Aunque a través de la saga de Iron Man (Jon Favreau, 2008) se pudiera inferir que Tony Stark sufrió depresión en algún momento o que tenía tendencias alcohólicas, por citar solo dos posibilidades, aquello no fue explícito. En cambio, el mensaje de Marvel sí lo era: el héroe no debía pasar por el diván.

Esa idea se sostuvo en la mayoría de películas que expandieron las distintas fases del Universo Cinematográfico inspirado en los cómics. Tampoco debían ir al hueso de problemas sociales como el racismo o tener una postura ante su sexualidad. Los protagonistas debían estar listos para el próximo conflicto, la siguiente misión, por sobre cualquier circunstancia personal. Explosiones, combates, chistes y referencias entre una y otra producción diluían temas más complejos que, dependiendo de la perspectiva, quizá resultaban hasta incómodos. 

Esos tópicos, como la salud mental de Tony Stark durante algún momento o los traumas después de los conflictos armados de Capitán América reclamaban, más que creatividad por parte de guionistas, productores y directores, valentía de parte de la productora. Abordarlos, de alguna forma, podría entenderse como una denuncia o un posicionamiento ante un problema de salud pública o las demandas de colectivos no reconocidos.

Visto desde ese enfoque, quizá no resultaba tan entretenido. Puede que Marvel, exprimiendo sus derechos y capacidad de acción, prefiriera la expectativa antes que la polémica. Al cine también se va con la idea de aislarse del mundo exterior a la sala. Es válido el hacer de la productora. Hasta tal punto que, en su defensa, se puede alegar que el momento histórico durante el cual comenzó construir su Universo Cinematográfico era otro. 

Temas como la agenda de género no estaban sobre la mesa. Por eso, tal vez, las primeras apariciones de Viuda Negra fueron más sexualizadas. Estados Unidos no había experimentado el movimiento Black Live Matters o el MeToo. Por eso, tal vez, el rol de los personajes de color era secundario y ni hablar de tocar un tema como la violencia policial. Las comunidades agrupadas dentro del movimiento LGBTQ+ estaban aún más marginadas, hasta que algunas legislaciones ofrecieron una ventana de opciones. Por eso, tal vez, la sexualidad de los personajes se mantenía en clave binaria. 

Sin embargo, un año después del estreno de Iron Man, DC adaptó y estrenó Watchmen (Zack Snyder, 2009). Más allá de valoraciones, el abordaje de cada uno de Los Vigilantes es más profundo y, en consecuencia, más humano y vulnerable. DC explotó un argumento común entre los lectores de cómics: la riqueza de sus personajes es más diversa y compleja. En su caso, el héroe sí puede –y debe– pasar por un diván. 

Puede que Marvel comenzase a permitirse alguna licencia en este sentido a partir de Los Vengadores: Endgame . El Capitán América asiste a encuentros con veteranos de guerra. La Viuda Negra, menos sexualizada, sufre depresión al igual que Thor, quizá el caso más evidente en cuanto a salud mental, y quien, también, experimenta el exilio. 

Quizá, siendo meticulosos, durante Los Vengadores: Infinity War, Thanos ya planteaba diversos problemas: la gestión de los recursos y la sobrepoblación. Pero ambos temas, esenciales en el mundo contemporáneo, no resultan tan cercanos como la salud mental, la violencia policial, la discriminación, el racismo y la falta inclusión en relación con distintas comunidades.

La acción seguía privando por sobre una capa de mensajes más delicada, hasta la expansión del Universo Cinematográfico de Marvel en formato serie de televisión junto con Disney Plus. WandaVision, Facon y el Soldado del Invierno (Kari Skogland) y Loki, quizá por las posibilidades que permite el formato, sí están acercándose a otras realidades. Esas producciones tratan temas que conectan con el contexto global en el que se producen y con comunidades que pueden estar interesadas en cuanto ocurre con héroes y antihéroes. 

‘WandaVision’:
los héroes también se deprimen

Marvel WandaVision Salud Mental
Elizabeth Olsen as Wanda Maximoff and Paul Bettany as Vision in Marvel Studios' WANDAVISION exclusively on Disney+. Photo courtesy of Marvel Studios. ©Marvel Studios 2021. All Rights Reserved.

El universo particular de Wanda Maximoff giraba en relación con dos figuras, su hermano y Vision. Cuando estos dejan de estar en él, La Bruja Escarlata entra en una suerte de espiral en la que se extravía. Por tanto, recrea a través de sus poderes aquello que anhela. 

