El taxi de Barcelona prometía la guerra si el decreto que pretendía reformar la actividad de las licencias VTC en la ciudad no caía de su lado de la balanza. Hoy se ha dado luz verde al texto que regulará el sector en el que operan Uber, Cabify y Bolt y, como era de esperar, no es nada positivo para la actividad de las tecnológicas de la movilidad. Para el taxi, por supuesto, es motivo de celebración. Si el texto permanece como hasta el momento, prácticamente se lleva por delante todo el negocio de las plataformas.

El texto tiene el objetivo de ocupar el hueco que dejará la Ley Ábalos –que caduca el próximo 1 de octubre–, estará vigente durante los próximos dos años. Con otros dos de prórroga a fin de hacer tiempo para la creación de una normativa definitiva. Y la realidad es que todos los ojos estaban puestos en Barcelona. Madrid, que ya reguló el sector antes del caos del fin de la normativa vigente, se puso del lado de las plataformas. No había muchas dudas con Barcelona, siempre había sido más cercana al taxi. Este texto, en cualquier caso, es el que más daño puede hacerle a Uber –operando con VTC en Barcelona desde hace solo unos días–, Cabify y Bolt. El texto deja caer el 70% de las licencias en la región a fin de controlar a los casi 4.000 permisos que hay ahora mismo vigentes.

Perola novedad más importante que añade el decreto es que diferencia a los taxis de los coches con conductor. No solo en actividad, también en apariencia. Y este es el mayor problema al que se enfrentan las compañías si es que alguna se planteba jugar con el 20% del negocio restante. Se ha establecido un tamaño mínimo para los coches que operan bajo la enseña VTC. Esta es 4,90 metros. Un problema grande, ya que este tamaño solo lo cumplen las furgonetas y los turismos de gama alta. Esto quiere decir que la mayor parte de los coches que operan con Uber, Cabify y Bolt quedan fuera de juego. Skoda Octavia, Hyundai i40 o Ioniq, los Toyota Prius o Avensis o el Volkswagen Passat son los modelos más comunes en el sector. También para el sector del taxi, con el que comparten modelos desde hace tiempo.

La idea, al menos teórica, de decreto de la ciudad de Barcelona es hacer del sector VTC un negocio para el sector de lujo. Los coches que sí que aceptan son el Mercedes Clase E o el Tesla Model S. No tanto así el Model 3 que se queda fuera por unos centímetros. Pero la idea que sobrevuela al sector es que la medida se ha hecho, clarísimamente, a medida del taxi. Ninguna regulación, ni en las zonas más restrictivas, habían añadido limitaciones de tamaño. Una que aplica directamente a los modelos de coche y a las flotas, el elemento más sensible –y más costoso de modificar– para las tecnológicas.

Este modelo de coche impuesto por Barcelona es un problema para el sector. En 2021 se matricularon en España 859.477 turismos y todoterrenos en España. En 2021 se matricularon 8.544 coches con la etiqueta ECO o Cero una longitud de más de 4,90 metros, según datos de Ideauto, lo que supone un 0,99%. Es decir, menos del 1% de los coches vendidos en España en 2021 cumplen con los requisitos de la Generalitat. Según UNAUTO, con este decreto que se carga el 70 % de las licencias más la limitación de modelo de coche, todos se quedan fuera del negocio.

Las respuestas al decreto de la Ciudad de Barcelona

Ni que decir tiene que el sector del taxi ha echado las campanas al vuelo con esta medida. No tanto así el sector VTC. Cabify ha sido el primero en mostrar su preocupación por el decreto de la ciudad de Barcelona. "La normativa aprobada hoy reduce significativamente las opciones de movilidad sostenible con las que cuentan los ciudadanos de Barcelona y su área metropolitana", apuntan en un comunicado. Y añaden las consecuencias que muy probablemente lleguen en las próximas semanas:

"Las restricciones impuestas en este Decreto Ley aprobado hoy provocarán que miles de profesionales pierdan sus puestos de trabajo en los próximos meses, con las consecuencias sociales y económicas que esto tendrá en Barcelona en particular y en Cataluña en general"

No hablan del futuro de la compañía en Barcelona y los pasos a dar a continuación. Pero apunta a un dato clave: "La escasez de coches que cumplan los requisitos impuestos por la Generalitat supone una barrera que imposibilita una transición ordenada". Lo que no habla del futuro de Cabify en la región, pero si apunta a que los cambios están por llegar.

Uber tampoco se hace eco de cómo afrontará el cambio. En este caso, su actividad está menos comprometida. Solo llevan unos días con el modelo VTC en Barcelona, ya que la tecnológica había priorizado su relación con los trayectos de taxi de precio cerrado. Bolt, al igual que Uber, opera con ambos sectores. Por lo que de salir de uno, mantendría su negocio en el regulado.

Desde UNAUTO, desde donde Uber hace sus comunicaciones al respecto, apuntan a que apoyarán a las plataformas en las medidas legales que se quieran llevar a cabo. Unas que posiblemente lleguen tarde o temprano al considerar las plataformas que esta regulación va en contra de las directrices generales europeas.

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