Ha llegado el día esperado por el taxi de Barcelona. Si todo sale como está previsto que salga, entre las 15:30 y las 16:30 el llamado Decret del Taxi, o "hijo del taxi" para algunos, será aprobado por el Govern. A partir de este momento, habrá un camino hasta octubre para su puesta en marcha. Si nada cambia, plataformas como Uber, Cabify o Bolt tendrán los días contados en la Ciudad Condal.

Un largo camino que se ha traducido en protestas y un gran activismo por parte del taxi de Barcelona. Uno que ha creado a su imagen y semejanza un Decreto que ya ocupa el lugar como uno de los más restrictivos del panorama de la movilidad y las plataformas tecnológicas. Primero trascendía una medida complicada de cumplir: un tamaño mínimo para los vehículos VTC. Con 4,90 metros de largo, era más que la medida estándar del sector –solo cumplidas por las llamadas VTC tradicionales relacionadas con el lujo o eventos–. Pero la realidad es que era solo el principio de algo mucho más grande.

El resto de medidas, que adelantaba el taxi en una jornada teñida de victoria, recortaban cualquier resquicio que pudiese quedar para las plataformas. Tiempo de operaciones, requisitos mínimos previos al Decret o la obligación de pasar exámenes similares al taxi eran algunas de las cláusulas que habían logrado negociar desde un taxi que, pese a todo, quería llegar más lejos.

Sea como fuere, el Decret nacía con una vocación muy clara: evitar lo que ocurriese en 2019. Momento en el que Cabify –y tres años más tarde Uber y Bolt– encontraba un resquicio legal para seguir operando. No con el brillo de antaño, pero sí lo suficiente como para que el taxi de Barcelona no olvidase el hecho de que les habían ganado la batalla, que no la guerra. Al menos durante un tiempo. El 30 de septiembre de 2022 era la fecha clave. El fin del decreto Ábalos era la oportunidad perfecta para seguir con la contienda. Ahora, todo apunta a que se han marcado una victoria temporal.

Uber, Bolt y Cabify no tienen previsto quedarse de brazos cruzados. UGT ha criticado duramente un decreto que atenta contra la situación laboral de cientos de trabajadores. Y Competencia ya ha adelantado que el Decreto del Taxi es demasiado del taxi. Todo apunta a que la victoria del taxi de Barcelona tendrá que verse las caras en los juzgados, otra vez.

Las plataformas, en pie de una guerra delegada

CABIFY baRCELONA

Cabify, una de las compañías más afectadas por tiempo de operaciones e inversión –casi 150 millones de euros–, es la que primero ha alzado la voz. Aunque ninguna ha decidido cuál será su futuro en Barcelona desde el momento en el que se apruebe el Decret de taxi hasta que entre en vigor tras el tiempo de adaptación. Pero el unicornio español ya ha adelantado que está estudiando cómo adaptarse al nuevo panorama de Barcelona. "La compañía tiene vocación para seguir operando en Barcelona, tal y como lleva haciendo desde hace 10 años", apuntan en un comunicado.

¿Cómo lo hará? Eso no está del todo claro y la verdad es que el texto que se apruebe hoy mismo no deja muchos resquicios a lecturas con diferentes enfoques. "Las condiciones que impone el Decreto Ley suponen una barrera prácticamente insalvable para el sector, además con unos plazos imposibles de cumplir", añaden.

Uber prefiere dejar su lucha en manos de Aseval (Asociación Empresarial de Alquiler de vehículos con y sin conductor). Desde la asociación, que defiende los intereses de todas las plataformas tecnológicas, ya apuntaban que iniciarían todas las acciones legales que fuesen necesarias y que se quisiesen llevar a cabo. Y es que Uber, junto a Bolt, tienen un epígrafe que lleva su nombre y apellidos en el Decret del taxi de Barcelona. No podrán operar aquellas empresas que no puedan demostrar 100 servicios al menos durante el último año.

