El Universo Extendido de DC se expande bastante más en cuanto a personajes con su tercera película, dirigida por el estadounidense David Ayer, en la que son algunos de los villanos de este cosmos comiquero los que tienen el protagonismo casi absoluto.Si en el Universo Cinematográfico de Marvel acostumbran a presentar primero a sus superhéroes con filmes centrados en ellos antes de reunirlos a todos, y hay pocas excepciones a esto, parece que DC sigue el camino contrario. Y de Suicide Squad podríamos decir que *se trata del equivalente a la excepción que supone Guardians of the Galaxy (James Gunn, 2014) en Marvel*, no sólo porque en ambas son un grupo de excéntricos delincuentes los que se ven obligados a enfrentarse al verdadero y más devastador mal, sino porque hasta ahora no hay planes o pretensiones más que de rodar secuelas de su aventura y no encabezadas por ninguno de ellos solos.
En lo que respecta a Ayer, no ha de extrañar a nadie que se haya encargado de dirigir Suicide Squad, pues el meollo de la película es precisamente el de todas las que ha rodado hasta la fecha: los límites difusos que separan a las fuerzas del orden de los criminales y a un comportamiento legal y honroso de uno que transgreda la ley o lo que es decente y correcto. Esta dicotomía la hemos visto en su irregular ópera prima, Harsh Times (2005), en la aceptable Street Kings (2008), en la respetuosa End of Watch (2012), en la excesiva, torpe e inverosímil Sabotage (2014), un bluf difícil de comprender, y en la ruda Fury (2014), quizá lo mejor que ha elaborado hasta el momento junto con End of Watch.
Pero la coherencia narrativa de Ayer no se queda ahí, sino que también los vínculos emocionales, de personas que se consideran familia sin que lo sean, y la lealtad entre aquellos enfrentados a la brutalidad y la violencia los podemos encontrar en estos seis filmes que ha dirigido, tanto como a personajes principales con problemas psicológicos derivados de este enfrentamiento. Y no cabe duda de que *los protagonistas de Guardians of the Galaxy* son cuerdos angelitos comparados con los villanos perturbados de Suicide Squad**.
Todo el mundo ha de querer a la encantadora y destornillada Harley Quinn de Margot Robbie
La diferencia fundamental que notamos en ella frente a las obras anteriores de Ayer es la reducción de la personalidad fílmica visible y del uso de la cámara en mano, un hecho este último que habrá sido propiciado por los grandes medios con que cuenta una superproducción semejante, y los dos, por la libertad inferior que habrá tenido el cineasta al adaptar los cómics, sobre todo siendo conscientes de que los directores del Universo Extendido de DC, como los del de Marvel, deben atender las exigencias de que el resultado no resulte ajeno al conjunto.
No podemos pasar por alto que el buen ritmo que le aporta Ayer juega a su favor, y así el filme cumple con la esperanza de entretenimiento de cualquier espectador que se acerca a verlo, y que el reparto elegido no defrauda las expectativas de los que deseábamos contemplar cómo interactuaría este grupo de pirados en la gran pantalla. De ellos, está claro que Deadshot (Will Smith) y Harley Quinn (Margot Robbie) llevan la voz cantante junto con Rick Flag (Joel Kinnaman) y la imponente Amanda Waller (Viola Davis), y Ayer ha procurado profundizar en algunas de sus personalidades descubriéndonos muy brevemente las debilidades de Flag, Deadshot y Harley Quinn, aunque tampoco demasiado.
Y se nos antoja inevitable señalar que el Joker que ha compuesto Jared Leto es satisfactorio pero no igual y de ninguna manera superior a los de Jack Nicholson y Heath Ledger, que nos deslumbraron, cada uno a su modo, en Batman (Tim Burton, 1989) y The Dark Knight (Christopher Nolan, 2008), respectivamente. Pero es muy evidente que quien nos roba el corazón durante el metraje es la atractiva, chiflada e impredecible Harley Quinn, y que Robbie se muestra espléndida hasta cuando se limita a inflar un globo de chicle.
Y no sólo eso: que nadie espere encontrar subversión alguna en esta pandilla de perversos inadaptados porque no la hay, lo cual es algo por lo que debemos lamentarnos sin tapujos. Siendo así, parece indiscutible que Ayer se limita a raspar la superficie de su idiosincrasia, y sólo el Joker de Ledger resultaba más subversivo y desafiante que todos ellos juntos.
Conclusión
Suicide Squad, finalmente, se queda en una amena aventura de chicas y chicos malos que no decepciona pero tampoco entusiasma, o no lo hace al margen de la encantadora y destornillada Harley Quinn de Margot Robbie. Porque todo el mundo ha de querer a Harley Quinn.
Pros
- La amenidad y el buen ritmo que le aporta el director David Ayer.
- Que el reparto cumple con las expectivas.
- La encantadora Harley Quinn de Margot Robbie.
Contras
- Que no se profundiza todo lo que se podría en los personajes, poco subversivos.
- Que el Joker de Jared Leto satisface pero no deslumbra.
- Que las escenas de acción no tienen el brío que cabría esperar.