor que el primer año de Ley, pero que sigue siendo su mayor reto. Con un aumento de casi el 29 % del consumo durante los años de la covid, relacionado con el tratamiento de la ansiedad y el estrés, han sido años buenos para el cannabis. Ya en enero de 2020, representaba cerca de 3.900 millones de euros para el PIB del país.

Disponible para mayores de 18 (o 19 años, según la región del país), y con normas estrictas para producir y vender, el máximo por cliente son 30 gramos. De forma paralela, es ilegal cruzar la frontera con algún producto de base de cannabis. Se prohíbe trabajar o conducir bajo los efectos del cannabis.

Aun así, y con la pandemia por medio, el sector ha crecido menos de lo que se esperaba en un principio. De hecho, las asociaciones con plataformas delivery, como Uber Eats, es una forma de llegar un poco más lejos en la implantación del cannabis legal en Canadá.

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