Es semana de presentación de resultados en el mundo de la tecnología. En este caso, le llega el turno a Uber. La compañía de transporte de pasajeros y delivery, que desde el inicio de la pandemia había estado lastrando el cese temporal de su actividad, sigue acusando pérdidas. Al cierre de 2021, Uber perdió 430 millones de dólares euros. ¿Parece mucho? Realmente lo es, pero la realidad es que el dato es un 93 % mejor que el de 2020.
De nuevo, y como ocurriese durante el año de la pandemia y posteriores, la división de transporte sigue lastrando el total del negocio. Aunque menos que lo que se venía viendo. El total de los viajes de la compañía han aumentado un 23 % en 2021. Es una tendencia creciente, pero menos de lo que tenía en mente la compañía. Con una pandemia que no termina de retirarse y una última ola de ómicron que marcó de nuevo el panorama internacional, Uber volvió a salir resentido de la batalla. Ahora, además, se enfrenta a la falta de mano de obra –con cariz internacional– que impide dar el último empujón a los datos de la plataforma.
Ha sido, de nuevo, el segmento delivery el que mantiene la mayor parte del negocio. Uber Eats es la tabla de salvamento de Uber durante la pandemia y lo sigue siendo cuando nos acercamos a su final. Los repartos a domicilio suponen más de la mitad de los ingresos de la tecnológica. Y de hecho, crecen más rápido que los reportados para la división de transporte. 15.200 millones de dólares durante 2021. Lo que supone un 57 % más que en el curso anterior. Año que, de hecho, ya se consideró bueno para la compañía.
Con todo, Uber sigue intentando recuperar el tono que tenía antes de la pandemia. Ese mismo camino que los inversores tenían en mente para alcanzar la ansiada rentabilidad. De momento, Uber está lejos de ese punto. Pero para los analistas, pese a todo, esto son buenas noticias. Los datos son más positivos de lo que se estaba pronosticando.
La fiesta del delivery a la que no estaba invitada Delivery Hero
Uber Eats es lo que sostiene, desde hace dos años, el negocio de Uber. El delivery fue esencial para sobrevivir a los estragos de la pandemia. Con esto, cabría pensar que la fiesta sería igual para todos. No es el caso. Delivery Hero, el gigante del sector y actual propietario de Glovo, también ha presentado resultados. Para el último trimestre de 2021, el dato que queda es que no se han cubierto expectativas.
Si los objetivos estaban en 10.200 millones de euros en ingresos totales, la compañía apunta –en sus mejores pronósticos– que no pasará de los 9.500 millones. Si bien es cierto que en estos resultados hay que tener en cuenta la adquisición de Glovo, de la que dispone el 95%, Delivery Hero ha decepcionado. Y si apuntamos al caso concreto de Glovo, las previsiones apuntan a una pérdida de casi 330 millones.
No son datos que supongan una sorpresa, el sector del delivery vive momentos complicados. Pese a que Uber Eats haya registrado unas buenas cifras capaces de sostener en global a la tecnológica, todas las compañías pasan su pequeño bache –que se ve reflejado en el comportamiento de sus acciones–. Al menos en España, y con una Ley Rider por medio– el sector ha tenido que ajustar márgenes. Hay menos mano de obra y los tiempos de espera han aumentado. También han dado donde más le duele a los consumidores: el precio.
Con un incremento de los costes de explotación –a lo que se suma el incremento generalizado de precios que acusan los propios restaurantes– es el último eslabón de la cadena el que lo asume. El delivery ya no es tan barato como antaño. Los millones de las rondas de inversión ya no son lo que eran y la captación vía descuento se ha mudado a un nuevo modelo de negocio: los repartos exprés de última milla. Los que, al igual que hiciese el delivery, están viviendo su momento dulce.