La historia de Artyom Fedosov empieza con un sueño recurrente entre la gente joven: viajar por todo el mundo. Su aventura empezó hace 8 años y en ese tiempo ha conocido 120 países. A principios de año, Fedosov se dio cuenta de que ningún fotógrafo tenía el material que tenía él y decidió emprender su propio proyecto de NFTs (Non fungible tokens) para vender su trabajo de tantos años. En medio de su viaje por Oriente Medio, hace pocas semanas, le llegó la noticia de que el terror había llegado a su país de origen: la guerra de Ucrania había empezado. Su vuelo fue cancelado y a día de hoy sigue en Kazajstán mientras ve, desde lejos, cómo su país se desmorona por la invasión de Rusia. 

Fedosov tuvo la idea de convertir su proyecto fotográfico en NFTs en los que cada país estuviera representado. Ese fue el nacimiento de UN 193, el nombre del proyecto por el número de países que conforman la Organización de las Naciones Unidas. “Es un proyecto masivo si lo piensas, pero el resultado final es épico: se convertirá en una colección completa de cómo era el Planeta Tierra en la década de 2010 a 2020”, explica Fedosov a Hipertextual desde Kazajstán. “Todo estará guardado de manera segura en blockchain para futuras generaciones”, añade.

Un viaje sin retorno

Bajo la idea de “un país, una fotografía”, el artista ucraniano ha recopilado cerca de 2 terabytes de imágenes. Cuando la tensión escalaba entre Rusia y Ucrania, a finales de enero, Artyom Fedosov estaba de viaje por Oriente Medio. “Se suponía que iba a volar de vuelta a Ucrania en febrero, después de visitar Emiratos Árabes Unidos, Oman, Bahréin, Arabia Saudí, Jordania, Siria, Líbano, Turquía e Irán”, explica. 

“Al final de mi viaje decidí visitar Kazajstán (...) y de repente mi vuelo a Kiev se canceló por el inicio de la invasión rusa. Así que, después de estar muchos meses fuera y no ver a mi familia y amigos, no puedo volver a casa”. 

Artyom Fedosov

Cuando se recrudeció la guerra de Ucrania, el fotógrafo se dio cuenta de que no podía acceder a sus tarjetas de crédito desde el extranjero. Publicó un tuit en el que explicaba su situación y que su única manera de sobrevivir era a través de los criptoactivos. 

“El tuit se volvió viral”, apunta Fedosov, “y eso atrajo a varios coleccionistas, así que vendí más NFTs y eso me ha ayudado a que ahora esté bien”. Pero no es capaz de olvidar que, en su país, sus amigos están luchando en la guerra y han tenido que enrolarse en el Ejército. Tampoco que otros están escondidos en refugios antiaéreos y que seguramente a algunos no los verá más porque no consigan superar esta guerra. 

El NFT por y para la guerra de Ucrania

A partir de esta semana, su proyecto de NFTs no estará dedicado solamente a garantizar su manutención hasta que pueda volver a casa. También ha iniciado una subasta con una pieza especial, su fotografía de Ucrania. Lo que consiga de la subasta se donará a Come Back Alive, una ONG que recauda fondos para el ejército ucraniano para garantizar que los soldados y voluntarios tengan suficientes suministros para luchar contra Rusia.

guerra de Ucrania, NFTs
Artyom Fedosov

Artyom Fedosov subraya, además, que la organización ha ayudado a las víctimas de la guerra desde 2014, año en el que escaló el conflicto en la región de Crimea y el Donbás. “Conocí a varias personas que trabajan allí y me gustó especialmente que publican reportes financieros cada año, para que cada uno pueda ver cómo se gastan cada dólar que reciben de las donaciones”. 

Poco a poco, el fotógrafo convierte cada una de sus imágenes en NFTs. Le queda un gran camino para vender toda su colección de fotografías; esperemos que cuando lo consiga la guerra de Ucrania haya quedado atrás. Mientras tanto, Fedosov solo puede seguir en contacto con su familia y amigos, “que están viviendo allí un infierno”. 

NFTs al rescate

El proyecto de Artyom Fedosov para ayudar a Ucrania es una de las muchas iniciativas que han nacido en esta última semana. A través de NFTs –como el de la bandera de Ucrania–, criptomonedas y DAOs, se han movilizado millones de dólares destinados a ayudar a las víctimas de la invasión rusa en el país europeo. 

Ucrania ha sido, antes del inicio de la guerra, uno de los países europeos que más han apostado por los criptoactivos. El Parlamento aprobó un proyecto de ley para regular las transacciones con criptomonedas y el Ministerio de Transformación Digital ha tomado desde el año pasado varias medidas para incentivar este sector. Que una gran parte de las ayudas provengan de este tipo de activos es una manera “de romper el hielo”, opina el fotógrafo. “De repente, cripto ha resultado ser más fiable que el dinero tradicional”. Quizá, continúa, el próximo paso sea reconocer NFT como valores digitales. 

Guerra de Ucrania: ¿un antes y un después en las donaciones?

Esta ha sido la primera vez que hemos visto de manera directa cómo los criptoactivos y la tecnología pueden ayudar a un país en guerra. Fedosov opina que en este caso ha sido relativamente fácil porque los ucranianos tienen una mínima educación en este sentido. En otro país con un conflicto latente, por ejemplo de Oriente Medio, el reto podría ser mayor para integrar los NFT o las criptomonedas como una forma de donación. “Además, veo muchas estafas, DAOs falsos, artistas de países como la India que dicen que son ucranianos para llamar la atención”, alerta. A pesar de los riesgos, la guerra de Ucrania ha supuesto una manera manera de afrontar la situación “y al fin aparecieron muchos casos de uso para cripto que son muy buenos”, remata el fotógrafo. 

Hasta el momento de la publicación de este artículo, Artyom Fedosov ha conseguido el control de sus cuentas, al menos de las de débito, y puede mantenerse en Kazajstán. Mientras tanto, la subasta de su NFT dedicada a Ucrania sigue abierta con el objetivo de recaudar una suma considerable que pueda ayudar en la guerra de Ucrania; a su país de origen, al que no sabe cuándo podrá volver y recuperar su vida.

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