Uno podría esperar que, con el verdadero acorralamiento del protagonista (Michael C. Hall) que ya comienza en “Runaway” (1x05), el siguiente capítulo de Dexter: New Blood (Clyde Phillips, 2021), llamado “Too Many Tuna Sandwiches” (1x06), fuese de cabeza a mostrarnos cómo se llegará a ingeniárselas nuestro asesino en serie favorito para librarse una vez más. Pero se deciden por una secuencia musicalizada que sigue un hilo narrativo secundario, extrañamente partida en dos por el título de hielo y cada vez mayor cantidad de sangre.
Por otra parte, de la misma manera que no esconden la responsabilidad de los crímenes de Dexter Morgan ni de aquellos a los que persigue para eliminarlos, como solía hacer la novelista Patricia Highsmith o, en ocasiones, el cineasta Alfred Hitchcock (La soga) y al contrario de lo que ocurre en la obra literaria de Agatha Christie, ya no nos privan de la actividad de Kurt Caldwell (Clancy Brown) a rostro descubierto. Y reproducen una de las escenas iniciales de “Cold Snap” (1x01), la de presentación de Angela Bishop (Julia Jones), con un giro interesante.
Otra ironía macabra en ‘Dexter: New Blood’
El modo en que “Jim Lindsay” da explicaciones resulta bastante elocuente, pero la jefa de policía es dura de roer; y, aunque él logra armar una historia creíble con que parece eludir las sospechas, no basta para una efectividad rotunda. Además, que Harrison Morgan (Jack Alcott) vea en el otro gran homicida de Iron Lake una figura paterna agradable, con lo que tiene en casa y que le exaspera, supone una estupenda ironía en Dexter: New Blood. Que en “Too Many Tuna Sandwiches” vuelve a traernos recuerdos del pasado a partir de uno de sus nuevos enigmas.
Después, la forma en que el director Marcos Siega (The Following), que se ha ocupado de la mayoría de los episodios que componen la miniserie secuela y nueve de Dexter (James Manos Jr., 2006-2013), encuadra al principio la sesión con el terapeuta Morris Cooper (Alton Fitzgerald White), como si estuviera solo con este último, es inteligente. Por apuntar a uno de los comentarios previos de Angela Bishop sobre los trastornos psicológicos de su pareja y, por lo tanto, lo que provoca toda la trama sobre el personaje desde la ficción televisiva original.
Durante esta escena, las intervenciones de Debra Morgan (Jennifer Carpenter) en Dexter: New Blood con el mismo rol que tuvo su padre, Harry ídem (James Remar), a lo largo de las ocho temporadas anteriores demuestran su utilidad narrativa con claridad absoluta, aportando el contexto preciso a todo lo que no dice el protagonista, lo que ahonda en el enorme contraste entre su hijo Harrison y él respecto a la discreción y la sinceridad. Tal vez porque el joven no ha recorrido aún el mismo camino peligroso que Dexter Morgan. Aunque tiempo al tiempo.
De la parsimonia dramática a la tensión
“Too Many Tuna Sandwiches” constituye otro capítulo en el que, más que una intriga absorbente, lo que nos brindan Clyde Phillips y sus guionistas Scott Reynolds, al que no se le conoce otra aportación al cine, y Warren Hsu Leonard (Cómo defender a un asesino), que ya se había encargado del episodio “Storm of Fuck” (1x02), es el desarrollo imprescindible de las relaciones y los posicionamientos de cada personaje sobre la conducta de los demás y sus propias tribulaciones. En el caso de Dexter Morgan, esto incluye su incertidumbre homicida.
Pero eso se reconduce de la mejor manera posible, hacia lo que de verdad le interesa a los espectadores: que nuestro hombre del saco predilecto detecte por fin a la presa importante de Dexter: New Blood y decida empezar con la caza. Y, a continuación y para el cierre del capítulo, nos ofrecen un adecuado montaje alterno que eleva la tensión, complica las cosas para el problemático Harrison Morgan y nos sacude con un hallazgo macabro que, bueno, era de esperar como uno de los enigmas pendientes de resolución y una llamada inesperada. Ojo a lo que está por venir.