Parece mentira que se haya hecho esperar un biopic tan cantado como el de la influyente banda rockera británica Queen y su líder, el carismático Freddie Mercury. Pero por fin ha llegado con la dirección del neoyorkino Bryan Singer y el londinense Dexter Fletcher.Lo cierto es que **la elección de Singer para realizar esta película no era algo especialmente comprensible, no porque no se tratase de un cineasta respetado, sino debido a la naturaleza de su trayectoria*, pues está formada por intrigas criminales como la fallida Public Access (1993), la sorprendente y muy recordada The Usual Suspects (1995) y la retorcida Apt Pupil (1998), aventuras de fantasía y ciencia ficción como las saludables X-Men (2000) y X-Men 2 (2003), la infravalorada pero muy decente Superman Returns (2006), la pasadera Jack, el cazagigantes (2013) y las muy entretenidas X-Men: Días del futuro pasado (2014) y X-Men: Apocalipsis* (2016); y el único filme sobre hechos reales del que se había ocupado hasta vérselas con Queen es Valkiria (2008), pero este thriller histórico sobre uno de los intentos de asesinato de Adolf Hitler no tiene nada que ver con *Bohemian Rhapsody*, si bien Singer declaró cuando le echaron por “comportamientos no profesionales” que le apasionaba la realización de esta película.

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**Lo que sí se puede entender sin ningún problema es que echasen mano de Fletcher para sustiturle**, no sólo porque este actor reconvertido —que ha participado en obras como El hombre elefante (David Lynch, 1980), The Bounty (Roger Donaldson, 1984), El sueño del mono loco (Fernando Trueba, 1989), Jude (Michael Winterbottom, 1996), Lock, Stock and Two Smoking Barrels (Guy Ritchie, 1998), Band of Brothers (Stephen Ambrose, 2001) o Kick-Ass (Matthew Vaughn, 2010)— ya había sido quien iba a asumir el reto de rodar el filme antes de abandonarlo por las socorridas diferencias creativas y no había tiempo material para una selección serena, sino porque, al margen de ese digno drama que es Wild Bill (2011) y del musical Amanece en Edimburgo, ñoño, sin ingenio ninguno y muchas veces estomagante, Fletcher *nos ha brindado el encantador y efectivísimo biopic Eddie the Eagle* (2015), sobre el célebre y peculiar saltador de esquí británico Michael Edwards, cuya historia comparte varios elementos muy obvios con la de Freddie Mercury.

No se puede discutir igualmente la cordura de escoger al inglés Peter Morgan para que se encargara de escribir el guion al comienzo, pues ha construido su carrera con películas basadas en hechos reales*, como Enrique VIII (Pete Travis, 2003), El último rey de Escocia, La reina, Longford (Kevin Macdonald, Stephen Frears, Tom Hooper, 2006), The Other Boleyn Girl, Frost/Nixon* (Justin Chadwick, Ron Howard, 2008), The Damned United (Hooper, 2009), La relación especial (Richard Loncraine, 2010) o Rush (Howard, 2013), la miniserie The Lost Honour of Christopher Jefferies (Roger Michell, 2014) y la serie *The Crown* (desde 2016).bohemian rhapsody bryan singer dexter fletcher

*Sus aportes a la trama de Bohemian Rhapsody se han conservado tras la reescritura del neozelandés Anthony McCarten, que también había hecho sus pinitos en la misma línea asentada en personajes de la historia con La teoría del todo (James Marsh, 2014) y Darkest Hour* (Joe Wright, 2017). El guion que nos ha ofrecido al final se revela pleno de diálogos inteligentes, con una innegable chispa y una gran elocuencia dramática. No se contenta con mostrar la trayectoria de Freddie Mercury y Queen, la evolución del famoso músico y sus vaivenes personales, que afectaban a los seres queridos a su alrededor, sino también la dinámica creativa de la banda con una economía narrativa encomiable, ingenio y absoluta claridad.

Estos mimbres excelentes le han servido un montón a Bryan Singer y, en último término, a Dexter Fletcher para levantar una película que rezuma lucidez cinematográfica y entusiasmo se la mire por donde se la mire, pues han conseguido que sus ingredientes particulares se expongan de tal modo que las escenas se suceden las unas a las otras con avispadas transiciones, en un continuo de ritmo puro, y así, su estructura compleja parece elaborada con sencillez porque fluye con la fuerza irresistible de un caudal arrasador. Y ya con esto se alza, no solamente como el mejor filme que ha realizado nunca Singer o, por supuesto, Fletcher, sino también como uno de los más destacados biopics sobre músicos del cine.

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Pero este gran logro cojearía si no fuese porque Rami Malek (*Mr. Robot*) nos regala una encarnación de Freddie Mercury tan increíble que merece todos los galardones y reconocimientos que le puedan caer, lo que sucede hasta el punto de que las actuaciones de sus competentes compañeros de reparto se ven potenciadas por su sola presencia, desde las de Gwilym Lee (Los asesinatos de Midsomer), Ben Hardy (Mary Shelley) y Joseph Mazzello (Parque Jurásico, La red social) como Brian May, Roger Taylor y John Deacon, los otros integrantes de Queen, y Lucy Boynton (Sing Street) en la piel de Mary Austin hasta Tom Hollander (Piratas del Caribe), Aidan Gillen (The Wire, *Juego de tronos), Allen Leech (Black Mirror) o Mike Myers (Shrek*), interpretando a como Jim “Miami” Beach, John Reid, Paul Prenter y Ray Foster.

El gran daminificado de esta obra no puede ser otro que el compositor John Ottman (*The Gifted*), que ha escrito la partitura de diez de los once largometrajes de Singer y cuya contribución aquí es imposible de recordar habiendo escuchando las canciones inolvidables de Queen. Y, pese a que no pocos analistas han señalado que ven en el filme una propuesta superficial, que no profundiza de veras en los dramas de Freddie Mercury, en sus demonios internos ni en sus luchas y controversias, lo que podría tener algo de clara verdad si no lo entendemos como una sutileza para todos los públicos, lo que hay que advertir es que *no resulta necesario gracias a la extrordinaria energía y el talento ostensible que encierra Bohemian Rhapsody y que nos arrastran al alborozo y hasta nos conmueven*.

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Conclusión

Esta película no ha alcanzado la unanimidad de la crítica especializada en un sentido u otro, y lo mejor que puede hacer uno es dejarse llevar por su vitalidad fílmica y su pasión evidente por la música de Queen y pasarlo de lo lindo. Que la disfrutéis.

Pros

  • La lucidez cinematográfica de Bryan Singer y Dexter Fletcher.
  • El buen ritmo y la fluidez de la película, que rezuma entusiasmo.
  • Los diálogos inteligentes, con chispa y elocuencia dramática.
  • La increíble interpretación de Rami Malek como Freddie Mercury.

Contras

  • Que no profundiza mucho en los dramas, los demonios, las luchas y las controversias del protagonista.
  • Que la estupenda música de Queen hace olvidable la banda sonora de John Ottman.