“Dejadles volar sobre palos de escoba”. Con esa frase, el director de la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos), Dimitry Rogozin, ha anunciado la detención de las ventas de motores para cohetes a la NASA. Es otra de los muchos castigos que la agencia está imponiendo a sus homólogos del resto del mundo como respuesta a las sanciones a Rusia a raíz de la invasión a Ucrania

De hecho, las amenazas comenzaron poco después de los bombardeos, cuando Rogozin se lamentó de lo terrible que sería que la Agencia Espacial Internacional se desorbitara y cayese sobre la Tierra. Después, se retiró al personal ruso del Puerto Espacial de Kourou, en la Guayana Francesa. Más tarde se rompieron lazos con la ESA que podrían llevar al traste el lanzamiento del primer rover europeo a Marte. Y, por si eso fuera poco, la posibilidad de Reino Unido para poner en el espacio un nuevo satélite de OneWeb depende del cumplimiento de las duras condiciones rusas. El tema de los motores de cohetes es solo una cosa más en su larga lista. ¿Pero cómo de grave es?

Quizás no tanto como parece. Es cierto que, a bote pronto, pone en peligro algunas de las próximas misiones de la NASA. No obstante, según aseguran desde Techcrunch, algunos de los proveedores estadounidenses de servicios de lanzamiento ya están trabajando en el desarrollo de sus propios motores para cohetes. Esto reduciría enormemente la dependencia de Rusia. Aunque aún falta mucho para tener una producción suficiente. Pero también es cierto que quedan reservas de los tratos anteriores con Roscosmos. La situación es mala para la NASA, pero quizás no tanto como podríamos llegar a pensar.

Así son los motores de cohetes de Rusia

Los motores de cohetes protagonistas de esta nueva contrasanción de Roscosmos son los RD-180.

Cuentan con una cámara de combustión dual y un diseño de doble boquilla, basado en una versión anterior que sirvió para poner en marcha algunos vehículos de lanzamiento soviéticos. Como combustible usan una combinación de oxígeno líquido y un queroseno refinado, conocido como RP-1.

El suministro de motores para cohetes procedentes de Rusia también se cortó con la anterior invasión a Ucrania, en 2014

Se han usado durante años para impulsar multitud de lanzaderas en Estados Unidos. Actualmente, por ejemplo, estos motores de cohetes son una parte esencial de los Atlas V de la NASA. De hecho, la primera etapa de estos vehículos está impulsada con un solo motor RD-180. 

Pero no es la primera vez que la agencia espacial estadounidense cuenta con cortes de suministro procedentes de Rusia. En la anterior invasión a Ucrania, en 2014, sucedió algo similar. En aquella época Rogozin era viceprimer ministro de Rusia y prohibió la venta de cualquier motor espacial ruso a Estados Unidos. Fue un duro golpe para el país norteamericano, que desde ese momento comenzó a idear formas de no depender de la infraestructura rusa hasta este punto. Y ese anticipo puede ser el que haga las cosas algo más sencillas en estos momentos.

Alternativas a Roscosmos

ULA, la compañía detrás del desarrollo de los Atlas V, lleva desde 2014 intentando buscar alternativas a los motores para cohetes de Rusia.

En 2018, por ejemplo, recurrió a Blue Origin para impulsar su cohete reutilizable Vulcan. La compañía fundada por Jeff Bezos se puso manos a la obra con la fabricación de motores BE-4, capaces de sustituir a los RD-180. 

Blue Origin y SpaceX podrían tener la clave para sustituir los motores para cohetes rusos

A día de hoy aún no están a punto para su uso masivo. No obstante, teniendo en cuenta las reservas disponibles de RD-180, podrían finalizarse antes de que sean realmente indispensables. Al menos, eso es lo que ha explicado el director de ULA, Tory Bruno, en declaraciones a The Verge,

En definitiva, ULA parece tener cubiertas las espaldas. Lo tiene algo más crudo otro proveedor de cohetes, Northrop Grumman, ya que cuenta próximamente con el lanzamiento de varios cohetes Cygnus, para los que necesita los RD-180 vetados ahora por Roscosmos. Para solventar este problema, quizás tendrían que emular a ULA, cambiar a Bezos por Elon Musk y confiar en los ingenieros de SpaceX para encontrar una alternativa a tiempo de no retrasar sus lanzamientos. Por enésima vez en solo una semana, la invasión a Ucrania y los odios y rencores de la Tierra han llegado también al espacio. 

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