Tras los acontecimientos de Avengers: Infinity War (2018) y Avengers: Endgame (2019), dirigidas por Joe Russo y Anthony Russo, el Universo Cinematográfico de Marvel entró en una suerte de limbo. La Fase 3 agrupó en esas dos películas a buena parte de las narrativas que venía desarrollando de forma particular. Algunas historias se redimensionaron y otras fueron cerradas apuntando hacia la Fase 4.
Aunque, varios de aquellos relatos resuenan en series como Loki (Kate Herron), Falcon y el Soldado del Invierno (Kari Skogland, 2021), WandaVision (Matt Shakman, 2021) y la película sobre Viuda Negra (Cate Shortland, 2021), esta etapa ha avanzado a través de ellas buscando un enemigo en común e intentado posicionar y presentar nuevos roles y nuevos personajes. Una suerte de reconstrucción natural. Eso explica el chiste de Ikaris en el tráiler de Eternos (Chloé Zhao), cuando dice que él liderará a los Vengadores.
Ante esa incertidumbre, las tres series referidas, la última película y los avances sobre Eternals y ¿Qué pasaría si…?, hay líneas que podrían ser los rieles sobre los que andará parte la Fase 4 de Marvel en los próximos años. Desde la construcción de nuevos relatos, la madurez narrativa de la firma, hasta su posicionamiento en algunos temas de agenda social.
Algunas conclusiones sobre el comienzo de la Fase 4 de Marvel
La Fase 4 de Marvel debió comenzar con Viuda Negra. Sin embargo, debido a los retrasos por la pandemia derivada de la COVID-19, las miniseries comenzaron antes. La más reciente de ellas, Loki, presentó uno de los aspectos más importantes de esta epata.
El Multiverso
Las distintas dimensiones dentro de Marvel se asomaban en una u otra producción sin ser planteadas de forma directa; tampoco fueron explicadas más allá de lo que hizo la Anciana ante Hulk en Avengers: Endgame. Para eso, en buena medida, se hizo Loki. El Dios del Engaño sirvió de vehículo para profundizar sobre este apartado.
De acuerdo con el Universo Cinematográfico de Marvel, las dimensiones fueron descubiertas por una versión de Kang el Conquistador. Esa variante, a su vez, entró en contacto con otras de él mismo, interactuando entre sí y compartiendo tecnología para mejorar una y otra realidad. La Autoridad de Variación del Tiempo surgió como un organismo pensado para monitorear la línea del tiempo, a partir del criterio del propio Kang.
Hasta acá, todo en orden: las realidades no se tocaban y, cuando existía riesgo de que una de ellas se saliera de control o de que algún personaje alterase su flujo natural, se corregía. Sin embargo, lo planteado en Loki es el escenario opuesto. Tanto las distintas dimensiones como sus personajes y regidores comienzan a salirse del control establecido. Esto serviría para recrear escenarios posibles con algunos personajes o mostrarlos en circunstancias que antes no se filmaron. Gestionar esta situación será uno de los argumentos clave de la Fase 4.
El villano de la Fase 4 de Marvel
Visto lo visto, para controlar el Multiverso de Marvel será necesario hacer frente a Kang el Conquistador. A uno o a varios. Si Thanos fue presentado de forma sutil a través de las películas anteriores, hasta emerger de lleno en Infinity War, la ruta con Kang parece ser otra.
La primera aparición de este personaje fue mucho más directa, detallando el descubrimiento de los distintos universos y profundizando sobre el funcionamiento de la línea temporal. Su presentación puede que, quizá, también ponga en entredicho la visión clásica de buenos contra malos durante la Fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel.
En Loki, de Marvel Studios, el voluble villano Loki (Tom Hiddleston) retoma su papel de Dios del Engaño en una nueva serie que tiene lugar tras los acontecimientos de Vengadores: Endgame. Kate Herron la dirige y Michael Waldron es el guionista principal.
Kang, o "El que permanece", tomó decisiones con el objetivo de establecer una suerte de paz; un estado de convivencia que se sostiene a partir de su criterio. Es decir, al menos hasta ahora, esta versión no se presentó como un villano en toda regla pero tampoco se puede concluir que es un héroe. Esa dualidad, en caso de ser desarrollada en las otras variantes o con otros personajes, sería un logro dentro de Marvel. Es un factor en el que hace falta profundizar en la mayoría de sus relatos.
En este punto, y teniendo en cuenta que esta versión de Kang es solo una de las suyas, hay que tener en cuenta su advertencia: las otras son más despiadadas. Este detalle no es menor, si se tiene en cuenta que incluso esta versión se presentó a sí mismo como “el diablo”. ¿Cómo serán las otras?
La madurez narrativa, ese pendiente
En línea con lo anterior, Viuda Negra es un relato más profundo en cuanto a relaciones humanas, tensiones y emociones. La espectacularidad dando paso a la condición humana. Natasha Romanoff no solo es esa espía capaz de derrocar gobiernos y convivir con naturalidad entre seres con habilidades especiales. También es una mujer que convive con el peso de sus decisiones, que las encara con el objetivo de buscar un poco de paz.
Puede que eso, para el espectador casual de Marvel, no sea lo más atractivo de sus películas. Pero, para la productora, parece un salto necesario: son demasiados años apostando a los efectos especiales y a los chistes que permite su mitología. Viuda Negra es la muestra de que ambas cuestiones pueden convivir sin que una u otra se vean afectadas. Por el contrario: a medida que se fomente ese tipo de relatos, todo el Universo Cinematográfico puede crecer.
¿Seguirá siendo una apuesta? A juzgar por el desenlace de WandaVision y el de la primera temporada de Loki, en la que ninguno de los protagonistas puede ser definido como un villano en su totalidad, es válido pensar que sí se sostendrá esa narrativa. Sumar matices y contradicciones a la Fase 4 de Marvel no solo parece conveniente sino que, también, urgente.
Marvel y el mundo más allá de los relatos
Si bien las producciones de Marvel no están obligadas a ser cine de autor, a explorar formas y temáticas ajenas a la narrativa de los cómics, podría tender más puentes con la realidad en la que se encuentran. En los cómics esto no es una novedad. Sin ir muy lejos, Vote Loki, editado en octubre de 2016, es una parodia a la sociedad estadounidense en tiempos de Donald Trump.
Ese vínculo entre cuanto ocurre fuera de las salas de cine y lo que representa a través de ella podría ser otra tendencia durante la Fase 4. En la anterior etapa surgieron personajes como Black Panther y Capitana Marvel, quienes podrían ser símbolos pensados para representar a minorías apartadas de relatos positivos o en roles principales.
A lo anterior se suma otro detalle, que quizá podría entenderse como un redoble de la apuesta. Se produjo en Falcon y el Soldado de Invierno, cuando el relato hizo referencia al abuso policial y el racismo de forma explícita. A este guiño se suma el de Wanda Maximoff, en WandaVision, atravesando una crisis emocional compleja. Esto se recrea en tiempos durante los que la salud mental está alcanzando nuevas escalas dentro de la discusión pública.
Esa conexión entre universos, si es efectiva, le permite a las producciones tener mayor resonancia. Al fin y al cabo, mucho de lo relacionado con los cómics es eso, el abordaje de distintos problemas sociales desde una perspectiva especial.