"Esta va a ser gorda", es la carta de presentación del nuevo movimiento estratégico del taxi de Barcelona. Élite Taxi, a través de Taxi Project, sigue con su ofensiva contra Cabify, Uber y FreeNow. Ante la Comisión Nacional de Mercados de la Competencia (CNMC), el colectivo ha denunciado a estas compañías por "Abuso de posición dominante, prácticas desleales y estrategia de precios predatorios y piden que se apliquen sanciones graves que pueden llegar hasta los 10 millones de euros", según cita la denuncia.
No es una sorpresa en cualquier caso, Élite Taxi ya venía haciendo ruido durante los últimos meses. Con la mirada puesta en la celebración de un Mobile World Congress mucho más comedido por la pandemia por coronavirus, la agrupación vio como uno de sus mayores enemigos volvía a personarse en la ciudad: Uber. Élite venía lidiando desde 2019 con el regreso de Cabify a Barcelona, pero en noviembre Uber anunciaba que comenzaba el proceso para volver a la Ciudad Condal. La peor pesadilla del taxi.
Dejando atrás el negocio de las VTC, de momento, Uber comenzaría con el modelo de taxi. Un sistema que ya había probado en Madrid y que exportaba a otras regiones. Poco tardó Élite en afilar el hacha de guerra. Uber entraba sin la Tarifa 3, la que aplicaba a los precios cerrados, lo que supuso para el taxi el filón para cargar contra la multinacional. Tanto el taxi, como la división encargada de la gestión del transporte en Barcelona unas semanas más tarde, lo consideraron una falta grave.
Sin embargo, la AMB terminó por aprobar la tarifa 3 para Uber unas semanas más tarde. La mayor multinacional de transporte del mundo entraba con todas las de la ley en Barcelona. Daba igual, el mayor valedor de Élite Taxi, Tito Álvarez, aseguraba a Hipertextual que "esto era la guerra". No pararían hasta echar a Uber y Cabify de la ciudad. También a FreeNow, compañía por la que tampoco sienten ningún aprecio y "se les había colado desde hacía tiempo", declaraba.
Venganza en forma de denuncia a la CNMC
Tras varios días de manifestaciones en Barcelona, que pedían una mayor revisión de la actividad de los coches VTC en la ciudad, Élite Taxi ha movido otra ficha: la de la vía de la denuncia ante la CNMC. Una que ya se había usado y había terminado en fracaso para el taxi; después de todo, la CNMC siempre había demostrado una filiación más cercana a las plataformas que al taxi.
En cualquier caso, la cuestión de la competencia desleal vuelve a ponerse sobre la mesa -ya se había usado este recurso en anteriores denuncias a las diferentes plataformas–. Según la denuncia de Élite contra Uber, Cabify y FreeNow, estas plataformas entran en los diferentes mercados con políticas agresivas para después controlar los precios. Los descuentos y viajes gratis -más de 20.000 durante la pandemia para los sanitarios o vacunaciones- han sido la guinda del pastel para Élite. Por parte de FreeNow apuntan a que, hasta el momento, "no se ha recibido ninguna comunicación de la denuncia ante la CNMC". En cualquier caso, añaden, la compañía se rige "por una estricta política de compliance y ética empresarial".
"Estas tres empresas están declarando pérdidas sistemáticamente en sus ejercicios y sin embargo regalan su trabajo asumiendo más pérdidas, incurriendo en un abuso de posición dominante en el transporte de personas, bien a través de Taxi o VTC", explican.
Desde el punto de vista de Élite, estas compañías tienen el firme objetivo de excluir del mercado a los competidores locales, logrando así un monopolio capaz de controlar los precios de un servicio público. A fin, apuntan, de instaurar los precios dinámicos que tantos problemas han traído en varias regiones de Estados Unidos.
"Nuestra voluntad es llegar hasta el final de estos abusos de posición dominante que cada vez más sufre el sector del taxi, ya incluso desde dentro, por tres empresas que además vienen ejerciendo de lobby frente a las agencias de la competencia, para que esta 'selva' o 'ley del más fuerte' que denunciamos se multiplique", añaden.
El taxi de Madrid vs. Barcelona, las dos caras de una moneda
Mientras el taxi de Barcelona sigue con su guerra contra las plataformas de transporte, el taxi de Madrid vive una de las mayores liberalizaciones del sector en años.
Precisamente ayer, el Ayuntamiento de la capital anunciaba la nueva ordenanza del taxi que aprueba los precios cerrados para el servicio público si este se operaba a través de una app, los viaje compartidos o la licencia por puntos. Una normativa que acerca las posiciones entre el taxi y las VTC y que, por supuesto, ya ha tenido la respuesta negativa de varias organizaciones del taxi en Madrid.
Poco después, la Federación del Taxi anunciaba que impugnaría la nueva ordenanza al ser prácticamente igual que la que ya había tumbado un juez en la Comunidad de Madrid. Para la organización, esto es "un atropello para un sector muy afectado por la pandemia".