Uber Eats ya no se esconde y carga contra Glovo, la mayor plataforma delivery de España. Tampoco es una sorpresa. Con dos modelos antagónicos, las compañías delivery tenían mucho que decirse. En una carta de la directora General de Uber Eats en el país, Courtney Tims, a la vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en relación a la Ley Rider aprobada hace unos meses, la compañía apunta las desigualdades a las que se enfrentan los diferentes players del sector en función de si cumplen con la normativa aplicada a los repartidores. Para Uber Eats está claro: Glovo no cumple con la Ley Rider y eso les hace perder posiciones en el mercado.

En el texto, que intenta establecer un diálogo con Yolanda Díaz para atajar las consecuencias de la Ley Rider, Uber Eats hace hincapié en la falta de mano de obra a la que se enfrentan en este momento. "Cada día les cuesta más encontrar repartidores para atender la creciente demanda de comida a domicilio. Un problema que, además de las flotas, sufren clientes y restaurantes por igual. Unos ven cómo su pedido tarda mucho más en llegar, y los otros acumulan pedidos que nadie recoge", explican en el texto.

"¿Por qué faltan repartidores?", se cuestionan. Para Uber Eats las razones son más que claras. La culpa la tiene la Ley Rider y las lecturas que se han hecho del propio texto legal. Desde que se aprobase su implantación, y durante las manifestaciones en contra de lo que se veía venir, el total de las compañías delivery lo tenían claro: el fin de los autónomos en el mundo rider tendría consecuencias. "Los repartidores no se manifestaban porque quisieran renunciar a mayores derechos o protecciones, sencillamente querían mantener la flexibilidad del modelo autónomo", añaden. Para el Ministerio liderado por Díaz, este mecanismo no era más que otra forma para encubrir una larga lista de falsos autónomos para las empresas que, además, dejaban de ingresar millones a las arcas de la seguridad social en concepto de aportaciones.

Con el voto a favor de todas las partes –incluida la patronal– y sin la participación de las empresas delivery implicadas, la Ley Rider daba un plazo de algo más de un mes para regularizar la situación. El mecanismo estaba claro. Las empresas recurrirían a flotas de mensajería y logística para externalizar un servicio que, desde la aprobación del texto, se volvió demasiado caro. Y que, por tanto, afectaba directamente al margen de beneficio ya ajustado de sus cuentas. Just Eat, que ya venía gestionando este modelo, Uber Eats, y la larga lista de empresas de reparto en menos de 10 minutos se ajustaron al trato. Deliveroo aprovechó la coyuntura para salir del mercado: no terminaba de ser rentable, con o sin riders contratados. Glovo mantenía el modelo de autónomos con una lectura inédita de la Ley Rider.

"¿Debemos seguir el ejemplo de Glovo y trabajar con autónomos para poder competir en igualdad de condiciones?"

El 80% de los riders de Glovo, anunciaban, se mantendrían como autónomos aprovechando la "presunción de laboralidad" que añadía la Ley Rider. Otros 2.000 riders, por su lado, formarán parte de la flota fija de la compañía. Es con los primeros contra los que Uber Eats carga.

"Todas las empresas teníamos que adaptarnos a la nueva ley. ¿Todas? No, todas no. Glovo, la mayor empresa, líder del delivery en España, decidió seguir operando con trabajadores autónomos", anuncian sin tapujos desde Uber Eats. Esta decisión por parte de Glovo supone, a ojos de la tecnológica estadounidense, un agravio comparativo. La permisividad de Glovo con los riders autónomos hace que la mayor parte de la mano de obra del sector quiera trabajar con el unicornio español.

Ante esto, Uber Eats se hace una pregunta: "¿Debemos seguir el ejemplo de Glovo y trabajar con autónomos para poder competir en igualdad de condiciones?". No está claro si es un tanteo para abordar un modelo de negocio similar al de Glovo. O, por el contrario, iniciar una guerra contra la actividad de la tecnológica española.

Uber Eats necesita que su negocio delivery funcione

Uber Eats se enfrenta a un problema que va más allá de la cuestión de los riders. El negocio delivery es el más rentable para la compañía. A nivel mundial y local.

Según los datos financieros anuales de Uber internacional, y desde 2020 con el inicio de la pandemia, el éxito de Uber sigue estando en la división de reparto de comida a domicilio. Con un área de transporte de pasajeros en horas bajas –aunque igualando el tono de 2019–, fue Uber Eats quien levantó el negocio. Y lo sigue haciendo. Al cierre de las cuentas de 2021, los repartos a domicilio suponían más de la mitad de los ingresos de la tecnológica.

La falta de mano de obra, en este caso riders, es el problema al que se enfrenta en este momento Uber Eats y su competencia directa. Y lo que es más importante: de no haber sanciones contra Glovo por el modelo que mantienen, es una situación que no tiene las vistas de cambiar en un medio espacio de tiempo.