El caso de Bolt eleva la apuesta a un siguiente nivel. El unicornio de movilidad estonio cumple un mes de operaciones en Barcelona, el mismo día de la aprobación del Decret del taxi le impedirá operar en otoño. Con casi 500 conductores en Barcelona, la tecnológica ha defendido su actividad en la región, y el interés por parte de los usuarios desde que llegase con su modelo de taxi y VTC. Con todo, siguen la tónica del resto de compañías. "El tema de Decret nos preocupa bastante", apunta a Hipertextual Daniel José Georges, director de VTC y taxis de Bolt en España, "es un suicidio económico y de movilidad, restringiendo de forma muy arbitraria y clara la oferta de un modelo".

Como el resto de compañías, Bolt está a la espera de tomar una decisión. De momento ninguna ha anunciado que hará las maletas, de nuevo, para marcharse de Barcelona. "Llevamos varias semanas buscando fórmulas para seguir operando", explica. Por un lado barajan el tema jurídico, por otro apelan a una posible ampliación del Decreto Ábalos que les permita seguir operando mientras intentan salvar la oferta que les quede –y que cumpla la norma 4,90 como tamaño mínimo para los vehículos. Una que, explican, les pilló por sorpresa y, aseguran, no fue consensuada con nadie del sector más allá del taxi y las VTC tradicionales.

A por las empresas de transporte, no a por las plataformas

Un punto muy concreto del Decret del taxi de Barcelona habla de a quién está dirigida esta medida. Y en esto, desde Aseval lo tienen claro. Uber, Bolt y, en menor medida, Cabify no tienen nada que ver en el texto. Ellas, salvo la enseña española, no son las propietarias de las licencias. Pero sí son las que articulan la actividad de las mismas.

"No dudamos que habrá acciones legales porque va en contra de cualquier lógica de competencia", apunta Nacho Manzano de Aseval, "y que será un proceso complicado". Pero, "lo que no dudamos es que desde que entre en vigor, desaparecerá todo un sector". Las acciones legales, en cualquier caso, vendrán de la mano de las afectadas directamente: las empresas transportistas propietarias de las licencias. Entonces, ¿por qué se ven afectadas las plataformas en el epígrafe del año de operaciones? Muchas compañías fueron dadas de alta por y para la entrada en operaciones precisamente de estas tecnológicas.

Un punto importante del Decret del taxi para evitar, en gran medida, el poder que las grandes plataformas puedan ejercer sobre los procesos legales.

Ni a Competencia ni a UGT le gusta el Decret del taxi de Barcelona

En pocas ocasiones coinciden empresas tecnológicas, Competencia y los sindicatos para ponerse en contra de alguna medida. El Decret del taxi ha sido una de ellas. Pero con matices.

Para UGT –que coincide con una manifestación del sector–, el Decret del taxi de Barcelona solo tiene una traducción: la pérdida de casi 3.000 puestos de trabajo directos e indirectos. "Yo puedo llegar a comprender que protejan su sector, porque no podemos permitir que ocurra lo de Madrid con su mercado completamente liberalizado, pero se puede llegar a un acuerdo", apunta Juan José Pérez, responsable del sector del transporte de UGT Barcelona, a Hipertextual. Desde el punto de vista del sindicato, el Gobierno "pasará el cepillo para intentar mantener los empleos". Un punto de vista quizá muy naif de la situación, apuntando que "seguramente si se hubiesen sentado las 3 partes, habrían llegado a un acuerdo".

La realidad, y según afirman desde Aseval, no hubo mesa ni negociación. "Nosotros no nos hemos sentado con nadie, esta medida se creó para proteger al taxi y salió de una reunión con ellos afirmando que todo iba fatal", añaden.

Y es que la relación del taxi de Barcelona con UGT no pasa por su mejor momento. "Lo de UGT nos parece vergonzoso desde que pactaron con Uber y Cabify en Madrid para hacer un paripé", apunta Tito Álvarez a los medios, "no entendemos cómo pueden hablar de precariedad en el sector; el otro sindicato mayoritario no ha dicho nada y es sospechoso que siempre hablen así de estas cosas".

Con todo, y como cabía esperar, a la Autoridad de la Competencia Catalana tampoco le ha hecho gracia la reforma que se aprobará hoy mismo. "Es una reforma contraria a la competencia y persistente en la ineficacia reguladora", exponen, "el resultado puede provocar una significativa reducción de la oferta de operadores VTC en ámbito urbano".