Entre los mayores reclamos de No mires arriba (Adam McKay, 2021) está su reparto estelar. Desde Jennifer Lawrence (La gran estafa americana) y Leonardo DiCaprio (Titanic) en la piel de Kate Dibiasky y Randall Mindy, pasando por Cate Blanchett (El Señor de los Anillos) y Jonah Hill (El lobo de Wall Street) como Brie Evantee y Jason Orlean, hasta Mark Rylance (Ready Player One), Timothée Chalamet (Interstellar) o Ron Perlman (Enemigo a las puertas) interpretando a Peter Isherwell, Yule y Ben Drask. O Meryl Streep de la presidenta Janie Orlean.

Esta actriz inconmensurable, ganadora de tres premios Oscar y conocida por sus papeles de Linda en El cazador (Michael Cimino, 1978), la Joanna de Kramer contra Kramer (Robert Benton, 1979), la protagonista en La decisión de Sophie (Alan J. Pakula, 1982), la Madeline Ashton Menville de La muerte os sienta tan bien (Robert Zemeckis, 1992), Clarissa Vaughan en Las horas (Stephen Daldry, 2002), la Aloysius Beauvier de La duda (John Patrick Shanley, 2008) o Margaret Thatcher en La Dama de Hierro (Phyllida Lloyd, 2011), aporta su talento al filme.

Meryl Streep es mucha Meryl; también en ‘No mires arriba’

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Netflix

En un clip de cómo se hizo No mires arriba que ha compartido la cuenta de Netflix sobre los largos de la plataforma en España, el director Adam McKay (El vicio del poder) cuenta lo que sigue: “La escena que más ilusión nos hacía era la primera escena en el Despacho Oval. Al principio de la escena en la que tenía que colgar, Meryl improvisó una llamada de teléfono diferente en cada toma que hicimos. Fue una actuación de improvisación magistral; nunca antes había visto nada igual”. Porque Meryl Streep es mucha Meryl, señoras y caballeros.

“Y no estoy exagerando”, asegura el cineasta: “hizo de veinte a veinticinco llamadas absurdas y completamente diferentes”. Algunas de las cuales podemos ver en el clip sobre la película de Netflix. “Hice improvisación en Chicago durante cinco o seis años, y no digo que fuese el mejor improvisando, pero sé cómo hacerlo”, continúa Adam McKay. “Y le dije a Jonah [Hill]: «No creo que yo fuese capaz de hacer eso. No creo que pudiese hacerlo veinte o veinticinco veces; quizá seis o siete». Pero la tía no se repitió ni una vez. Fue impresionante”.