El pasado lunes cuatro de octubre, Facebook, WhatsApp e Instagram desaparecieron durante seis horas. Durante la tarde europea y la mañana en centro y norteamérica, el conglomerado de redes sociales que cuenta con tres mil millones de personas en todo el mundo dejó de funcionar.

La caída de Facebook y todos sus servicios se produjo en una mes negro para la compañía, que a su vez se encuadra dentro de un año en general en la que no para de recibir malas noticias. Desde sus filtraciones de datos masivas, pasando por cómo le está afectando las modificaciones en cuanto a privacidad impulsadas por Apple en lo que respecta a su negocio publicitario, las revelaciones de las Facebook Files que hablan de cómo miró hacia un lado cuando era consciente de muchos daños que provocaba o, esta misma semana, de la declaración ante el Senado de Estados Unidos de Frances Haugen, la ex empleada que filtró a la prensa estas últimas revelaciones.

Hoy sabemos que todo se debió a un fallo en el mantenimiento del sistema -que te explicamos en profundidad aquí- y no parece a priori que haya habido filtración de datos esta vez. La situación dio lugar a un montón de memes, pero también nos dejó entrever lo que podría ser un mundo sin el gigante de las redes sociales.

El experimento forzado, todavía con muchas cosas por aclarar, nos hizo acudir a otras plataformas de comunicación en internet y también otras más añejas, parece que nos pudo hacer algo más productivos, y dejó un agujero en la valoración bursátil de la compañía, con las acciones de Facebook pasando de 340 a 323 dólares de valoración. En total, se calculan que la caída en valor bursátil fue de más de 6.000 millones, de los cuales una gran parte pasan por los activos de su CEO Mark Zuckerberg debido a su férreo control accionarial todavía de la empresa.

Estos son los datos que cinco días después se pueden extraer de cómo afectó al mundo en general estar una tarde sin Facebook, WhatsApp e Instagram.

A río revuelto… ganancia de otras aplicaciones

Twitter fue la red social a la que todos parecimos acudir para reírnos de la situación y en parte buscar información sobre lo que estaba pasando. El perfil oficial de la red social lanzaba un mensaje saludando a “literalmente todo el mundo”.

Pero reírnos no era lo único que necesitábamos. Como sustituto a WhatsApp, Telegram, Discord o Signal dispararon su actividad. En sustitución de Instagram, TikTok pero también Snapchat aprovecharon la caída.

Según Sensor Tower el uso de Snapchat aumentó un 23%, Twitter un 11% y TikTok un 2%. En cuanto a los posibles sustitutos de WhastApp, el uso de Signal creció un 15%, mientras que el de Telegram subió un 18% a nivel mundial.

Todas las alternativas al grupo Facebook crecieron durante el apagón

Sin embargo, esto no es necesariamente un indicativo de que pueda darse un cambio permanente en el comportamiento de los usuarios. Las aplicaciones de Facebook han demostrado ser resistentes en el pasado, y los usuarios activos mensuales de WhatsApp se han mantenido estables incluso a pesar de la reacción que se dio a principios de este año debido a su nueva política de privacidad, cuando Telegram ya vivió un aumento de uso exponencial.

Pavel Durov, CEO de Telegram, informó de que las seis horas de caída de WhatsApp se tradujeron en un aumento de 70 millones de usuarios. ¿Cuántos seguirán usando Telegram como chat principal ahora mismo? Seguramente muchos menos, pero cualquier usuario pudo ver en la tarde del pasado lunes cómo muchos de sus contactos se sumaban.

¿Un mundo más productivo sin el conglomerado de Facebook?

Photo by Kate Torline on Unsplash

Al menos en las personas que trabajamos con el ordenador parece que sí. Haystack, un software de servicio pensado para desarrolladores, intentó extraer estadísticas de las conexiones de sus usuarios y las llamadas a otras herramientas como GitHub a través de su plataforma. El resultado, un 32% más de actividad que el promedio de los tres lunes anteriores.

Ese pico se dio sobre todo por la tarde hora de norteamérica y la noche europea. A lo largo del día, Haystack observó que el rendimiento de los desarrolladores seguía siendo el mismo, pero esto cambió significativamente después de las 21:00 UTC.

En sus métricas notaron un aumento de aproximadamente 2,6 veces en el número de Pull Requests que se fusionaban.

Por la duración de estos procesos, desde la empresa se estima que esto indica que la verdadera razón de este aumento es más bien que los desarrolladores utilizaron el tiempo extra al final de su jornada para hacer algo de limpieza de muchos de sus procesos y poner orden en sus equipos. Sin Facebook o Instagram, al menos hubo tiempo para hacer ese tipo de tareas que siempre se dejan para otro día.

Llamadas y comentarios analógicos

Pero más allá de usar otras aplicaciones, otro de los datos curiosos que nos dejó la caída de Facebook es cómo acudimos de nuevo a las llamadas telefónicas y los SMS.

Según datos difundidos por Orange y Vodafone en España, se dieron un 120% más de llamadas que lo habitual entre las 19.15 horas y las 19.30 horas, así como un aumento medio del 55% de las llamadas de voz durante las horas en que el servicio de Facebook estuvo interrumpido.

Seguramente todo esto entre dentro de lo anecdótico dentro del día en el Facebook se fue a negro. La compañía de Mark Zuckerberg no ha compartido métricas sobre la cantidad de anuncios que tuvo que postergar, donde se encuentra su verdadera hegemonía y que pudo afectar a las ventas de muchos grandes y pequeños negocios online.

Pero lo cierto es que el apagón de Facebook no pudo llegar en un momento más complicado para una empresa que cada vez se ve más dentro del ojo del huracán y cuestionada por todos, aunque a las pocas horas de haber estuviéramos refrescando el feed de Instagram de nuevo.

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