Aquellos cinéfilos a los que les atraigan los relatos sobre dramas laborales y sus choques de egos probablemente querrán ver Super Pumped: La batalla por Uber (2022), con la que Brian Koppelman y David Levien, guionistas de Rounders (1998), El jurado (2003) o Ocean’s 13 (2007), cuentan para Showtime la trayectoria de la polémica compañía proveedora de movilidad a la que detestan los taxistas de medio mundo.

El tipo de trama sobre tejemanejes de exitosas empresas tecnológicas nos recuerda a las de La red social (2010) o Halt and Catch Fire (2014-2017), pero los guiones carecen del ingenio del escrito por Aaron Sorkin para la película de David Fincher sobre Facebook y la fortaleza emocional de los firmados por Christopher Cantwell y C. Rogers para su serie sobre el Joe MacMillan de Lee Pace y compañía.

Con un estilo visual enérgico y una verborrea pretendidamente potente, Brian Koppelman y David Levien buscan acercarse a propuestas como las dos mencionadas, pero la suya no se puede codear con estos referentes. Y no porque esta pareja no haya demostrado buen hacer en Billions (desde 2016) para atrapar al espectador con las palabras resonantes de sus protagonistas. Pero aquí no lo logran, y ya está.

‘Super Pumped: La batalla por Uber’ entretiene pero no nos enamora

super pumped: la batalla de uber crítica travis kalanick halt and catch fire showtime
Showtime

Hay algunos destellos de elocuencia indiscutible de vez en cuando, pero no es la costumbre de Super Pumped durante los primeros siete capítulos. Y Joseph Gordon-Levitt se esfuerza bastante para interpretar al capullo de Travis Kalanick, pero los textos que le proporcionan no le ayudan a colocarse al mismo grado en carisma del Mark Zuckerberg de Jesse Eisenberg o del antedicho Joe MacMillan.

No obstante, dos cosas sí que consigue la serie de Brian Koppelman y David Levien: en primer lugar, interesarnos por los enfrentamientos en los que Uber debe salirse con la suya para seguir a flote como empresa innovadora; y por otro lado, que estemos con su fundador y contra sus poderosos opositores a pesar de que se muestre, en última instancia, que es un tipo muy desagradable.

Porque los guionistas de Super Pumped: La batalla por Uber saben vendernos su historia como la de los que luchan por el progreso tecnológico contra las fuerzas reaccionarias de siempre; igual que la de los luditas decimonónicos, que pretendían hacer tapioca cuantos telares mecánicos se les pusiesen por delante, o los dueños de negocios de carros y diligencias por el ferrocarril o los automóviles, porque iban contra su usufructo.

Y Brian Koppelman y David Levien no se andan con chiquitas, sino que introducen discursos directos sobre este asunto en boca de Travis Kalanick, y entonces sí encontramos la labia suficiente para que se lo compremos sin rechistar. Pero Super Pumped no se queda ahí, y salta a las confrontaciones mercantiles e intestinas, un concepto menos atractivo por la oratoria más insustancial, pero que entretiene.

Al final, no nos arrepentimos de haberle dedicado nuestro tiempo

super pumped: la batalla de uber crítica travis kalanick halt and catch fire showtime
Showtime

Los montajes vivos para aligerar procesos largos no sorprenden pero nos complacen, y el ocasional recurso a imágenes gráficas y de videojuego y al derribo de la cuarta pared. Sin embargo, el verdadero acierto visual y narrativo de esta serie de Showtime, un sencillo detalle, son las ficciones del Travis Kalanick de Joseph Gordon-Levitt que acaban en verde croma y el reconocimiento inmediato de la realidad.

La banda sonora electrónica compuesta para Super Pumped: La batalla por Uber por el joven Brendan Angelides, que ha aportado antes las de la aludida Billions o la de Por trece razones (2017-2020), concuerda con la clase de música dinámica y de obvio buqué tecnológico a la que nos han habituado este tipo de argumentos. Desde los de La red social y Halt and Catch Fire, ya mentadas, hasta Steve Jobs (2015) o El Círculo (2017).

Esta primera temporada antológica mejora conforme avanza y, a partir de “War” (1x03), se mantiene una inercia a cierto nivel en su elaboración, y las dudas razonables que pudiese albergar el público para seguir hasta el séptimo y último episodio deberían esfumarse. Y, aunque sepamos que Super Pumped se distancia de los espejos en los que se mira, uno no se arrepiente de habérsela zampado.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: