Parece que hay cierta continuidad en el tono un pelín más serio o emotivo con el que acaba el episodio “The Choad Less Traveled” (1x04) de El Pacificador, la serie derivada de HBO Max sobre el antihéroe Christopher Smith (John Cena) que procede de El escuadrón suicida (James Gunn, 2021, desde 2022), al comienzo de “Monkey Dory” (1x05). Porque no todo tienen que ser risas con el director de Guardianes de la Galaxia (2014, 2017); aunque reincida incluyendo detallitos graciosos en la escritura de las secuencias así. La cabra tira al monte, ya se sabe.
Sin embargo, vuelve por sus respetos bien pronto; y sigue con las delirantes conversaciones de los protagonistas, en las que los disparates increíbles les salen a algunos de ellos como las balas de una ametralladora, sin parar y con un ritmo sólido, y sin olvidarse de incluir matices sobre la extraña personalidad del Pacificador y, en fin, las burlas acostumbradas hacia el universo superheroico de DC. James Gunn no tiene ninguna intención de dejar títere con cabeza, y no cabe duda de que algo así no se lo permitirían en Marvel Studios con Disney detrás.
‘El Pacificador’ contra ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’
Después de que el propio cineasta estadounidense dirigiese los capítulos “A Whole New Whirled” (1x01), “Best Friends, For Never” (1x02) y “Better Goff Dead” (1x03) y de que Jody Hill (De culo y cuesta abajo) se encargase de “The Choad Less Traveled”, le toca el turno a Rosemary Rodríguez, que se ha curtido en otras treinta y seis ficciones televisivas como The Good Wife (Michelle y Robert King, 2009-2016), The Walking Dead (Fran Darabont y Angela Kang, desde 2010), Jessica Jones (Melissa Rosenberg, 2015-2019) o Dickinson (Alena Smith, 2019-2021).
El amor por la música popular de James Gunn no pierde fuelle tampoco en “Monkey Dory”, por otra parte, y se muestra incapaz de resistirse a meter también aquí diálogos sobre la misma y, por supuesto, su selección propia para apuntalar las secuencias de El Pacificador como hizo en Guardianes de la Galaxia y El escuadrón suicida. Del mismo modo, prueba nuevamente su falta de remilgos ante las salpicaduras de sangre, pero tal vez con algo más de contención que en la secuela reboot de la película realizada por David Ayer (2016). Si bien no mucha.
El misterio sobre la mariposa que ha logrado el control de Clemson Murn (Chukwudi Iwuji) se mantiene, además; y al ver las hordas de ellas mediado el metraje del episodio, resulta imposible no acordarse de historias al estilo de La invasión de los ladrones de cuerpos, la novela de ficción científica escrita por Jack Finney (1955), que ha sido adaptada al cine por Don Siegel (1956), Philip Kaufman (1978), Abel Ferrara (1993), Oliver Hirschbiegel (2007) y John Murlowski (2019) hasta el momento; o de remedos similares. Sin novedad bajo el sol.
De la acción paródica al ‘cliffhanger’
Nos confirman las suposiciones sobre uno de los cascos que el detestable Auggie Smith (Robert Patrick) le proporciona a su hijo, en una secuencia de acción que James Gunn no puede tomarse en serio más que audiovisualmente y para su completa verosimilitud, con alguna puesta en escena típica que parodia la tendencia de la industria hollywoodiense a recurrir a las enormes explosiones en el género. Después, lo que se nos brinda es un pequeño descanso y una agradable dosis de camaradería laboral, alejada del cachondeo reinante en El Pacificador.
Y, para el final, se recurre a un plato estándar pero comprensible con el propósito de que a los espectadores que no se pierden una entrega del Universo Extendido de DC, y cualquier otro que esté zampándose la serie de HBO Max, les azucen las ganas de continuar con el siguiente capítulo en cuanto se estrene dentro de una semana: un cliffhanger de manual tras un volantazo de guion que, de todos modos, ya nos olíamos, por lo menos, desde los primeros segundos de la escena. No vamos a estar aplaudiéndole a nuestro querido James Gunn cuanto se le ocurre.