La etapa final del SR-71 Blackbird estuvo lejos de las misiones de reconocimiento y cerca de la investigación científica. Si bien la Fuerza Aérea de Estados Unidos operó el avión supersónico hasta 1998, los noventa lo encontraron lejos de su época de gloria. El programa se canceló originalmente a fines de 1989, lo que permitió que en los años posteriores su uso se reservara mayormente a la NASA. Y ni siquiera la aprobación de su retorno a la actividad militar en 1994 cambió su destino definitivo.
La NASA estuvo a cargo de volar los últimos dos SR-71 Blackbird operativos, que pasaron a retiro definitivamente en 1999. El 9 de octubre de ese año, más efectivamente. Ese día, el mundo vio por última vez en el aire al majestuoso aparato diseñado por Lockheed Martin a través de su división Skunk Works.
Para darle una despedida como solo el SR-71 Blackbird se merecía, las puertas de la Base de la Fuerza Aérea Edwards, en California, se abrieron para que el público pudiera ver de cerca a uno de los desarrollos más espectaculares en la historia de la aviación. El mismo avión que se gestó bajo absoluto secreto, y que durante muchísimo tiempo surcó los cielos por encima de Mach 3 con absoluta impunidad, pudo decir adiós en un show a la vista de todo el mundo.
Durante su demostración final, la aeronave supersónica voló a casi 24.000 metros de altura, a una velocidad de Mach 3.2. Para que el público pudiera seguir su trayecto fácilmente, el SR-71 Blackbird liberó una estela de combustible; y a los pocos minutos se oyó su peculiar boom sónico doble. Una estampida que se generaba por duplicado porque una provenía del frente y la otra de la cola de la aeronave.
Antes del aterrizaje definitivo, los pilotos realizaron múltiples pasadas para deleitar a los asistentes con la ferocidad de los motores Pratt & Whitney J58. Por suerte hay vídeo del momento y pueden verlo a continuación.
Qué usos le dio la NASA al SR-71 Blackbird
A lo largo de la historia, la NASA ha utilizado múltiples aeronaves supersónicas para distintos experimentos. Entre ellos, el prototipo de interceptor Lockheed Martin YF-12A y el bombardero North American XB-70 Valkyrie. Aunque lo verdaderamente llamativo es que, en los sesenta, la agencia aeroespacial utilizó el SR-71 Blackbird sin saberlo. Esto se debió a que el fabricante lo entregó "camuflado" bajo el nombre de YF-12C.
Ya en la década de 1990, el avión de reconocimiento sirvió para estudios relacionados con aerodinámica, sistemas de propulsión, materiales de aislación térmica y la recopilación de datos sobre altas temperaturas y velocidades, entre otros temas. Aunque una de las investigaciones más importantes se relacionó con la búsqueda de un método para disminuir el boom sónico, uno de los principales problemas de la aviación supersónica.
La NASA también utilizó el SR-71 Blackbird en experimentos con una cámara de vídeo ultravioleta para el estudio de objetos celestes. Así mismo, montó láseres en la aeronave para obtener información sobre velocidad, ángulo de ataque y deslizamiento lateral; datos que generalmente se generaban utilizando presión de aire.
La demostración del 9 de octubre de 1999 no estaba pensada para ser la última de la mítica aeronave. En realidad, la despedida definitiva se había programado para el día siguiente, pero el vuelo debió cancelarse por una falla técnica que provocaba una pérdida de combustible mayor a la acostumbrada.
A diferencia de otros SR-71 Blackbird que fueron enviadas a museos inmediatamente tras su retiro, los modelos de la NASA tuvieron un tratamiento distinto. Las dos aeronaves fueron almacenadas en condición operativa hasta 2002 y recién después de ese año se ubicaron en museos. Uno se encuentra en Air Zoo, en Michigan, y el otro en el Armstrong Flight Research Center de la Base de la Fuerza Aérea Edwards.