Su viaje dentro del relato de Marvel y Disney Plus explora temas como las relaciones de pareja, la sexualidad, la maternidad, el duelo, la familia en la época actual y, por sobre todo, el valor de la salud mental. No deja de resultar paradójico que quien puede recrear ilusiones mentales, estar en la mente de otros, no pueda controlar la suya. 

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Casi todos esos temas pueden agruparse en aquella frase de Vision, durante una conversación con Wanda: “... but what is grief if not love persevering you” (“... pero qué es el dolor si no el amor perseverando en ti”). Así, Marvel, sugería que dos de sus héroes debían permitirse sentir, ser vulnerables y que eso no debía ocultarse.

En esa línea, puede que no sea casualidad la elección de Wanda como vehículo para exponer sobre la salud mental: según datos de la Organización Mundial para la Salud, la depresión afecta a más mujeres que a hombres. En total, se estima que más de 300 millones de personas la padecen.

Además de lo anterior, la producción de la serie pensó en incorporar la xenofobia dentro de la trama. Más allá de que se quedara en una posibilidad, puede servir para interpretar que Marvel quiere avanzar en otras áreas dentro de su narrativa. Hay que recordar que la migración forzada y los desplazamientos masivos son uno de los temas más importantes en la actualidad.

‘Falcon y el Soldado del Invierno’:
el peligro de la autoridad selectiva

Marvel Falcon y el Soldado del Invierno Racismo
Falcon/Sam Wilson (Anthony Mackie) in Marvel Studios' THE FALCON AND THE WINTER SOLDIER exclusively on Disney+. Photo courtesy of Marvel Studios. ©Marvel Studios 2021. All Rights Reserved.

Los Vengadores: Endgame ofrecieron la transición entre quién llevaba el escudo y quién debería llevarlo a partir de ese momento. Sin embargo, al parecer, fue necesaria una serie de seis capítulos para aclararlo. En distintas comunidades vinculadas con Marvel, fue común escuchar que la serie tenía relación con la reacción negativa de muchos fans que no estaban de acuerdo con el cambio de mando. Se decía de una manera pero se escuchaba de otra: racismo.

La serie lo exploró conectando a dos generaciones. El viejo capitán américa y quien, en teoría, debería ser el nuevo. Los diálogos entre Sam Wilson e Isaiah Bradley recrean cómo dos generaciones experimentan una marginalización similar, haciendo un guiño a la extensa y conflictiva historia estadounidense en relación con temas raciales. 

Esas conversaciones, dentro de un ambiente controlado por ambos protagonistas, escapan de ellos a medida que la serie se acerca al final. Sam y Bucky Barnes (Sebastian Stan) suben por una calle, se detienen a conversar y la policía se para ante ellos. Uno de los oficiales se baja y le pregunta a Bucky si Sam le está generando algún problema. Imposible no pensar en las denuncias de gatillo fácil sobre la policía estadounidense y, en particular, en George Floyd

‘Loki’:
sexualidad en el Mes del Orgullo

Marvel Loki Sexualidad

Las comunidades pertenecientes a la población LGTBIQ+ celebran su sexualidad y, a la vez, se enfocan en visibilizar y denunciar distintas deudas sociales durante junio, el Mes del Orgullo. Dentro de esos pendientes sociales se pueden incluir crímenes de odio, discriminación laboral y homofobia, junto con una amplia variedad de problemas experimentados. 

Para tener una aproximación al contexto, hay que recordar que tener relaciones sexuales con una persona del mismo sexo está prohibido en 70, mientras que el matrimonio igualitario es legal en 27, según datos de Amnistía Internacional. Parte de esa discusión sobre la identidad, sexualidad y las preferencias personales involucró a Batman y Catwoman. De acuerdo con los ejecutivos de DC, sus superhéroes no pueden practicar sexo oral

Un puñado de días luego de esa polémica, se reveló que Loki (Tom Hiddleston), además de ser género fluido, es bixesual dentro de la adaptación de Marvel. Aunque pueda parecer una cosa menor, la incorporación de comunidades marginalizadas o estigmatizadas dentro de discursos de la cultura popular estimula su aceptación, reconocimiento e inclusión en las distintas capas de la sociedad. 

Su inclusión dentro de la narrativa no resolverá problemas que reclaman educación y legislación o acciones de los Estados. Pero si la industria del entretenimiento es más cercana a esas coyunturas se abre otro espacio para la reflexión. Quizá las referencias mencionadas, como las que Marvel hace entre sus películas o diálogos a través de los cómics, le permitan a la productora comprobar que tomar posición ante algunas circunstancias no solo es justo sino que, además, no deja de ser entretenido. 

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