Uber anunciaba en septiembre de 2020 un proyecto mundial para electrificar su flota de vehículos: Uber Green. Sin tener del todo claro cómo se iba a llevar a cabo tamaña empresa, el objetivo era tener una flota de coches eléctricos al 100% en 2040. La vía para alcanzar dicho proyecto eran 800 millones de dólares centrados en Estados Unidos, Canadá y Europa. Casi un año más tarde, el resultado para España ya se ha materializado en un acuerdo con Nissan.

El pacto firmado con la fabricante de coches japonesa pone a disposición de los conductores de VTC y taxi de Uber una oferta de compra de los Nissan Leaf. Con un 23% de descuento para todos los modelos eléctricos de la marca, Uber quiere que, para finales de 2025, el 50% de su flota esté conformada por coches eléctricos. Esto supone rebajar el precio a un vehículo que parte de los 36.000 euros aproximadamente. Este acuerdo incluye, para algunos de los compradores, "la inclusión del cargador eléctrico de forma gratuita", explica Juan Luis Pla, de relaciones institucionales de Nissan.

Asimismo, según el portavoz, este acuerdo es perfectamente compatible con los planes de ayuda públicos que se puedan articular por cualquiera de los niveles de la administración. Tanto el plan MOVES III, como los proyectos similares al plan ECO para el taxi que ya gestionaron los diferentes ayuntamientos.

El objetivo de este acuerdo tiene, por supuesto, varios intereses encontrados. Para el sector del automóvil supone la entrada masiva en un sector que cuenta con cientos de vehículos en activo. Acercan, además, el coche eléctrico al usuario común que no termina de ver claro el concepto. Aún con descuentos y ofertas, la barrera de entrada sigue siendo bastante grande. Uno que, desde el punto de vista de Nissan, solo accederá cuando tenga planes fiscales y reformas a su mano que incentiven la compra coches eléctricos. Además de los planes, la reducción del IVA y los despliegues de puntos de carga son esenciales para la movilidad eléctrica. Para Uber es una forma de contar con usuarios –tanto coches, como clientes– en su aplicación.

Coches eléctricos de Uber, ¿también para el taxi?

Uber comenzó con su proceso de electrificación en 2016 con Uber One. En los albores del Tesla más comercial, el Model 3, Uber logró hacerse con varios modelos para su flota VTC. Era más una curiosidad que un modelo de negocio escalable. Ahora quieren que el 100% de su flota sea eléctrica, pero con modelos más económicos.

Con la oferta ya disponible para los conductores en activo de Uber –a través de un comunicado enviado hoy mismo–, según el director general de Uber, Juan Luis Galiardo, Uber Green estará disponible en España a lo largo del primer trimestre de 2022. Es decir, para poder activar el modelo de flota eléctrica diferenciada de la de combustión, Uber tiene que alcanzar el punto de control de un gran número de matrículas eléctricas. Entre taxis y VTC. Sin especificar cuántos vehículos eléctricos son necesarios para considerar un éxito el proyecto, Uber quiere ser moderado en sus previsiones y esperar al año que viene.

Desde Uber apuntan a que confían en los resultados que este proyecto tendrá para un taxi operando de su lado

Galiardo apunta, en cualquier caso, a una de las mayores luchas de Uber: la legislación. Para que Uber Green pueda funcionar, la compañía considera que el espectro legal debe ser seguro principalmente para las VTC. "No se puede hacer una inversión a 5 años si no tienes seguridad de lo que va a pasar", apunta.

Para el taxi, con el que Uber lleva trabajando más de un año en Madrid y apenas unos meses en Barcelona, la ambigüedad juega de su parte. "Si un taxi da el salto al coche eléctrico con Uber y se sale de nuestro acuerdo, pues estaremos tristes pero no podemos hacer nada", explica. Desde la compañía no se exige, ni se puede exigir tampoco, ninguna permanencia o exclusividad con el sector del taxi. Lo que quiere decir que el colectivo bien podría articular la compra de un Nissan Leaf a través de la tecnológica y luego operar de forma autónoma.

Desde Uber apuntan a que confían en los resultados que este proyecto tendrá para un taxi operando de su lado. También en Barcelona, donde Galiardo reconoce unos inicios complicados. Y con exiguos resultados como consecuencia de la represión del propio taxi con los asociados del colectivo a Uber. Ahora, y sin dar cifras del sector, apuntan a una recuperación y crecimiento de la actividad.

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