Hay cinéfilos que, considerándose exquisitos o id a saber cuál sea la razón si no, desprecian el cine comercial de acción y aventuras; como si las grandes películas sólo fuesen dramones que radiografían los tortuosos recovecos de la vida y de la mente humanas, y no también las que, con solvencia e ingenio, nos mantienen con el corazón en un puño por la trepidante peripecia que seguimos en pantalla, obligándonos a sonreír de vez en cuando con alguna ocurrencia humorística; como si en estas últimas no se pudiesen hacer las virguerías que realzan el séptimo arte como imágenes en movimiento.
Los filmes de superhéroes entran en esta categoría, y aunque ninguno de los del denominado Universo Cinematográfico de Marvel se acerca a lo que se consiguió en la potente *The Dark Knight* (Christopher Nolan, 2008), que es de DC, ni sus villanos a los muy retorcidos de Gotham, lo cierto es que se ven con satisfacción y pueden hacernos pasar un par de horas de buen entretenimiento. El UCM es, claro, la adaptación al cine de las historias de los cómics de Marvel protagonizadas por sus superhéroes más famosos, llevando a cabo crossovers, spin-offs y escenas poscréditos, y revelándose como la primera gran saga interreferencial.
La fase inicial del Universo comenzó con uno de sus personajes más carismáticos, **Iron Man (Jon Favreau, 2008), al que no podía construir nadie mejor que Robert Downey, Jr., proporcionándole toda la labia y el descaro que requería. Se trata de una obra inaugural, una diversión competente que se disfruta pero por cuya simplicidad no vuela tan alto como el propio hombre de hierro, y muestra el camino espectacular, cómico y de casi gozosa destrucción del entorno urbano que luego se ha mantenido en la saga.
Un mes y algo más tarde llegó The Incredible Hulk (Louis Leterrier, 2008)*, que se puede tomar sin problemas como continuación de The Hulk* (Ang Lee, 2003), la cual no se integra en el UCM. Mucho más seria que la de Tony Stark, a juego con las tribulaciones del doctor Bruce Banner al que interpreta reputado Edward Norton, que no repetiría en el papel, permanece en el movimiento constante sin contemplaciones ni demasiado brillo y se conforma con dejarse ver y poco más.
El protagonismo de Tony Stark regresó para regocijo general en **Iron Man 2 (Favreau, 2010)**, una secuela guionizada por el leftoversiano Justin Theroux, cuyo primer tercio parece tan prometedor como decepcionante el desarrollo y el resultado final de su premisa. Downey Jr. sigue luciéndose como Stark, pero al relato y a la función se le nota el piloto automático. Y luego nos hicieron entrega de la un tanto desangelada **Thor (Kenneth Branagh, 2011), que hace de la corrección y el desapercibimiento su bandera, y que tiene a Chris Hemsworth como el dios nórdico del martillo y al primer villano un tanto destacable, Loki, encarnado por un oportuno Tom Hiddleston.
Captain America: The First Avenger (Joe Johnston, 2011)** nos trajo a la otra cabeza más visible del UCM, Steve Rogers, el Capitán América, al que da vida Chris Evans de manera eficaz. Es posiblemente la más interesante de la franquicia hasta ese momento, sobre todo por el contexto histórico en el que ocurre la aventura, la muy aprovechada Segunda Guerra Mundial, y los elementos que esta propicia. Sin embargo, el listón no se encuentra a excesiva altura aún, y el conjunto queda un tanto convencional, si bien tampoco sería posible lo contrario con alguien como Johnston a las riendas.
Y por fin nos ofrecieron un espectáculo en gran parte gozoso, **The Avengers (Joss Whedon, 2012), en el que, no solamente es un placer presenciar cómo interactúan nuestros superhéroes reunidos —Iron Man, Hulk, Thor, el Capitán América, Viuda Negra y Ojo de Halcón—, a los que ya habíamos visto en los filmes anteriores, sino que la hábil planificación de Whedon y la justa coincidencia de las virtudes dramáticas y humorísticas de la saga suponen aquí el mejor ejemplo de las mismas.
Siguiendo la estela del buen hacer, nos quedó claro que Iron Man 3 (Shane Black, 2013)**, que da comienzo a la segunda fase del UCM, era la más lograda de las películas que encabeza por Tony Stark; la más asombrosa, la más dura, la más terrible, la de mayores consecuencias para el multimillonario playboy, con algunos giros argumentales por completo insospechados que pudieron gustar más o menos, pero que nadie puede tachar de poco originales, y un diestro trabajo de Black.
En cambio, **Thor: The Dark World (Alan Taylor, 2013) no es capaz de librarse de la paradójica irrelevancia de su predecesora, pese a que se revele claramente más movida que esta. Pero con Captain America: The Winter Soldier (Joe y Anthony Russo, 2014) recuperamos la fuerza de esta nueva etapa gracias a la energía de los hermanos Russo, y descubrimos que esta segunda entrega con el protagonismo de Steve Rogers es más compleja, oscura e intrigante que la anterior, y enorme la gravedad de lo que sucede.
Guardians of the Galaxy (James Gunn, 2014)**, por otro lado, es probablemente la que más incide en la venga humorística de los estudios Marvel, con varias escenas bastante imaginativas, y demuestra que su Universo puede expandirse en mayor grado de lo que parecía hasta entonces, que ya es decir, además de la presentación de las entretenidísimas andanzas de nuevos héroes, con el Peter Quill de Chris Pratt al frente, y escenarios lejanos que, intuimos, influirán en los que ya conocemos.
Y si pensábamos que el gusto por la destrucción del entorno urbano ya había sido de órdago en The Avengers y Captain America: The Winter Soldier, había que ver la que se lía en la continuación de la primera, pues a **Avengers: Age of Ultron (Whedon, 2015)** se la puede considerar una apoteosis en ese sentido. Siendo menor que su antecedente, cumple de sobra como vehículo de lucimiento para nuestro grupo de superhéroes, a los que se unen Máquina de Guerra, Falcon, Visión y Bruja Escarlata. Las secuencias de acción, múltiples y ejemplares, se conciben otra vez con el buen gusto de Whedon, y ya se va preparando aquí la tensión que estalla en el seno del grupo y que estallará con dureza considerable en lo sucesivo.The Avengers, Captain America: The Winter Soldier y Captain America: Civil War son, quizá, lo mejor de Marvel Studios
Sin embargo, quizá para relajar un poco unos ánimos de la exaltación ocasionada, lo siguiente que nos tragamos fue **Ant-Man (Payton Reed, 2015), otra gratificante apuesta humorística que, si bien comporta un regreso a las tramas simples de enfrentamiento de la primera etapa, su combinado de acción y comedia funciona como un reloj aunque se nos antoje poco significativa tras varias filmes de acontecimientos de tal trascendencia.
La fase tres del UCM empieza con Captain America: Civil War (Hermanos Russo, 2016)**, en la que se incorporan Ant-Man, Spider-Man y Pantera Negra; trepidante, complicada en motivaciones, muy seria y dolorosa para los que hemos llegado hasta aquí en la saga, que la vemos con un temor colosal por lo que va sobreviniendo. No solamente está otro escalón por encima de la que la precede en la trilogía de Steve Rogers, sino que hasta llega a disputarle el puesto a The Avengers y Captain America: The Winter Soldier como lo más logrado del Universo Cinematográfico de Marvel. Un universo de trece películas estrenadas, con otras diez pendientes de ello en este y en los próximos años, y una cuarta fase de cuyas maravillas aventureras aún no sabemos nada.
