El título en inglés es The Good Nurse. Traducido al castellano, sería algo así como "La enfermera buena". Si ese mismo título se revisa en la versión de comercialización para los países de habla hispana, es más poético: El ángel de la muerte, protagonizada por Jessica Chastain. Puede que en inglés sea más preciso, pero la literalidad del segundo caso es más adecuada con la historia que desea contar. Está marcada por lo costoso del sistema de salud en Estados Unidos y el trabajo, forzado en ocasiones, al que se encuentra expuesto su personal. 

Jessica Chastain es una enfermera que no cuenta con cobertura médica. Su trabajo consiste en cuidar de enfermos que, en muchos casos, atraviesan condiciones graves o terminales. Ella es el puente entre un final más o menos doloroso, entre un viaje digno, dentro de lo posible, hacia el encuentro con la muerte. Es una mediadora. Por eso el valor literario del título, al que conviene no resumir solo en esto. Desde ese punto de partida y con las primeras imágenes, la fragilidad de la vida está puesta sobre la mesa. 

El valor de El ángel de la muerte radica en presentarla a través de una serie de perspectivas servidas para dimensionar de mejor forma el drama que se atraviesa con el fallecimiento de alguien o en el diálogo constante con ese tipo de casos, desde la perspectiva médica. En ese contexto, una condición médica de Amy Loughren, el personaje interpretado por Jessica Chastain, condiciona aún más su trayectoria. A esta, luego, se suma la cara opuesta de esta historia: Eddie Redmayne, quien interpreta a Charles Cullen.

El ángel de la muerte, a fondo

El espectador que no desee adelantarse demasiado en la historia, sin que esta sugiera lo necesario, se recomienda no googlear ese nombre. El ángel de la muerte está basada en hechos reales y en una obra escrita por Charles Graeber. Hay una serie de pacientes que mueren debido a paros cardíacos de forma sorprendente. Una investigación interna de siete semanas levanta sospechas en el cuerpo de policía. En ese contexto, Amy Loughren es una de las figuras más vulnerables.

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Debido a su condición cardíaca, ella necesita disminuir su volumen de trabajo. Sin embargo, al no contar con seguro médico, no puede hacerlo porque está a poco tiempo de lograr otro estatus laboral. Charles Cullen emerge como una suerte de aliado. Una persona que puede apoyarla en momentos de fatiga. Luego de pasar por varios hospitales, él se gana su confianza e incluso su afecto. Pero Cullen tiene una cara oculta que llevará a Amy Loughren a atravesar distintos pulsos personales y éticos. 

El ángel de la muerte, a través de su estética, procura hacer hincapié en los grises que exploran dentro de cada personaje. Hay muy pocas imágenes brillantes, todo parece haber sido filmado entre las sombras porque en la oscuridad es cuando actúa Charles Cullen. Sigilo y tensión. Miedo y angustia. Una investigación que no tiene un cuerpo sobre el cual investigar. En el punto de partida no hay un cadáver. Solo un nombre.

El ángel de la muerte

Jessica Chastain y Eddie Redmayne protagonizan un drama de Netflix inspirado en hechos reales y basado en una obra escrita. Se trata de dos enfermeros que se enfrentandos, de alguna forma, por la conducta de uno. La película funciona a partir de las actuaciones de los intérpretes mencionados. Pero en ocasiones parece previsible, algo que atenta contra el mensaje que procura difundir: la crisis existente en el sistema de salud de Estados Unidos.

Puntuación: 3 de 5.

Jessica Chastain, con el peso del relato

Compaginando su propuesta estética y el sentido del personaje de Charles Cullen, este no aparece en demasía en la historia. Sus participaciones son puntuales pero relevantes, con tramos en los que Eddie Redmayne destaca. Es una sombra que se desplaza con sutileza tanto en los espacios médicos como fuera de ellos, componiendo un relato en el que parece ser una persona fiable e incluso segura de sí misma. En oposición, el personaje de Jessica Chastain parece desmoronarse aunque sus manos no estén sucias. 

Es ella quien se vuelve esencial para el cuerpo de policía que investiga el caso. Es la insider dentro del relato. Los funcionarios, encabezados por Noah Emmerich, quien interpreta a Tim Braun, y Nnamdi Asomugha, en papel de Danny Baldwin, comienzan una cacería en la que no abundan las pruebas. En ese recorrido, se presenta otra de las críticas del relato. 

Jessica Chastain, protagonista de El angel de la muerte

El ángel de la muerte describe cómo un asesino serial pasó por al menos nueve hospitales sin dejar mayor pista sobre sus actos. Aunque este admite algunas cuestiones, desde la falta de investigación hasta la omisión de algunos hechos, por conveniencia de los departamentos de recursos humanos. Así, probablemente, evitarían alguna demanda o escándalo superior. Entonces, el film plantea de forma clara la pregunta: ¿cuándo la salud está por detrás de los negocios? 

Desde la perspectiva de la película, el negocio parecer ser una tendencia en Estados Unidos. Eso pone sobre los hombres de Amy Loughren buena parte de la trama –bien llevada por una actriz consagrada– teniendo que convivir con un asesino a la par que su salud se encuentra en un estado frágil y su centro hospitalario, omitiendo evidencias y priorizando sus intereses, no contribuye en la búsqueda de una solución. De esa manera avanza la investigación a la par que se cuenta el método de trabajo del asesino. 

El problema con esta película, disponible en Netflix, pasa por ofrecer un desenlace previsible. No se guardan muchas sorpresas y eso, en ocasiones, puede que aleje al espectador de perderse el verdadero fondo de la historia. Ese que se revela cuando se reconoce que detrás de ese título, El ángel de la muerte, hubo algo más que un depredador de personas haciéndose pasar por enfermero; también hubo un sistema que propició su actuación.

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