La guerra de Ucrania está dando mucho que hablar también en el espacio. De hecho, a raíz de las sanciones a Rusia impuestas tanto desde Europa como desde Estados Unidos, su agencia espacial, Roscosmos, ha decidido imponer sus propias sanciones en dirección contraria. Su director, Dimitry Rogozin, se ha convertido en un personaje de lo más polémico, con declaraciones como su ya famoso “si quieren volar, que lo hagan sobre sus escobas”. Con esa frase hacía referencia a la NASA, justo después de retirar su suministro de motores para cohetes al país norteamericano. Casi al mismo tiempo, anunció también su decisión de retirar los cohetes Soyuz que usaría para lanzar al espacio un satélite OneWeb. Y ahora, pocos días después, ha anunciado desde su cuenta de Twitter que esos Soyuz que se han ahorrado se usarán para fomentar la industria privada del espacio en Rusia. Un SpaceX ruso, pero sin Elon Musk lógicamente.

Este anuncio es toda una declaración de intenciones de cara al futuro de la industria espacial en Rusia. No parecen mostrarse dispuestos a continuar con sus históricas colaboraciones internacionales. Ni siquiera después de que la NASA anunciara que lo sucedido con la guerra de Ucrania no tendría porqué afectar a sus acuerdos. En Roscosmos ya han tomado sus propias decisiones y se muestran decididos a trabajar en solitario, fomentando la industria privada, del mismo modo que ha hecho Estados Unidos con SpaceX o Blue Origin. Y es que Rusia no tiene a Elon Musk o Jeff Bezos, pero sí a otros ricos empresarios dispuestos a viajar al espacio.

Mientras tanto, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA están valorando sus opciones de trabajo sin contar con Rusia. De hecho, parece que la industria privada del espacio tomará gran relevancia ahora. Elon Musk ya se ha mostrado dispuestos a colaborar, activando su servicio de internet a través de Starlink en Ucrania. Se espera que también pueda poner su industria espacial al servicio de la NASA y la ESA. Y es que, si no es así, muchas misiones programadas para este año se verían abocadas al retraso, si no a la desaparición. Lo más grave de todo esto es la invasión a Ucrania. Todo lo demás es secundario al lado de un país que está siendo violentamente atacado. No obstante, aunque las bombas no lleguen al espacio, la guerra también se está librando allí y es necesario ir buscando soluciones. 

Más consecuencias de la guerra de Ucrania en el espacio

Dimitry Rogozin está siendo muy activo en su cuenta de Twitter desde que comenzó la invasión a Ucrania

En ella hemos podido verlo durante los últimos días en plena batalla dialéctica con el astronauta Scott Kelly, al que ayer acusaba de sufrir demencia, quizás a causa de sus viajes al espacio. De una forma de lo más irónica, le animaba a examinarse en el Instituto del Cerebro de su Agencia Federal Médica y Biológica. La única causa, la condena que el estadounidense ha hecho en los últimos días al ataque de Rusia a Ucrania.

Este martes, 8 de marzo, ha dejado a un lado sus rencillas con el astronauta de la NASA y ha anunciado su disposición al fomento de la industria privada del espacio. En un tuit en ruso señala que para fin de año “se pondrán en órbita decenas de naves espaciales rusas privadas para la comunicación, la observación meteorológica y la teledetección de la Tierra”. Y también deja claro que para ello usarán los cohetes Soyuz-2 que han sido retirados del lanzamiento de OneWeb.

Otras misiones frustradas por las sanciones de Rusia

Desde que comenzó la invasión en Ucrania, las rupturas de lazos entre Roscosmos y sus homólogas internacionales han seguido un goteo incesante.

En primer lugar, Rogozin publicó algunas amenazas veladas en las que señalaba lo terrible que sería que la Estación Espacial Internacional (EEI) cayese sobre la Tierra. 

Recientemente se publicó un vídeo en el que se veía cómo el módulo ruso se separaba de la Estación Espacial Internacional

Varios días después de aquello, volvieron a la carga con un vídeo en el que se ve cómo los cosmonautas Rusos de la EEI se despiden de sus compañero y el segmento ruso de la estación se separa. Dicho segmento contiene los motores que mantienen estas instalaciones en su lugar. Si algo como lo que se ve en el vídeo ocurriera, la EEI no caería a plomo, claro. Sin embargo, en un tiempo podría sufrir esa “salida de órbita descontrolada” a la que hizo referencia Rogozin en su cuenta de Twitter. 

Pero los problemas en el espacio no se limitan solo a la EEI. Rusia también ha roto lazos con la ESA, al retirar a su personal del puerto espacial de Kourou, desde el que tendría que lanzarse la misión ExoMars, que pondría al primer rover europeo sobre Marte. También cancelaron a última hora el lanzamiento de un satélite OneWeb operado por Reino Unido, esta vez desde el puerto de Baikonur, en Kazajistán. Incluso han dejado de vender sus motores para cohetes a Estados Unidos. Todo esto pone en peligro decenas de misiones en un futuro próximo. ¿Y quién sabe qué ocurrirá con el resto de las que están por venir? Afortunadamente, Elon Musk ha asegurado que, al menos en lo concerniente a los motores, desde SpaceX pueden sustituir los que Rusia solía enviar a la NASA. La situación en el espacio está cada día más turbia, aunque algunos problemas parecen tener solución. El problema es que, por desgracia, lo más probable es que en el camino siga habiendo nuevos obstáculos por superar.