Nacho Vidal (n. 1973) es un personaje conocido en España y el entorno de la industria y los consumidores del cine para adultos del mundo entero, en el que trabaja desde 1997, participando en alrededor de 1.500 películas y dirigiendo 140 a partir del año 2000. No en vano, fue su colega italiano Rocco Siffredi quien se lo llevó a Hollywood en 1998 y al estrellato en este tipo de filmes. Sus veintisiete nominaciones y ocho premios en los Adult Video News (AVN) bastan para constatar su categoría, por decirlo de alguna manera, en el porno.
Su popularidad le ha llevado a intervenciones en el cine generalista. Ha encarnado al Vasili de El alquimista impaciente (Patricia Ferreira, 2002), adaptación de la novela con el mismo título de Lorenzo Silva (2000); a Márquez en el episodio “Reality” (2x04) de la serie Los simuladores (Damián Szifron, 2002-2004), a un segurata en Va a ser que nadie es perfecto (Joaquín Oristrell, 2006) o al Mikima del corto Extremo (Jordi Arencón y Teo García, 2007), germen de un largometraje de Netflix casi homónimo: Xremo (Daniel Benmayor, 2021).
‘Nacho Vidal: Una industria XXXL’, una serie sobre el cine porno
No obstante, Nacho Vidal ha figurado también como protagonista de otras noticias por varios líos judiciales de diversa índole. Así, debido a su carrera en el porno, su currículo sentimental, los casos peliagudos en los que ha estado involucrado y otras circunstancias personales, la plataforma de streaming Starzplayha decidido elaborar una ficción televisiva sobre él, un biopic u obra biográfica que nos cuente todas esas vivencias del catalán. Con Bambú Producciones y La Claqueta PC como responsables y el joven Martiño Rivas deintérprete principal.
A este último le hemos visto en la piel del Lalo Peciña de Los girasoles ciegos (José Luis Cuerda, 2008), de Marcos Novoa Pazos en los setenta y un capítulos de El internado (Daniel Écija, Laura Belloso, Juan Carlos Cueto y Rocío Martínez Llano, 2007-2010), de Dani en Tres bodas de más (Javier Ruiz Caldera, 2013), del Marco Castro de Sé quién eres (Pau Freixas, 2017) o de Carlos Cifuentes en Las chicas del cable (Gema R. Neira, Ramón Campos y Teresa Fernández-Valdés, 2017-2020). Y parece fácil que el papel de Nacho Vidal le ponga pronto de relieve.
Justificar el ‘biopic’ de Starzplay
Pero la justificación del proyecto no resulta tan sencilla como aparenta. Los biopics abordan lo que ha vivido algún personaje real de cierta importancia, a partir de su nacimiento y hasta que le llegó su hora o, como mínimo, la etapa más relevante de su existencia. Por el interés humano o histórico de lo que hizo o con lo que tuvo que lidiar o porque ambas cosas resultan bastante peculiares.
Entre las propuestas así, tenemos Gandhi (Richard Attenborough, 1982), Michael Collins (Neil Jordan, 1996), Una mente maravillosa (Ron Howard, 2001), acerca de lo que sufrió el genial matemático americano John Nash (Russell Crowe), o El pianista (Roman Polanski, 2002), sobre el horror del Holocausto a través de los ojos del músico polaco Wladyslaw Szpilman (Adrien Brody).
Sin olvidar Mar adentro, de la lucha del español Ramón Sampedro (Javier Bardem) para conseguir la eutanasia; El aviador (Alejandro Amenábar, Martin Scorsese, 2004), acerca del productor estadounidense Howard Hughes; o Bohemian Rhapsody (Bryan Singer y Dexter Fletcher, 2018), sobre el cantante Freddie Mercury y el grupo británico Queen.
Todos estos filmes ponen el foco en personas valiosas o dignas de atención, pero no estamos tan seguros de que al barcelonés pueda calificársele así. Starzplay dice que Nacho Vidal: Una industria XXXL nos quiere ofrecer “una investigación del interior de la otra industria cinematográfica, que mueve más de 500 millones de euros al año en España, a través de la extraordinaria vida del legendario actor porno español Nacho Vidal”.
Si Bambú Producciones y La Claqueta PC se toman en serio ese propósito, pueden estrenar una buena aportación al estilo de las películas El escándalo de Larry Flynt (Milos Forman, 1996) y Boogie Nights (Paul Thomas Anderson, 1997) o la serie The Deuce (Davis Simon y George Pelecanos, 2017-2019), con verdaderos valores artísticos. Pero tendremos que cercionarnos de si es así o se quedarán simplemente en el salseo.